Quejan a magistrados por absolver a sentenciado por violación sexual

Alvina Venturo Estela (51) identificada con DNI 22726067 presentó su ante la Oficina Desconcentrado de Control Interno de la Corte Superior de Justicia de Huánuco, una queja contra la magistrada Angélica Aquino Suárez de la Sala Penal de Apelaciones que mediante resolución 16 del 25 de agosto del 2018 revocó la sentencia de primera instancia emitida por el Juzgado Unipersonal de Chavinillo que falló condenando a seis años de pena privativa de la libertad efectiva a Teodoro Cruz Justo.

Asimismo absolvieron de la acusación del delito contra la libertad sexual en la modalidad de violación sexual en agravio de Alvina y ordenaron archivar el caso de manera definitiva y lo más sorprendente es que la sala ordenó la excarcelación de Teodoro Cruz. Ante esta realidad, la humilde mujer pide que el órgano de Control Interno revise su caso, porque su agresor sexual que camina libre la amenazó con matarla y desaparecerla.

“El 30 de agosto que salió de la cárcel llegó a la chacra donde vivo con mi esposo y a propósito hizo rodar una piedra que casi nos mata junto a mi nuera y nieto de cuatro días de nacido. Mi vida está en peligro por culpa de la sala que ordenó liberar a la persona que me violó”, dijo la agraviada al tiempo de informar que teme por su vida y la de su familia.

Alvina, quien vive en el caserío de Altohuaín, poblado de Huampari, distrito de Obas, provincia de Yarowilca, ayer, llegó a Huánuco para pedir que su agresor regrese a la cárcel porque en solo dos meses, la Sala Penal de Apelaciones integrada por las magistradas Angélica Aquino Suárez, Rocío Marín Sandoval y Sandra Cornelio Soria, resolvió declarar fundado el recurso de apelación interpuesto por el sentenciado Teodoro Cruz Justo.

Entre los argumentos de la sala para emitir la cuestionada resolución está que la defensa técnica del acusado, dijo que Alvina y Teodoro eran amantes, las cuales fueron corroborados con las llamadas telefónicas que la supuesta agraviada hizo a su presunto agresor. También indica que la “incriminación o acusación de la agraviada en contra del acusado fue con la finalidad de que su entorno familiar más íntimo no se entere de la relación sentimental que habría sostenido con el acusado. No es común que una persona luego de haber materializado un grave y execrable delito de violación sexual se quede con las prendas íntimas de su agraviada y luego las presente a las autoridades para la investigación”, dice parte de la resolución.

Otro detalle que fue tomado en cuenta por la sala es que la agraviada no presenta indicadores de afectación emocional, pero lo que las magistradas no habrían valorado correctamente es el resultado de la prueba de ADN practicado al acusado con los esparmatozoides hallados en la ropa íntima de la agraviada que indica que pertenecen en un 99.99999% a Teodoro Cruz Justo.

En conclusión, en la resolución indica que la agraviada no es coherente en su relato sobre los hechos y por unanimidad optaron por absolver al sentenciado que hoy en día es una amenaza para la humilde mujer.

HECHOS. El 10 de noviembre del 2016 a las 6:00 de la tarde cuando Alvina regresaba a casa después de hacer cargar la batería de su celular en la casa de su vecino Anatolio Justo Brioso, fue interceptado por Teodoro Cruz, quien tras golpearla con patadas y puñetas la tumbó al piso para luego ultrajarla sexualmente. Culminado el acto sexual, decidió llevarse su ropa interior aduciendo que probaría su supuesta infidelidad. Con la finalidad de evadir su responsabilidad, optó por entregar al juez de paz del poblado de Huampari, la ropa interior de Alvina, argumentando que había sorprendido a su amante (agraviada) con su medio hermano manteniendo relaciones sexuales.

Al respecto, Alvina, niega cualquier relación sentimental con el acusado, porque ella tiene su esposo y lo ocurrido el 10 de noviembre es real.

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