El 22 de febrero estalló la revolución doceañista

Por Adalberto Pérez Naupay

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Para la liberación del Perú y América del dominio español, fueron decisivos los procesos y hechos históricos ocurridos en el continente americano y europeo: la proclamación de la independencia de las Trece Colonias (1776) del dominio inglés y como consecuencia el surgimiento de Estados Unidos de Norteamérica; la rebelión de Túpac Amaru II,  ocurrido en el año 1780 contra el gobierno español, el triunfo de la Revolución Francesa (1789) y por consiguiente la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano; la invasión napoleónica al reino español (1808-1814) y en 1812, la promulgación de la Constitución Liberal por las Cortes de Cádiz, donde en uno de sus acápites se estableció “la igualdad de derechos entre españoles y americanos”, gran logro evidentemente. “Idea fortificada por la circulación de libros e impresos que divulgaban el lema de la Revolución Francesa: “libertad, igualdad y fraternidad”, e incitaban a la rebelión contra el injusto régimen español representado en América por una corrompida burocracia y en la Península por la Junta de Sevilla, la que reclamaba de América el envío de gruesas sumas, sin retribución alguna para los americanos” (Varallanos 1959:451).

Los primeros lustros del siglo XIX, el virreinato del Perú afrontó conspiraciones  e insurrecciones que afectaron el orden político del gobierno español en América, a pesar  de que Abascal se había convertido en el férreo defensor del sistema imperante; sin embargo, en el Perú se dio la conspiración de Cuzco (1805), encabezados por el cuzqueño Manuel Ubalde y el huanuqueño Gabriel Aguilar Narvarte; entre 1809 a 1812, la formación de las Juntas de Gobierno, inicialmente como muestra de  fidelidad y lealtad de los criollos americanos a favor del rey de España frente a la invasión francesa; luego se convirtieron en movimientos separatistas. Además, el levantamiento de Francisco Antonio de Zela en Tacna (1811) y labor de concientización ideológica realizados por los intelectuales criollos en Lima, entre ellos, Hipólito Unánue, José Faustino Sánchez Carrión y el sacerdote Toribio Rodríguez de Mendoza, constituyéndose en verdaderos antecedentes históricos.

 LA REVOLUCIÓN DOCEAÑISTA

La revolución estalló en Huánuco el 22 de febrero de 1812, cuando un gran número de rebeldes provenientes de las zonas rurales de Huánuco, cansados de los abusos de las autoridades españolas, irrumpieron la ciudad. “…, los indios de Panao, Santa María del Valle, Malconga, Pachabamba, Pomacucho y Churubamba, capitaneados por Pedro José Zevallos (de Chulquillo), José Sánchez (Ulluco), Asencio Castillo, Manuel Beráun, Antonio Flores, Gregorio Espinoza, Santiago Figueredo (de Panao), José Coronel (del Valle), José Trujillo (de Llicua), en son de guerra marchaban hacia Huánuco. Y en el puente Huayaupampa sobre el río Huallaga, un cuarto de legua al E. de la ciudad, en la orilla derecha, comenzaron a tomar posesiones” (Varallanos, 1959:466,467). Muy pronto, Domingo Berrospi fue designado general en jefe y Juan José Crespo y Castillo como teniente general y aparecen una larga lista de ciudadanos que participaron en este levantamiento: José Contreras, los hermanos José y Manuel Rodríguez, Francisco Pérez, José Arce, Asencio Castillo, Norberto Haro. Además, previo al levantamiento de 1812, algunos frailes cumplieron  acciones difusión del pensamiento libertario, en la relación  figuran: Mariano Aspiazú (Ecuador), Ignacio Villavicencio (Cuzco), Francisco Ledesma (Lima) y  Marcos Durán Martel (Huánuco); justamente, uno de los versos publicados en aquellos años perteneció al  fraile Villavicencio, cuyas letras decían: “Pilcomasicuna por la Patria en unión quispichinacuson al chapetón”,  aunque el término más apropiado en vez de  quispichinacuson, debió decir quispichisun, que en quechua significa, hay que hacer escapar al español, descifrado el pensamiento completo: Huanuqueños por la patria unidos, hagamos escapar a los españoles.

Asimismo, a este movimiento revolucionario se unieron los pobladores de las provincias actuales de Pachitea, Dos de Mayo, Huamalíes, Yarowilca y Lauricocha.

Las autoridades que representaban el poder español en Huánuco, emprendieron fuga hacia Ambo y Pasco, para pedir apoyo al intendente de Tarma, José Gonzales Prada, quien, con el visto bueno del virrey Abascal, organizó la contraofensiva, habiendo derrotado a los insurrectos el 18 de marzo del mismo año en Ambo; los líderes fueron perseguidos y capturados, un grupo fue conducido a los trabajos forzados en las minas, otros encarcelados y un grupo, deportados al viejo mundo, es el caso del Fray Marcos Durán Martel a Ceuta (norte de África), Juan José Crespo Castillo y José Rodríguez fusilados y Norberto Haro ahorcado en la plaza mayor de la ciudad de Huánuco, el 14 de setiembre de 1812.

La revolución doceañista, marcó un hito en la historia de nuestra independencia, puesto que 8 años después de produjo la batalla de Uliachín en Cerro de Pasco y la proclamación de la independencia de Huánuco en 1820; y, 9 años después, la proclamación de la independencia del Perú por José de San Martín (1821). Sin embargo, las clases desposeídas sobre todo los dedicados a labores agrícolas que participaron en la revolución de 1812, poco o nada consiguieron para mejorar sus condiciones de vida, ni tampoco con la independencia; pues, fueron los criollos quienes tomaron el poder político y la tenencia de bienes y propiedades y más tarde en la etapa republicana se convirtieron en clases dominantes minoritarias que hasta hoy deciden el destino de las mayorías, desde Lima.

FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA HISTÓRICA

*La historia como ciencia social tridimensional, estudia el pasado, presente y con proyección al futuro, por ello los conocimientos históricos deben ser útiles para tener mejor lectura de tiempos actuales, el historiador francés Marc Bloch, decía: un pueblo que no conoce su historia vive en la oscuridad; por ello, es importante saber la historia regional, nacional y mundial a fin de reflexionar y analizar el presente y futuro de nuestros pueblos.

*El Minedu debe restablecer el área de Historia en Educación Básica; anteriormente llamada asignatura, para que los estudiantes puedan tener mejor conocimiento de los procesos y hechos históricos del Perú y del mundo para el logro de la conciencia histórica.

*Insistimos, la población de las once provincias de Huánuco debe organizarse con una plataforma consensuada, para buscar su desarrollo y convertirse en uno de los departamentos más prósperos de la región central del país. “Necesitamos, pues forjar eslabón a eslabón, la cadena de una férrea unidad departamental: crear nuestra personalidad histórica, diferenciada y fuerte…” (Pavletich 1937). En la actualidad, Huánuco tiene mucha necesidad, una economía precaria, carencia de centros ocupacionales, de empresas e industrias, urge sacudirse del conformismo. Pavletich, añade: Sólo nos falta una cosa: Despertar.

*Los participantes mayoritarios de la revolución doceañista y de otros procesos históricos de Huánuco, siempre fueron la población campesina, obligados por los grupos de poder o por voluntad propia; los guechuas (residentes en altitudes bajas e intermedias) y los jalgas (residentes en altitudes mayores); en tal virtud, merecen mejor consideración, respeto y el buen trato en toda circunstancia.

Huánuco, 22 de febrero de 2020.

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