
En la cama 2 del servicio de medicina del hospital de contingencia del Hermilio Valdizán falleció el reo Niltón Céspedes Huamán (33), quien estaba internado desde el 4 de noviembre tras ser sacado de emergencia del penal de Potracancha para ser sometido a una intervención quirúrgica. Por orden del representante del Ministerio Público, los restos de Céspedes Huamán fueron trasladados a la morgue central para ser sometidos a necropsia de ley. Entre tanto, el Inpe comunicó lo sucedido a los familiares para el retiro del cuerpo.
Niltón Céspedes apodado “Lechuga” cumplía una pena de 35 años de cárcel dictada por la Sala Penal Liquidadora Transitoria de Huánuco en noviembre del 2015 tras ser hallado culpable del delito de robo agravado con subsecuente muerte en agravio del capitán PNP Henry Javier Pebe Bendezú y contra la vida el cuerpo y la salud en la modalidad de lesiones graves en agravio del suboficial Víctor Prado Suclupe.
“Lechuga” junto Nemer Acuña Trujillo apodado “Posheco”, Christopher Villanueva Acuña “Cholo” y Ronel Dupleix Jara Huamán “Clavo” integraban la banda de asaltantes denominado “Los malditos del 51”. Una de sus últimas víctimas fue el comisario de Tulumayo, quien el 3 de marzo del 2009 regresaba a la dependencia policial a bordo de una motocicleta y como copiloto viajaba el suboficial Prado. Al llegar al kilómetro 51 de la carretera Fernando Belaunde Terry, en la zona conocida como “Garganta del Diablo”, los malhechores atacaron a balazos a los policías.
El ataque fue repelido por el suboficial Prado Suclupe, pero el capitán recibió dos disparos que lesionaron sus pulmones y corazón. Fue trasladado de emergencia al hospital de Tingo María pero llegó cadáver. Enterados de la muerte del oficial, policías de las diferentes unidades del Frente Policial Huallaga hicieron una redada por los alrededores del lugar del asalto logrando atrapar a los autores a quienes les encontraron pertenencias de otros pasajeros que fueron víctimas del asalto.
Pese que “Lechuga” negó su participación en el asalto, las declaraciones de otras víctimas de “Los malditos del 51” fue crucial para que los magistrados declaren culpables.