Pobladores de Alto Tulumayo arriesgan a diario sus vidas al usar huaros para cruzar ríos

Los pobladores de 24 caseríos del Alto Tulumayo que se encuentran en la jurisdicción del distrito de Chaglla (Pachitea) y límite con varios distritos de la provincia de Leoncio Prado e incluso Puerto Inca, arriesgan cotidianamente su vida e integridad al hacer uso de los “huaros”, para atravesar las orillas de los ríos que atraviesan esos vastos territorios.

Eliel Escobal Ayala, consejero regional por la provincia de Pachitea, señaló que los pobladores de los centros poblados de Julio C Tello y Antonio Mansilla, con sus 24 caseríos, hacen uso de los “huaros” o cabinas para traslado de personas o carga sobre los ríos en comunidades alejadas, pero que implican riesgos para los madres de familia y sus niños que deben usarlos, como también para trasladar sus productos agrícolas que en muchos casos se pierden por las dificultades que genera su uso.

Señaló que en la zona del centro poblado de Julio C. Tello hay un “huaro”, que estima entre 80 a 100 metros, que sirve a los pobladores para atravesar un riachuelo que en esta temporada es muy caudaloso, mientras en el caso del centro poblado Antonio Mansilla, el “huaro” tiene una longitud que podría estar llegando a los 500 metros, que lo convierte en uno de alto riesgo, demorando hasta media hora para pasar de una orilla otra.

Propuso que para facilitar la atención de los pobladores se construya un puente de aproximadamente 100 metros en la zona de Alto San Juan, que servirá a los pobladores del Alto Tulumayo, y también a los distritos de Hermilio Valdizán, Daniel Alomía Robles, Mariano Dámaso Beraún, todos ellos en la provincia de Leoncio Prado, así como al distrito de Codo del Pozuzo en la provincia de Puerto Inca, y por supuesto a Chaglla. El gobernador regional se comprometió en realizar los estudios técnicos.

Asimismo, dio cuenta de la preocupación de los comuneros por el estado de las defensas ribereñas que se encuentran muy afectadas por el incremento del caudal de los ríos de la zona, que los han debilitado y amenazan inundar sus tierras agrícolas y destruir viviendas e infraestructura pública.

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