Una vez más la imagen de la Policía se ve afectada por el accionar de dos suboficiales, quienes fueron captados recibiendo dinero producto de una supuesta coima que pidieron al chofer de una combi para no trasladar a la comisaría de Huánuco por una presunta infracción al Reglamento Nacional de Tránsito.
En las imágenes que fueron grabadas por un celular se observa al suboficial Jhon Bradley Loyola Navarro sentando en el asiento reservado, mientras que Ronald Celestino Aguedo estaba en la puerta y se ve solo sus manos. Una voz que Luis Enrique Villalobos Huamán (22) reconoció como suyo, le dice a Victoria Esteban Tacuche (32) cobradora y quien filmó el acto de corrupción de ambos agentes: “Liz yo no sé ah, la señora va pedir rendición de cuentas y no sé de donde m….. vas a sacar”. Mientras el policía que está en el asiento reservado recoge el dinero y pregunta si tiene todos sus documentos y el conductor molesto por lo que estaba viviendo responde: “aquí está, quieres verlo”, y una voz que sería de Celestino Aguedo, dice “aquí no pasó nada”.
Las imágenes fueron entregadas a la Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios a cargo del fiscal Marco Espíritu con la finalidad que presente al juzgado de turno la detención preliminar de ambos agentes que hasta el cierre del informe están inubicables.
Y como parte de las diligencias, policía y fiscalía Anticorrupción ayer a las 8:00 de la mañana llegaron a la comisaría de Huánuco para indagar sobre la situación de los efectivos que trabajan en la unidad de Patrullaje a Pie. Fueron atendidos por el comisario Bernardo Barrantes, quien informó que Celestino Aguedo y Loyola Navarro no se presentaron a su servicio que estaba programado de 7:00 de la mañana a 3:00 de la tarde, pese que fueron notificados.
LA INTERVENCIÓN. Luis Enrique Villalobos (chofer) y Victoria Esteban (cobradora) narraron a la policía la forma de cómo fueron intervenidos de manera irregular por los policías (Loyola y Celestino). Indicaron que eran las 11:30 de la mañana del 27 de febrero, la combi que realiza servicio de Cayhuayna a Puelles sufre desperfecto mecánico cuando estaban en los jirones Huánuco e Independencia, por lo que deciden hacer bajar a sus pasajeros y es donde aparecen ambos uniformados que piden los documentos al chofer y al presentar, el agente de apellido Loyola dice que van a ir a la comisaría, porque no estaba usando cinturón de seguridad.
Ante esto, Victoria, increpta a los policías y le dice que no era necesario ir a la comisaría y pidió que impongan la papeleta por la infracción, pero uno de los policías le dice que será la sección de tránsito que imponga la sanción. Ambos agentes abordan la combi con la intensión de ir a la dependencia policial. Siguen todo Independencia hasta General Prado bajan a Leoncio Prado y continúa su recorrido llegan a Tarapacá, bajan y cuando están a la altura de Abtao, el carro vuelve a sufrir un desperfecto mecánico. El chofer pide a su ayudante que baje a empujar, también piden a los policías, pero el único que acepta es Celestino, mientras que Loyola se queda en el vehículo.
Cuando están empujando circunstancialmente aparece un patrullero de la comisaría de Huánuco, cuyos agentes deciden apoyar en la intervención amarran con una soga la combi y lo llevan todo Tarapacá hasta llegar a Malecón, luego continúan su recorrido a Pedro Puellles y es donde se estacionan la combi y el patrullero, el momento es aprovechado por Loyola quien pide “arreglar” para no llevarlo a la comisaría, donde impondrían una papeleta de 2 mil soles y el 10% les correspondería. Piden 200 soles para omitir sus funciones, pero ante las súplicas de la cobradora bajan su tarifa a 100 soles.
Y como Victoria no tenía el dinero acude a la casa de su hija para prestarse 80 soles y hacer completar el monto solicitado para luego poner detrás del asiento del chofer, donde es filmado recogiendo el dinero.
Creyendo que todo quedaba ahí, los policías deciden retirarse, pero la cobradora pide la devolución indicando que los había grabado, pero ninguno los cree, pero cuando la señora grita pidiendo que devuelven su dinero tildándoles de rateros y delincuentes, es que Celestino y Loyola huyen con direcciones diferentes.
Según la denunciante, los policías que estaban en el patrullero que también conocían del hecho deciden retirarse del lugar cuando entrega los 100 soles. Ambos agentes están identificados y también fueron interrogados sobre la irregular intervención. Luego del incidente, el chofer y cobradora regresan al mismo lugar de la intervención con la esperanza que ambos policías iban a regresar, pero al ver que no llegaban orientados por otros compañeros deciden acudir a la comisaria de Huánuco para denunciar el caso.
Al cierre del informe, fuentes policiales indicaban que ambos están esperando que pase las 48 horas que dura la flagrancia delictiva para presentarse, por lo que Inspectoría debe cumplir su función y sancionarlos.