Rosalí Víctor Ascón Paredes (37) fue condenado a pasar 20 años de su vida en el penal de Potracancha, tras ser hallado culpable del delito de violación sexual en agravio de una menor de 15 años. La sentencia fue emitida el 19 de abril reciente por el Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de Huánuco, cuyos magistrados además de disponer el pago de 5 mil soles a favor de la agraviada, ordenaron que el sentenciado sea sometido a un tratamiento psicológico.
HECHOS. El 15 de noviembre del 2020, Danitza Natividad Verde, dijo a la menor que su amigo Rosali Víctor Ascón era empresario y pagaba 1200 soles a las señoritas que trabajaban para él y en ese instante la contactó. Luego, desde los celulares 928703871 y 943553725, el ahora sentenciado llamó a la menor indicando que era empresario y que vendía productos por delivery y si podía trabajar para el a cambio de 1200 soles.
Con el paso de los días, Cascón Paredes, empezó a ganarse la confianza de la menor y preguntaba con quien vivía, cuantos años tenía, si había tenido relaciones sexuales y qué le gustaría de regalo.
En seguida pidió que le envié una foto para su fotocheck, le dijo que era muy hermosa y empezó a llamarla “bebe”, “corazón”, “mi amor”. El trato era mutuo hasta el 24 de noviembre, del que hay 170 hojas de las comunicaciones que sostuvieron.
El 25 de noviembre envió un mensaje diciendo que empezaría a trabajar y su horario sería de 9:00 de la mañana a 5:00 de la tarde e indicó que a las 8:30 de la mañana la recogería del óvalo de Cayhuayna, donde supuestamente iba a encontrarse con otras cuatro chicas que trabajarían en su empresa. Al llegar al lugar pactado, Cascón Paredes estaba a bordo de un vehículo rojo, marca Kia de placa BNU-152 al que la invitó a subir con la intención de iniciar su trabajo; tras recorrer varias zonas la envió a realizar un trámite en la Sunat, y le dijo que era todo por ese día.
Al día siguiente, llamó a la agraviada para decirle que la recogería, pero pidió que se ponga un vestido, porque supuestamente iba a probarse algunas prendas que le entregaría para el trabajo. Sin imaginar las intenciones, la menor subió al mismo vehículo. En el camino, le habría dicho que tenía que hacer una entrega urgente en Cayhuayna, y que luego la llevaría al almacén, donde trabajaría; pero en el trayecto, la envió a comprar helado y gaseosa, para luego dirigirse a orillas del río Huallaga.
Estacionó el automóvil debajo de unos árboles aduciendo que descansaría un rato. En lugar, la agraviada bebió la gaseosa con alguna sustancia que le hizo perder fuerzas, lo que aprovechó para agredirla sexualmente. En Cámara Gesell, la menor dijo que pese que le mordió la lengua y gritó, su agresor hizo caso omiso a las súplicas y abuso de ella, para luego abandonarla por el colegio Juan Velasco Alvarado, advirtiendo que guarde silencio.
Dos días después del ataque sexual, la menor contó a su madre y juntas acudieron a la unidad especializada para denunciar el caso. La fiscalía, presentó al juzgado el requerimiento de prisión preventiva que fue declarado fundado por nueve meses y fue internado en el penal de Potracancha, desde donde afrontó el proceso que terminó en sentencia.
ALGO MÁS
El examen de integridad sexual practicado a la menor confirmó la sindicación, el cual fue valorado por los jueces para emitir la sentencia condenatoria.
