El Órgano de Control Institucional (OCI) de la Municipalidad Distrital de Amarilis ha señalado serios problemas en el control de la evaluación rápida y empadronamiento familiar, así como en los medios de vida, tras las fuertes lluvias que afectaron al distrito de Amarilis.
Estos problemas deberán ser tenidos en cuenta para futuros incidentes similares, según el Informe de Visita de Control N° 036-2024-OCI/2694-SVC, publicado ayer en la página web de la Contraloría General de la República.
OBSERVACIONES. Existencia de viviendas en zonas de riesgo: en las quebradas de San Cristóbal, Ricardo Palma, sector 3 de San Luis y Agorragra de Llicua se han identificado viviendas que generan un alto riesgo de daños a consecuencia de desastres naturales. En una visita física, se observaron 200 viviendas de material noble y rústico, con una población de aproximadamente 250 familias.
Como se recuerda, el 11 de noviembre de 2024, debido a las precipitaciones pluviales que cayeron en toda la zona de Amarilis, ocasionaron el deslizamiento de agua con tierra y rocas en gran proporción por la zona poblada en la parte inferior de la quebrada arrastrando todo a su paso e ingresando a las viviendas, ocasionado graves daños a los bienes de los pobladores que habitan por esa zona.
La inestabilidad en la generación y mantenimiento de taludes en la parte alta de la quebrada Agorragra genera un alto riesgo de la descolmatación de los movimientos de tierra y desborde del rio Huallaga.
De la inspección física realizada a la zona de Llicua, se observó que la vía de recorrido que ha desarrollado el último gran volumen de agua con lodo generado el pasado 14 de noviembre del 2024, ha superado el canal habilitado para su recorrido, desbordándose por las vías alternas y afectando a las viviendas aledañas. La habilitación de taludes en la parte alta del cerro ha generado desborde de tierra sueltas con agua de lluvias, alcanzado volúmenes altos con el desborde del mismo.
El almacén de Defensa Civil de la municipalidad no cumple con las condiciones mínimas para el almacenamiento. En una visita el 15 de noviembre de 2024, se observó un ambiente inapropiado, con falta de electricidad, filtraciones de agua y un entorno insalubre. Además, no se utilizan tarjetas Bincard y Kardex para controlar los ingresos y egresos de bienes.
La población presuntamente beneficiaria ha presentado reclamos sobre el empadronamiento, lo que genera el riesgo de no identificar adecuadamente a las familias afectadas o damnificadas y de no poder brindarles ayuda de manera oportuna.
Durante una visita a la parte alta de la calle José Carlos Mariátegui y sus alrededores en el distrito de Amarilis, se evidenció la disconformidad de muchas familias damnificadas que manifestaron no haber sido empadronadas. En el recorrido por el área afectada por el huayco, se observaron múltiples casas dañadas y se encontró que los inquilinos exigían apoyo por la pérdida de sus bienes. Sin embargo, esta ayuda se ve limitada por la llegada de los propietarios de las viviendas, quienes se convierten en los beneficiarios de la asistencia.
En la cima del cerro San Cristóbal, se tomaron datos de algunas personas que no habían sido empadronadas. El listado de beneficiarios reportado por la entidad presentaba datos inconsistentes, lo que generó descontento. Se levantó un acta de verificación e inspección física de daños, recopilando los datos de siete pobladores.
La falta de ejecución del presupuesto destinado a la atención de desastres genera el riesgo de no garantizar la protección de la población beneficiaria. La Gerencia de Planificación y Presupuesto remitió la información a la comisión de la visita de control del Órgano de Control Institucional, revelando que se certificaron 40,000 soles para la administración y almacenamiento de kits de asistencia ante emergencias y desastres. Sin embargo, al 15 de noviembre de 2024, el saldo sigue siendo de 40,000 soles, lo que indica que no se ha gastado nada de este presupuesto.
La no utilización del presupuesto programado para la provisión de bienes y enseres de asistencia en emergencias y desastres implica un riesgo significativo de no estar preparados para enfrentar eficientemente una emergencia imprevista.