William Edilberto Campos Paucarcaja (38) y Jacinto Ales Palacios Salcedo (32) fueron condenados a 18 años y seis meses de cárcel, mientras que Rosalía Falcón Iglesias (39) fue sentenciada a 17 años tras ser hallados culpables del delito contra el patrimonio en la modalidad de extorsión en agravio de un ingeniero civil.
La sentencia fue emitida por el Juzgado Penal Colegiado Transitorio de Huánuco, cuyos magistrados por unanimidad resolvieron condenar a los dos reos y para Rosalía, la ejecución de la sentencia está suspendida hasta que la Sala resuelva el recurso de apelación presentada por la defensa técnica.
HECHOS. Según la acusación fiscal, William Campos entre el 2012 y 2013 ingresó al penal de Potracancha siendo clasificado en el pabellón 7, estando en este pabellón el 1 de junio del 2015 cuando el personal de seguridad del Inpe realizaba una inspección ordinaria, encontró en sus pertenencias un chip de celular, el cual estaba en un monedero marrón.
Mediante un acta de concejo proponen sancionar al interno, para luego reubicarlo al pabellón 5 y es donde conoce a su coprocesado Jacinto Ales Palacios y a Rosalía Falcón, quien era su conviviente. Es así que, el 30 de junio del 2015 Campos, Palacios y Falcón planifican ejecutar una extorsión a un ingeniero y para ello cuentan con el apoyo logístico de dos personas conocidas como Frank y Roy, quienes fueron los encargados de hacer las llamadas extorsivas desde el número 995100460.
Al lograr comunicarse con el agraviado, uno de los delincuentes dijo que alguien estaba pagando por su cabeza 20 mil soles y al no cumplir con lo acordado quería llegar a un acuerdo a cambio de 10 mil soles para que no suceda nada con él y su familia. Luego de negociar, el agraviado acordó depositar 600 soles el 1 de julio del 2015 y es donde Frank y Roy llamaron al agraviado con la finalidad de brindarle el número de cuenta de ahorros 04483177521 que está a nombre de Rosalía Falcón. El dinero fue retirado por la conviviente de uno de los extorsionadores para luego el 4 de julio del mismo año llevarlo al establecimiento penitenciario, donde estaban recluidos su pareja y amigo.
Con la finalidad de evadir a las autoridades, Rosalía quien había sido identificada por los investigadores, trató de involucrar a su familiar diciendo que su sobrino es quien llamó al agraviado pidiendo el dinero de la extorsión, pero en el proceso judicial, Rosalía Falcón cambió de versión y dijo que lo hizo para proteger a su amigo y conviviente.
Pese que el agraviado pagó parte del dinero de la extorsión, ambos internos del pabellón sostenían comunicación con sus cómplices que continuaron llamando al agraviado, por lo que no tuvo otra opción que denunciar ante la policía y en el proceso de investigación, lograron identificar a la dueña de la cuenta bancaria y a través de ella a los otros dos extorsionadores.
