Por Víctor Raúl Osorio Alania (*)
El 4 de marzo de 1934 nace don Mavilo Calero Pérez en Goyllarisquizga, provincia “Daniel Alcides Carrión”, Pasco, autor proficuo. Fue uno de los primeros docentes de la EPM N°34033 de Paragsha, Cerro de Pasco. En 1965 ha disfrutado de una estadía en la Casa Magisterial de la Perla (ex casa presidencial), en 1987 obtuvo las Palmas Magisteriales del Perú en Grado de Educador y en 1993, fue condecorado con las Palmas Magisteriales del Perú en Grado de Maestro, culminando su carrera como Director Regional de Educación de Pasco.
Lima, Perú, le acoge desde hace varios años. Entrelineas confieso que Nilo Calero Pérez vive en Huancayo y es el hermano biológico y aliado de siempre, ¡caray!, dupla sacachispas que tizna la estrella y llevan el carbón hasta la constelación boreal.
Propuso una frase o quizás arenga para su región: ¡Pasqueñicemos Pasco!, eso brotaría de ¡Peruanicemos el Perú!, dicho por José Carlos Mariátegui La Chira. Las veces que logré platicar o cuando he tenido el privilegio de presentar sus obras, apostilla ¡Pasqueñicemos Pasco! Está convencido hasta los tuétanos que la lucha de clases le dio lecciones para escribir sin pausa, eleva la voz por los desposeídos y para ser escuchado sin restricciones.
Él tiene más de cincuenta publicaciones que atañen a la cultura andina, realidad nacional, educación peruana, deontología profesional, autoestima, periodismo, escuela para padres, amén de la poesía de latido social proletario.
¿Dónde y cuándo nace Mavilo Calero Pérez? Nací en Goyllarisquizga el 4 de marzo de 1934. Mis padres fueron Mónica Pérez Mejía y Florencio Calero Goñi. La educación primaria lo realicé en mi tierra natal, la educación secundaria en el Colegio “Daniel Alcides Carrión” y educación superior en la Cantuta, naturalmente que otros estudios de Postgrado en Lima.
¿A qué edad empieza a escribir Mavilo y cuál fue su primera composición? Mis primeras letras –si cabe el término– fueron con motivo de la muerte de mis padres, bastante niño quedé huérfano, esto me conmocionó profundamente y me comprometió a escribir algunos poemas en recuerdo a mis padres, posteriormente seguí en avance, fui director de la revista “Centro Cultural del Centro” en la Cantuta, en Cerro de Pasco publiqué mi primera manifestación a través de “Ccoyllur” (1960).
¿Qué mensaje prima en el poemario Ccoyllur? Predomina una situación amorosa hacia la tierra natal, los padres, hacia la esposa, el próximo hijo que ha de venir, etc. Es decir, toda una situación emocional. Posteriormente la situación va caracterizándose por un compromiso un poco más adentrado a la situación social.
¿Usted hace literatura de compromiso social, literatura como válvula de escape o literatura que juega con la coyuntura? Es una situación coyuntural, en cuanto muchas veces las circunstancias que hemos vivido y que vivimos nos obligan a hablar en voz alta y esto duele a los oídos de los burócratas o de aquellas personas acostumbradas a vivir de falsas palabras, de postizas situaciones, y lo que es más la indiferencia social.
¿Qué tipo de apoyo requiere el literato? Más que una situación económica requiere comprensión social, pero esto en una nación capitalista es bastante difícil, porque basta que al escritor se le ocurra escribir una situación frontal frente a la realidad existencial, pues lo toman como una subversión, no siéndola. Nadie tiene interés acá de deshacer lo hecho por nuestros padres, imposible, por el contrario, conservar y mejorarlo. La concepción de muchas gentes y autoridades es todo lo contrario, pareciera que ellos quisieran ver de nosotros hechos unos adoradores del pasado y silenciosos, y cuanto más silenciosos para ellos bien educados, pero para nosotros bien domesticados.
Además de Goyllarisquizga, qué vates o información ha influenciado en la pluma de Mavilo. César Vallejo ha influido mucho, al igual que Manuel Scorza, en varias ocasiones que estuvimos dialogamos, sobre todo, problemas sociales y lógico algunos poetas más que tienen esa virtud de llegar a las heridas del pueblo y traducirlas en mensaje social.
Qué recuerda de Manuel Scorza Torres, ¿cómo era cuándo buscaba información (datos históricos)? Manuel era un hombre bastante adentrado con la realidad pasqueña. Estuvimos en acciones muy concretas, cuando tratamos de defender al campesinado de esta jurisdicción y es entonces que organizamos un mitin que no se realizó por los juegos de la política, accedieron el permiso, pero al momento de realizarse impidieron a fuerza de bayoneta. Él vivía sin prejuicios, a tomar las cosas tales cuales son, se indignaba rápido cuando veía que había malos peruanos en el Perú, y digo malos peruanos cuando hay gente que está más ávido para callar… En Pasco hubo personajes “negros” (Felipillos) en defensa de los gringos (yanquis). Muchos abogados que tanto hablan del patriotismo y de derechos han actuado más torcidos que cualquier otra línea obtusa o una línea criminal.
¿Cómo era Paragsha, Cerro de Pasco, cuando usted llega en la década del 60? Paragsha era un pueblo bastante especial. ¿Por qué? Porque su gente era muy pobre, muchos huérfanos, muchas viudas, mucha gente desocupada, con muchas aspiraciones… Entonces creamos la escuela de Paragsha, y lo curioso es de que se creó con una simple y llana resolución, al estado le costó una hoja de papel, no nos dieron local, mobiliario, ningún material ni recurso, nada en particular. Yo era el director de la escuela de varones y tenía que afrontar este hecho con la ayuda de los padres de familia. Recuerdo al señor Cornelio un hombre bastante dedicado a su pueblo, pero por su propia edad muy pegado a las instituciones, de respeto, de súplica, de consideraciones a los parlamentarios, del cual no compartía mucho; también recuerdo a los señores Fausto Prado. Severo Aguilar, Pascual Aguilar, Hilario Chamorro, los Janampa, los Oscátegui, Cristóbal, etc., con ellos, todos los sábados y domingos solíamos hacer faenas comunales, sin embargo, en los otros días, con los mismos niños teníamos que trabajar trayendo ichu o paja, mezclando con la tierra, haciendo rodar piedras, etc.
Del estribo. Valentín López Espíritu, alcalde provincial de Pasco, el 2004, proclamó a don Mavilo Calero Pérez, Hijo Ilustre del Cerro de Pasco, con medalla de honor y resolución municipal. Asimismo, la Escuela 34033 de Paragsha, Cerro de Pasco, lleva como rótulo “Mavilo Calero Pérez”, en Goyllarisquizga propician actividades por su dechado. Tales gestos alargan la existencia de tan notable personaje que aún escribe con estrella y carbón.
(*) “El Puchkador de la Nieve”