Luego de cinco días de permanecer en las calles de la ciudad de Huánuco, tener sitiado la sede del gobierno regional y mantener bloqueada la carretera Central; la protesta de productores de papa concluyó con discordias, descontentos, intervención policial y hasta heridos.
Todo, por la falsa expectativa que sembró el extrabajador del Gobierno Regional de Huánuco, Ewin Miranda Ávalos, quien fungiendo de dirigente, planeo estratégicamente la manifestación por motivos que deben ser materia de investigación. Interpretó a su manera la Ordenanza Regional n° 023 que el mismo ayudó a elaborar, para decir a los agricultores que había 30 millones para la compra de papa e insumos.
Para cumplir su cometido, movilizó a hombres, mujeres y niños, poniendo en peligro su integridad. Una vez en las calles, instigó la violencia como pedir que flagelen a los periodistas que no los apoyaban. Su intensión era someter a todos para conseguir sus objetivos; pero no pudo sostenerlo.
Es cierto, los reclamos de los verdaderos agricultores, sobre todo de la agricultura familiar postergada y olvidada, son justos. Hace falta bastante apoyo, no solo del gobierno regional; sino mucho del gobierno central y también de las municipalidades. Pero, la compra de papa por parte del Estado no ayuda a emprender soluciones al problema de fondo, de eso solo se benefician algunos; por lo tanto, hacer un paro para ello no es razonable.
Las exigencias y manifestaciones de los verdaderos dirigentes y agricultores organizados deben ser constantes, no solo acordarse cuando el precio de la papa está mal. Necesitan una real atención con proyectos de inversión, asistencia técnica, asignación presupuestal y otros que de a poco permita iniciar y avanzar hacia un desarrollo sostenible.
Tras la protesta, el Gobierno Regional de Huánuco, tiene una tarea: otorgar un verdadero apoyo al agro, sin necesidad de sacar inútiles ordenanzas, porque este sector desde hace mucho que está en emergencia.
