Por Pascual Alejo Rettiz
Hace unos días del mes pasado, en la plaza histórica de Huánuco se insistió en resaltar una “decisión política desesperada del entonces poder dominante” como que la jura de la independencia en Huánuco del 15 de diciembre de 1820, era pues de llenarse de honor y gloria. NADA MÁS FALSO, sostener tremenda afrenta a los verdaderos próceres de la independencia que supieron morir con dignidad en los campos de batallas y otros en las mazmorras o socavones (minas), y que en el olimpo de la libertad están como héroes anónimos. Para nosotros, Crespo Castillo, Eduardo Lucar, etc., pueden ser los instrumentos para un fin político circunstancial, pero no tienen la talla gloriosa para seguir contando y repitiendo más de lo mismo en pleno siglo 21. A esta fecha, existen documentos evidentes para reivindicar a los verdaderos hombres y próceres de la independencia de Huánuco y del Perú, no hacerlo en este momento, nos estaremos convirtiendo en cómplices desastrosos de formar una falsa dignidad e identidad del hombre huanuqueño como verdad histórica.
Juan José Crespo Castillo y Eduardo Lucar
“Un busca fortuna fácil de huacas y entierros” del pasado, del acomodado regidor, que le toco por presión de sus contemporáneos liderar la empresa rebelde, no para favorecer al pueblo, sino para hacerse del poder criollo y enfrentarse a los administradores del gobierno colonial, y que pagó con su vida al ser abandonado en el proceso por sus propios paisanos; estos antecedentes germinan y se apolillan en los archivos, sobre la revolución doceañista, urge reescribirla sin apasionamientos. Y, en ese mismo espacio también lo de Eduardo Lucar, el huaracino “lunarejo”, que no tuvo mejor idea de salir en busca de los triunfadores de Pasco, y sumarse al plan político impuesto “genialmente por el libertador San Martín”, cual es, la suscripción de las Actas de Adhesión a la causa criolla de la independencia, para evitar la pérdida de sus intereses y dominios económicos, que venían recuperándose los malos huanuqueños después de 1812. Nos preguntamos, acaso este último no tenía conocimiento de los procesos que enfrentaban los “rebeldes de Huánuco”?, acaso este juez y subdelegado de la corona real del partido de Huánuco, no tenía conocimiento pleno que muchos huanuqueños estaban condenados a morir en las celdas de castigo del real Felipe, y lo peor purgando condena en los socavones de las minas de Yauricha – Pasco?. Pues, una decisión política no puede ser materia de júbilo, tampoco de heroísmo o de dignidad, que se recuerde dicha acta como un pasaje de fecha histórica de los adherentes, firmado por traidores y explotadores de acomodados con el poder de turno, pero NUNCA al lado del campesino o hijo del pueblo.
José Contreras
Para nosotros el principal soldado (de ascendencia e influencia telúrica Quera Chupacho) bilingüe, que sabía leer y escribir, con facilidad de comunicación sobre los alcaldes ubicados en los pueblos de ambas márgenes del valle del Huallaga, Huertas y Chaupiguaranga. Es uno de los tantos líderes, que merece ubicarse como el Precursor del primer movimiento popular del Perú de 1812, es a este varón de la clase nativa de quien debemos sentirnos lleno de honor y gloria, porque supo convocar con su arrojo a los suyos y llevarlo hasta el triunfo en Huayopampa y Huánuco, no llegó al combate de Arcopunco y Ayancocha; porque murió en manos de los traidores que apoyaron a Juan José Crespo Castillo, se registra esta entrega en la hacienda de Andabamba para cometer un vil crimen, cegando su existencia al líder del pueblo campesino andino, porque él demandaba más poder sobre el pueblo, reduciendo a los “mestizos y criollos españolizados” su poder político y por ende sus intereses económicos, el Cholo Contreras, creí que la libertad e independencia sería como volver a la vida del Tahuaintisuyo, es decir formando por los suyos, que en voz contemporánea de aquel siglo colonial, se anunciaba la formación de repúblicas federadas.
Porque nuestro Perú, no es un país unilateral y multilingüe. Nunca lo fue, sino es plural multilingüe, antes de la invasión española, tres naciones tenían plena existencia, Aymaras, Quechuas, Silvícolas; luego con la mezcla europea se formaron dos naciones más la Mestiza (Cholos) y afroperuano. Reivindiquemos con la verdad y rindamos honores a estos hombres que lucharon por tener un Perú soberano y desarrollado, sin injustica, sin corrupción, con pan andino y libertad.
