Cementerio general de la ciudad de Huánuco permanecerá cerrado en Todos los Santos

Por primera vez, el cementerio general Augusto Figueroa Villamil de la ciudad de Huánuco, al igual que el resto de camposantos, estarán restringidos al ingreso de público durante la celebración del Día de Todos los Santos, a causa de la pandemia. Muchas personas que en esta fecha asisten para visitar las tumbas de sus seres queridos que partieron a la eternidad, se verán privados de cumplir este sagrado acto.

No habrá celebración como cuando religiosamente desde los días previos al 1 y 2 de noviembre, llegaban centenares de personas para orar y dar ofrendas; mezclarse con comerciantes de comidas, de flores y velas; y trabajadores eventuales dedicados a la limpieza de los nichos, así como músicos y rezadores. Todos los Santos es una fiesta y por eso en estas fechas los cementerios son convertidos en verdaderos lugares de festejos; eso no habrá, porque el coronavirus sigue presente.

El gerente de la Beneficencia Pública de Huánuco, José Valdéz Barrueta, confirmó que los días 1 y 2 de noviembre, tanto el cementerio Augusto Figueroa Villamil y los otros cementerios, permanecerán cerrados en cumplimiento de las disposiciones sanitarias.

“Hemos emitido un comunicado que no habrá atención de ninguna clase en los cementerios. De ello tiene conocimiento la policía, la prefectura, la municipalidad de Huánuco y la fiscalía de prevención del delito”, precisó el funcionario.

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No hay visitas

A diferencia de otros años, cuando en el cementerio Augusto Figueroa Villamil ya se sentía la previa de las fiestas de Todos los Santos, ayer lucía desierto, solo con algunos trabajadores en la entrada, y con letreros que no hay atención al público, salvo para sepelios con limitada asistencia de personas.

Un grupo de personas que llegó con la intención de ingresar al camposanto se mostró apenado ante los letreros informando que para evitar las aglomeraciones y ante el riesgo latente de una segunda ola de contagios del covid 19, se prohibía la atención total.

Fulgencia Gonzales Reyes, quien llegó desde Yarowilca, para anticipar su visita a las tumbas de su padre y su abuelo, no logró su cometido. “En este cementerio tengo a mi papa don Narciso Gonzales y a mi abuelo Fausto Beteta, todos los años vengo a visitarlos; pero desde que empezó la pandemia todo ha cambiado, tendré que volver a mi provincia sin poder visitarlos”, manifestó.

Negocios perjudicados

Luz Reyes, una vendedora de flores de hace años que trabaja en los puestos aledaños al cementerio, menciono que una vez que la pandemia empezó tuvo que vivir de sus ahorros y que pese a haber regresado a trabajar, aún no ha podido recuperarse del todo, más aún ante el hecho de que en los días de mayor venta no habrá atención. “Debido a la pandemia hemos pasado mal, ya que dejamos de trabajar. Ya hemos vuelto, pero el negocio ha bajado bastante porque no se abre el cementerio, es solo para entierros”, refirió.

Otra de las perjudicadas es de Elizabeth Baylon, propietaria de la marmolería Señor de Burgos, ubicado al frente del cementerio; sin embargo, mencionó que está de acuerdo con la medida para evitar los contagios del covid.

“Fui cien por ciento afectada por la pandemia. Somos de un rubro que está en la cola de la reactivación económica, junto al turismo. Tenía un personal conmigo al que me vi obligada a despedirlo”, contó Elizabeth.

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