Tras conocer de su existencia, personal del programa Pensión 65 fue en búsqueda de Marcelino Tolentino, quien dice tener 119 años de edad. Vive en el anexo de Cormillo, jurisdicción del poblado de Huacachi en Chaglla, Pachitea, a donde se llega caminando por más de una hora.
Mercelino vive en una antigua ex hacienda abandonada, sin servicios básicos, alimentándose de frutas que él mismo cultiva pese a sus escasas fuerzas. Produce deliciosos zapotes, lúcumas, maracuyás, limas, plátanos y otras variedades, con los que dio un refrescante recibimiento a la comitiva.
Él era uno de los peones desde su juventud, hombre dedicado al trabajo y al cuidado de los cultivos, no tuvo esposa ni hijos, ahora en su avanzada edad, sordo y de escasa vista, solo tiene la visita casual de bondadosos moradores de Huacachi.
Marcelino no cuenta con ningún tipo de documento, primer requisito para acceder a los subsidios y transferencias económicas, por lo que los miembros de Pensión 65 iniciaron los trámites articulando con las autoridades locales y Reniec, para otorgarle su DNI.
OTROS CASOS. En la visita descubrieron que en el lugar existen más personas que no existen para el Estado. Agustín Silvestre Diego (79), el vecino más cercano de Marcelino, solo tiene la clásica libreta militar; mientras que su hermana Cirila (82), no cuenta con ningún documento de identidad.
En la misma situación se encuentra Alicia Inocencio Aguirre (65). Y lo más penosa es el caso de Pedro Lino Maíz (54), un sordomudo que no recibe el apoyo del Estado.
