Policía confesó que pagó tres mil soles a dos sicarios para que maten a la pareja de su ex

Un suboficial de la Policía según su confesión pagó tres mil soles a dos sicarios para acabar con la vida del ingeniero agrónomo Paolo Alfredo Elías Valdéz (23), quien fue asesinado de un disparo la noche del 17 de setiembre en la cuadra cinco de la avenida Las Américas, en Aucayacu, distrito de José Crespo y Castillo, provincia de Leoncio Prado.

La detención en flagrancia delictiva de Elvis Jhunior Rengifo Miguel (28), quien presta servicios en la comisaría de Aucayacu ocurrió el 18 de setiembre a las 6:30 de la tarde en la misma dependencia policial. El agente al sentirse acorralado por sus colegas, no tuvo otra opción y aceptó que contrató a “Gerverth” y “Turry” a quienes pagó tres mil soles para acabar con la vida del hombre que, según él, estaba con la mujer que amaba.

Incluso habría confesado que 20 minutos antes de ejecutarse el crimen por encargo, entregó la motocicleta negra marca Bajaj, modelo Discover 125 de placa 8843-0W que según Sunarp está a nombre de su mamá, el cual fue usado por los sicarios para dirigirse al lugar y disparar a quemarropa a Elías Valdéz, quien estaba ayudando a su enamorada Mishel Caysahuana Herrera (27) a cerrar la puerta del local comercial.

Las cámaras de seguridad instaladas en un local cerca a “Agro-Ferretería Mishel” captaron el momento que el sicario que iba en la parte posterior baja y dispara al ingeniero que por el impacto cae al piso y los sicarios huyen. Aún con vida, el egresado de la facultad de Agronomía fue trasladado al centro de salud del lugar, pero desafortunadamente llegó cadáver.

Tras el cometer el homicidio, los sicarios habrían llamado al suboficial Elvis Rengifo para informar que ya estaba el trabajo e indicaron que recoja su moto en la calle Aucas.

Ayer, como parte de las diligencias de esclarecimiento de los hechos a cargo del personal del Departamento de Investigación Criminal de Leoncio Prado que dirige el comandante PNP Alexander Fernández Latorre, ubicaron la moto usada por los asesinos, el cual estaba en la casa de la señora Cila Miguel Martín, madre del suboficial detenido.

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