Palacio obispal abandonado
Por Fortunato Rodríguez y Masgo* “Bajo el cielo huanuqueño, creí́ terminar mi llanto, pero la suerte entre tanto a otra tierra me condujo… llorad, llorad ojos míos, lejos del amado suelo, si llorares mi consuelo,
Por Fortunato Rodríguez y Masgo* “Bajo el cielo huanuqueño, creí́ terminar mi llanto, pero la suerte entre tanto a otra tierra me condujo… llorad, llorad ojos míos, lejos del amado suelo, si llorares mi consuelo,
Por Fortunato Rodríguez y Masgo Desde la cumbre del Jirca aparece el sol radiante que deslumbra con sus destellos allá en el cielo azul donde vive Tayta Dios. Corre el viento como un torrente de