Hollywood: John Wayne y la historia de su misterioso viaje a Tingo María

Por Fernando Vivas

En agosto de 1952, 67 años atrás, la estrella de Hollywood John Wayne fue a Tingo María a buscar locaciones para “El Álamo”, su ambicioso filme patriótico. Se rindió ante la peruana Pilar Pallette.

Es una historia con detalles para no creer. Un equipo gringo rueda una película de serie B, “Green Hell”, en la selva de Tingo María. De pronto, llega John Wayne buscando locaciones para su ambicioso “El Álamo”, inspirado en esa épica tejana que de ambientación selvática no tiene nada (recién la rodó en 1960 y, como era de esperar, en Texas).

Pero tienen que creerlo, porque de allí nació una familia: Aissa, Ethan y Marisa, hijos de papá John y mamá Pilar Pallette, peruana nacida en Paita y actriz incipiente, que reveló que no fueron razones de Hollywood, sino del corazón de un tercero, su ex marido Richard Weldy, las que forzaron el encuentro.

En su autobiografía “John Wayne. My Life with The Duke” (McGraw Hill, 1987), Pilar Wayne (hasta hoy conserva el apellido de quien murió estando separado mas no divorciado de ella) cuenta que el ‘Duke’ emprendió su gira por Sudamérica por dos razones: se estaba divorciando de la mexicana Esperanza Bauer, la tempestuosa ‘Chata’, que resultó el mayor error de su vida, y quería dejar el asunto en manos de abogados. Además, quería buscar locaciones para “El Álamo” sin que su nueva productora, Wayne-Fellows, dependiera de los grandes estudios hollywoodenses.

Apenas llegó al aeropuerto de Limatambo el 6 de agosto de 1952, declaró en este último sentido y dijo que, luego de una semana, iría a Chile, Argentina y Brasil. En la tarde, El Comercio lo visitó en su cuarto del piso 7 del Hotel Crillón y Wayne repitió lo mismo. Lo acompañaba Ernie Saftig, el amigo al que le habían dicho que, una vez en Lima, ubicara a Weldy, gerente de Panagra (filial peruana de Panamerican Airways). Este irlandés bohemio los llevó de copas por varios bares limeños. En el Club 91, hubo una trifulca y, al día siguiente, Weldy le sugirió a Wayne llevarlo en un vuelo privado a Tingo María, donde sabía que se rodaba un filme serie B. No dijo que la protagonista era su esposa y que la quería reconquistar porque ella lo abandonó por infiel.

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-EL GIGANTE ATRASADOR-

Weldy invitó a un grupo de amigos a acompañar a Wayne. Entre ellos estaba Chabuca Granda, profesora de música de Pilar, con quien entonó varias canciones en la fiesta que se improvisó luego del rodaje. Wayne alcanzó a ver a Pilar bailando descalza y meciendo su larga cabellera negra en un numerito sensual para “Green Hell”. Las fotos que hizo Eduard Ingris de cómo la estrella se va acercando hasta estar junto a la peruana son muy elocuentes (fueron portada de la naciente “Caretas”).

Pilar narra el encuentro: “Estuvo estupendo en ‘Por quien doblan las campanas’, le dije. El silencio invadió la mesa. Duke miró a su amigo Ernie y ambos se carcajearon. […]. ‘Te estás confundiendo con mi amigo Gary Cooper’, me dijo y me sonrojé. […]. Vivíamos mundos tan diferentes que no creí que íbamos a encontrar temas comunes.

Duke rió de nuevo y el grupo se empezó a relajar, o tal vez porque bebimos muchos pisco sours (pág. 66)”. Pilar, que décadas más tarde escribió un libro de cocina, recuerda el menú: “Era típicamente peruano, cebiche, anticuchos y picarones […].

‘Normalmente, soy hombre de bife y patatas, pero esta es la cena que más he gozado’, dijo Duke (pág 67)”.Pilar da a entender, sutil, que Weldy hizo un mal cálculo, pero Aissa, recogiendo el relato que habrá oído muchas veces en casa, dice sin tapujos: “Aunque no lo planeó así, Weldy llevó a mi papá donde su futura esposa” (“John Wayne, My Father”, 1998, Taylor, pág. 12).

El irlandés Weldy quiso impresionar a su mujer esquiva llevándole una estrella de cine que en Hollywood rompía la taquilla. Pero subestimó los encantos de la guapísima Pilar y la obsesión latina del gigante atrasador. El ‘Duke’ tuvo tres hijos con la mujer de su vida (Tomado de El Comercio).

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