Pachitea, metadatos

Por: Víctor Raúl Osorio Alania*

 

29 de noviembre de 1918, créase la provincia de Pachitea, Huánuco, por Ley n.° 2889, siendo presidente de la República don José Pardo y Barreda. En la fecha, incluye a cuatro distritos: Chaglla, Panao, Molino, Umari. Panao es capital distrital y provincial, hállese a 2520 metros de altitud. Esta genealogía Panatagua (Panao, Pillao y Acomayo) tuvo protagonismo en la rebelión huanuqueña (22 de febrero al 21 de marzo de 1812).

 

POESÍA

La provincia andina de Pachitea / ama lo diáfano en arada tea (Cuartetos). Versados Panataguas tienen hechos / que llegan como prudencias al río, / saben batallar contra lo sombrío / con delectaciones en varios trechos.

La provincia andina de Pachitea / capta el bosque, los afectos, la nube; / paisano, áureo sol desciende y sube, / ama lo diáfano en arada tea.

Chaglla, jurisdicción de agricultores, / cultiva el futuro con tersas manos, / gracias a la papa hay concordia, humanos, / bueyes mugen por dotados candores.

Palabras definidas de Molino / resaltan capitales quehaceres, / el pueblo con derechos y deberes / progresa bajo el aire peregrino.

Las vivientes páginas de Panao / están lúcidas en surcos bucólicos, / muchos actos y léxicos simbólicos / evitan hacer o pronunciar chao.

¿Cuál es la justificación de Umari? / El sentido cabal de pertenencia / innato a historia, toponimia y ciencia / nace de plantígrado, oso o ukumari.

PULGAR

El Dr. Javier Samuel Pulgar Vidal menciona: la industria de curtiduría tuvo un mercado desarrollo en la provincia de Pachitea, pues los indios disponían de los cueros de los animales sacrificados en el área, empleaban sustancias vegetales tónicas como la corteza de un árbol magche-magche que crece en los bosques de las alturas y vendían muy baratas buenas suelas con las cuales los zapateros de Panao realizaban la única industria que por muchos años se desarrolló en la capital de aquella provincia. (2017, p. 74)

 

INDUMENTARIA

La resolución viceministerial 223-2017-VMPCIC-MC atisba sobre la manta blanca.

SE RESUELVE: Artículo 1. Declarar Patrimonio Cultural de la Nación a los conocimientos y prácticas relacionadas al tejido y uso de la manta blanca en las provincias de Huánuco y Pachitea, departamento de Huánuco, en reconocimiento a que esta tradición textil se encuentra plenamente instituida en los usos y costumbres de la población, especialmente de los distritos de Panao, Umari, Molino, Chaglla y Churubamba, acompañando el ciclo vital y constituyendo un elemento con un fuerte valor simbólico para la identidad cultural de sus portadores. (El Peruano, normas legales, lunes 27-nov.-2017).

Elegante mujer panatagua viste blusa blanca, chompa colorida, falda negra plisada de 26 o 45 varas, zapatos negros de charol, infaltable la manta de algodón que se teje en la propia zona.

La fina soltera lleva la manta doblada en el hombro izquierdo, la casada se cubre la espalda. Sin distinción, casada o célibe usa la ruana para cargar a la criatura, también sirve para cubrirse la cabeza o llevarlo como faja. Los varones usan sombrero, camisa, pantalón y zapatos.

Cuando el casamentero le quita o arrebata la frisa a la soltera y ella va detrás de él, se infiere que está de acuerdo para constituir familia, sin embargo, si da por perdida la prenda no quiere saber nada con el susodicho.

El uso de la manta blanca tuvo y tiene metamorfosis en Quitamanta, amorío costumbrista de origen propio que se remata con cashua o cachua.

Colores pasteles e intensos dan realce a la fémina, véase al galán arcoíris o turmanya.

«Los colores pasteles o tenues que resaltan en la chompa son: blanco, celeste, beis o beige, palo rosa; mientras tanto, la mayoría de mujeres de Pachitea usan chompa en matices penetrantes (púrpura, lila, grosella, verde limón, turquesa, amarillo, morado, zapallo)», precisa entusiasmada la Mag. Alicia Nerida Cuyubamba Zevallos, y, añade, «las que acostumbran guardar luto (con riguroso negro) saben por ciencia o experiencia que el negro hace juego con los colores intensos o cálidos». ¡Tanta cultura viva para difundir!

PLAZA

El epicentro se da en la única plaza, calles adyacentes y barrios (añejos y nuevos). Noviembre apesadumbrado / reflexiona en el tejado, / venturosa Navidad / arriba con humildad, / variedades de patata / siegan al son de cantata.

«Nos dicen chucruqueso (queso duro)», menciona un pañaco y pide privacidad para su nombradía.

La parte superior de la plaza exhibe los jirones Lima (venta de coca, también brilla el Colegio Túpac Amaru II), Mayro, Ucayali y otros; al pie, Pachitea (véase el templo católico, la torre ultramarina, local de la UGEL).

A la izquierda, destacan los jirones Espinar, Alfonso Ugarte, Arica, Progreso, Pachitea. En la diestra, Bolognesi, Grau, Tacna, Lagarto y demás.

Acordonan el talento de la plaza sin duda alguna, los jirones Lima, Bolognesi, Pachitea y Grau. Noger Rojas Rivera (n. 14-nov.-1956 en Panao) se da tiempo para mencionar los barrios: Chunkakuna (Alta y Baja), Siglo Nuevo, Macorgoto, Ulcumanos (frontera con Molino), Winchipata, Shirawacta.

Emancipada trova. La flor una música aromática o de aromas infinitos, estoicos árboles mitigan ruidos, preocupaciones, latidos, frases de amor, pedidos de empleo, transferencia económica desmedida.

Ecológicos letreros abonan creatividad con pasividad. «La tierra tiene música para los que escuchan».

Luz de faroles (veinticuatro ha constatado mi alma gemela kármica) dan música para los ojos, también para los otros sentidos (se habla de catorce).

Aquella pileta suplica por agua a la fórmula H2O, parece alejarse los domingos, sobre todo los domingos durante la tarde-noche.

Diez bancas externas escuchan el cántico de trimóviles, autos, centros comerciales, del palacio municipal, Banco de la Nación…

Dieciséis bancas internas sobrellevan la melodía repetida de comedores populares o improvisados a la economía inconsistente.

Varias calles adyacentes (grandes en historial como las conocidas) argumentan vivencias sin letreros ni cánticos.

Por favor, es la tonada preferida que usa el viajero para encontrar hospedaje, hostal, hotel, restaurantes o la vivienda de algún conocido.

¡Cafecito con cachanga (panqueque) o pan típico! Manos y todo el cuerpo sienten abrigo. ¡Mazamorra de almidón de papa! Oferta de las mamitas que expanden lonchecito en el Jr. Bolognesi.

El mercado pierde letras (hablo del rótulo), pero los comensales asiduos resaltan el año solar o lunar desde las seis de la mañana.

A las diez de la noche, cuando proclamo que soy trotamundos, los canes me responden como Argos de Ulises.

 

*Docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

 

REFERENCIA

Pulgar, J. (2017). El valle del Alto Huallaga un análisis regional. Lima: Sociedad Geográfica de Lima.

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