Hermanitos fueron separados por la muerte

Las intensas lluvias que caen en el departamento cobró su primera víctima. Diego Campos Japa (10) falleció tras ser sepultado por la pared de su casa que se desplomó producto de la humedad. El primer accidente 2018 por desastre natural ocurrió en el jirón Lambayeque, Sector 5, parte Alta, en Amarilis.

La emergencia ocurrió cuando los hermanos Diego (10), Andrés (13) y Cristofer (5) dormían en un camarote pegado a la pared que da al cerro y su padre Saúl Campos Lorenzo estaba en la misma habitación, pero en otra cama. Producto de la humedad, la pared de tapial y adobe terminó cediendo por el peso y cayó sobre ambos menores. “Segundo antes Cristofer despertó y estaba sentado en la cama, por eso es que el barro no le sepulta por completo como si lo hizo con Diego y Andrés”, dijo Celia, tía de los menores.

El primero en ser rescatado sin sufrir lesiones de consideración, fue el cuarto de cinco hermanos (Cristofer). Con ayuda de los vecinos, fueron rescatados Diego y Andrés, quienes si fueron sepultados por completo. “Por temor a chancar su cabeza y hacerles daño no utilizamos picos, con nuestras manos tuvimos que retirar el barro, primero en ser sacado fue Diego y el último Andrés”, contó Isidoro Gonzáles Castro vecino de la familia agraviada.

Los vecinos desesperados llamaron a serenazgo, policía y Samu, pero al no encontrar respuesta un vecino optó por trasladar a los menores a bordo de su trimóvil al centro de salud Carlos Showing Ferrari, donde el médico de emergencia comunicó a los parientes que uno de los heridos no tenía signos de vida, mientras que el segundo tenía politraumatismo.

Dieguito como lo llamaban de cariño, este año iba cursar el cuarto grado de primaria en el colegio Seños de Los Milagros. Era un niño muy cariñoso ayudaba a su mamá (Elizabeth) a vender tamales. Andrés, cursa el cuarto grado de educación secundaria en el colegio Las Mercedes.

LLAMADO. Ante la desgraciada ocurrida a la familia Campos Japa, moradores de los jirones Arequipa y Lambayeque, ubicada en la parte alta del Sector 5, mostraron su preocupación porqué sus casas de material rústicas corren la misma suerte de desplomarse.

“El 4 de enero después de la lluvia, parte de mi casa se cayó afectando mi cama, televisor y otras pertenencias, no sabemos que hacer es el único lugar que tenemos para vivir porque somos pobres”, dijo Eusebia Luján Chaupis. En la misma situación está Luis Romero Munguía, cuya casa también está afectada producto de las lluvias.

El agua que los pobladores utilizan para sus quehaceres diarios y el agua de la lluvia están provocando que varias viviendas construidas de tapial y adobe estén deteriorando, por lo que los vecinos exigen la construcción de muros de contención e instalación de agua y desagüe.

Pese que la zona es de alto riesgo, muchas familias optaron por construir sus casas poniendo en riesgo su vida.

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