
La región de Medio Oriente enfrenta una de sus crisis más graves en años, con un enfrentamiento directo entre Israel e Irán. En la madrugada del 13 de junio de 2025, Irán lanzó más de 150 misiles balísticos contra Israel, impactando en ciudades clave como Tel Aviv y Jerusalén.
Este ataque fue una represalia por los bombardeos israelíes sobre instalaciones militares y nucleares iraníes que dejó al menos 78 muertos y más de 320 heridos. Entre las víctimas se encuentran altos mandos militares iraníes, como el comandante de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami, y el jefe del Estado Mayor, Mohammed Bagheri.
Las explosiones afectaron zonas residenciales en Teherán, causando daños significativos y aumentando la tensión en la región.
El líder supremo de Irán, ayatolá Ali Jamenei, calificó el ataque israelí como una muestra de la «vil naturaleza» de Israel y prometió represalias, que lo está cumpliendo. Mientras tanto, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró que la ofensiva continuará «durante los días que sean necesarios».
Tras la represalia de Irán con oleadas de misiles; Israel, en respuesta, ha intensificado sus operaciones militares, atacando decenas de objetivos estratégicos en Irán.
La ofensiva israelí ha generado una reacción inmediata de Estados Unidos, que ha desplazado dos destructores hacia el Mediterráneo Oriental para reforzar la defensa de su aliado. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha instado a Irán a negociar un acuerdo nuclear, aunque las posibilidades de diálogo parecen cada vez más lejanas.
El conflicto ha dejado al menos 34 heridos en Israel, algunos en estado crítico. En Irán, los bombardeos israelíes han causado graves daños en Teherán, afectando incluso zonas cercanas a la residencia del líder supremo, Ali Jamenei.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación, con la ONU y la Unión Europea pidiendo una desescalada inmediata.
La situación sigue evolucionando, con informes de nuevas oleadas de ataques y una posible intervención de grupos aliados como Hezbolá. La incertidumbre sobre el futuro del acuerdo nuclear entre Irán y Estados Unidos añade más tensión a la crisis4. Mientras tanto, la población civil en ambas naciones enfrenta un panorama de miedo e incertidumbre, con refugios activados y medidas de emergencia en curso.