Por qué Huácar y Santa María del Valle
La réplica de la adhesión del Acta de Jura de la Independencia celebrada en la considerada Villa de San Miguel de Huacar, es por conocimiento de cómo estaba manejándose los “países del Perú”, en lo territorial, político, social, económico y religioso, y Huacar tuvo para su época y mantiene el registro de ser un lugar estratégico desde la misma invasión española, para recuperar las fuerzas bélicas proveyendo de alimentos y forraje, siendo sus benefactores la principal parroquia y los hacendados españoles, los alcaldes de indios que siempre estaban dispuestos a apoyar el pensamiento libertario, como ocurrió al arribo de Nicolás Herrera, el comisionado de Arenales, y en Santa María del Valle, puerta de ingreso al país de los panaos.
Héroes: que Huánuco y el Perú nunca debe olvidarlos
Antes, precisamos que el General José de San Martin, venía aplicando un plan político cortoplacista, de contar con la mayor cantidad de los pueblos y ciudades que se adhieran a desconocer a las autoridades españolas formadas en los “países del Perú”, antes, durante y después, tal es el caso de Huánuco, que después de la batalla de Cerro de Pasco (sobre los mineros de Yauricocha), y con el triunfo de las armas de la independencia, liderada por el General Juan Antonio Álvarez de Arenales, también se lograba la libertad de nuestros verdaderos prisioneros PRÓCERES DE LA INDEPENDENCIA quienes venían cumpliendo condena por sentencia del Tribunal de Lima, pagando sus condenas en los socavones de las Mina del Rey (galerías subterráneas) por revelarse y levantar armas contra el yugo español, “no por una decisión política”, SINO POR HECHOS DE VALOR DISTINGUIDO Y ARROJO A FAVOR DE VER UN PERÚ LIBRE Y SOBERANO, ellos fueron los alcaldes de indios y mestizos rebeldes, considerado la fuerza bélica campesina del centro.
Loor y Gloria, a:
Mariano Silvestre del Pueblo de Panao; Honorato Callan de Pillao; Patricio Martínez, de Acomayo; José Calixto, de Santa María del Valle; Gregorio Evaristo, alcalde de indios de Huacar; Francisco Antonio, de Acobamba; Mariano Camacho, de Cayna; Manuel Beraun, alias “Saguacay” de Huallayco (Huánuco); Juan de Dios Esteban, alcalde de Pachas; Lucas Ruiz, de Rondos; Marcos Sánchez, de Punchauca; Pablo Cruz Vilca, de Chupan; Antonio Ambrosio, de Chavinillo; Julián Ortega, Manuel Concha y Nicolás Charín; José Huanca, Pablo Usuriaga, Antonio Mallqui, Marcos Alejo, Julián Gaspar, Ascencio Briceño, Manuel Roque, Santos Trujillo, los hermanos Pedro y Francisco cabello, Hipólito Gómez, Santos Tello, Victorio Soto; fueron estos los valerosos hombres que puestos en libertad recibieron el calor humano de ovación “en medio del reconocimiento vivo del pueblo de Pasco”, por orden del General Álvarez de Arenales.
Testigo de este episodio olvidado, fue el arriero y luego cura huanuqueño Manuel Sáenz, quien conocía muy bien el tránsito de Huánuco hacia el valle del Huertas y Chaupiguaranga (Ambo – Yanahuanca), y así como amigo del cura Villavicencio, quienes apostaban y apoyaron la insurrección contra las malas autoridades españolas de la época.
Sin embargo el escribano que actuaba antes a favor de la corona española, y que a la sazón era pues también de Huánuco Ascencio Talancha, omitió esta certificación en las redacciones de las Actas de Pasco y Huánuco. Acaso lo hizo adrede como ocurre hoy, siempre el soldado de tropa es la carne de cañón, y los honores se llevan sus superiores. ESTO DEBE CAMBIAR!.
A manera de conclusión
Es correcto continuar repitiendo el pasado histórico ante las evidencias documentarias que fueron ajenas de consulta en el pasado, y que muchos autores de reconocida talla intelectual, erraron; por eso decía el maestro Varallanos, urgen revisar la “Historia de Huánuco”, actualizarla y reescribirla. NO DIJO COPIAR, PEGAR Y REPETIR. Disculpamos las apreciaciones de algunos por miopía histórica, pero a otros por ocultar la verdad?. Acaso es correcto continuar ensalzando falsos héroes, entonces cual sería el aporte del presente siglo, en 200 años que es nuestro.
Una sola forma de lograr un cambio en el alma o espíritu del pueblo huanuqueño, y por cierto del Perú, es reescribir con juicio y valor histórico todos los pasajes de la historia de la patria, solo así, estaremos encontrando el verdadero camino oculto de nuestra identidad y dignidad, que reclaman nuestros héroes que por su sangre derramada nos compromete hacer JUSTICIA HISTÓRICA NACIONAL. Viva el Perú!!!