Ayer en la tarde, vendedores ambulantes y serenos protagonizaron una bronca que paralizó el tránsito e hizo cerrar los comercios porque arrojaron gas pimienta para dispersar a las decenas de personas que rodearon el vehículo de seguridad ciudadana con la finalidad de recuperar el carrito salchipapero que minutos antes fue retenido en un operativo.
Según averiguaciones realizadas por Tu diario en el lugar del incidente, todo inició con la retención del carrito salchipapero de propiedad Zenobia Espíritu Jurado. La intervención ocurrió en las intersecciones de los jirones General Prado y Huallayco, donde cada tarde ocupa la vía pública para vender pollo broster y otros.
Al ver que la mujer ponía resistencia para que los serenos no le quiten su herramienta de trabajo, dos jóvenes que serían familiares optaron por defender a la vendedora ambulante iniciándose una gresca que incluyó insultos, patadas, puñetes, y arañones. Otros comerciantes y transeúntes que observaron el hecho también decidieron unirse y evitar la intervención.
Hasta el lugar llegaron policías del Escuadrón de Emergencia y Patrullaje Motorizado con la finalidad de ayudar a los serenos que eran golpeados por la turba de enardecidos vendedores, quienes a viva voz exigían que devuelvan su salchipapero a la señora Zenobia Espíritu, pero ante la negativa optaron por subir a la camioneta donde estaba el bien incautado y a la fuerza lo sacaron.
Al ver que las cosas salían de control, los agentes tuvieron que arrojar gas pimienta para disuadir a los revoltosos que tenían retenido la camioneta en la cuadra siete del jirón General Prado, acción que fue aprovechada para que el vehículo de seguridad ciudadana salga de lugar y evitar que la riña continúe.
SE RESISTEN. Familiares de Zenobia consideraron que algunos agentes de Serenazgo están cometiendo abusos con los ambulantes. Indicaron estar de acuerdo con el ordenamiento de la ciudad, pero no de forma violenta, quitándoles su mercadería y agrediendo a los vendedores. “No es justo que los serenos nos estén molestando todos los días y a otros los dejan vender, como es el caso de la señora Yacsa Cochachi, quien es esposa del sereno Ramírez, ella vende churros en varios puntos de la ciudad, pero no le dicen nada”, declaró la hija de Zenobia.
Por su parte la municipalidad de Huánuco a través de su página de red social, publicó fotografías y un texto con el siguiente título: ¿ambulantes o delincuentes? donde informa que un grupo de serenos fue agredido cuando cumplía su labor de ordenar las calles. Anunciaron que pese al incidente continuarán con los operativos para recuperar las calles porque los más de 300 mil habitantes añoran con tener una ciudad segura y ordenada, libre del comercio ambulatorio.