Escolar que fue violada y quedó embarazada clama justicia

Dos años esperando justicia. Esta es la historia de la joven de iniciales E. A. C. P. (21) que a los 19 años quedó embarazada producto de una violación sexual por parte de un poblador que a la fecha camina libre por las alturas de Rondos, sin que nadie pueda hacer algo, ni siquiera la policía, porque no existe una orden de captura en su contra.

Según la denuncia, el agresor de la escolar sería Levi Ureta Anaya, quien el 16 de abril del 2017 entre las 12:00 y 1:00 de la tarde interceptó a la estudiante de la Institución Educativa de Wariwayin cuando regresaba a su casa. Ante la propuesta de ser pareja, el poblador que registra otras dos denuncias por el mismo delito, la tumbó al piso y luego de bajarle su buzo la violó sin importar los gritos de auxilio. Antes de huir tuvo la osadía de decir a su víctima “ahora si te vas a sentir mujer”, para luego pedir que no cuente a su mamá.

La agraviada no contó a su familia hasta dos meses después cuando la señora Teodora Pozo Sebastián (54) fue llamada a la dirección del colegio, donde el director Gari Cotrina Juipa, le informó que su hija estaba gestando y debía denunciar el caso ante la fiscalía o Demuna de Rondos.

El 5 de julio del mismo año, la mamá de la escolar embarazada acudió a la sede del Ministerio Público y fue atendida por el entonces fiscal Néstor Mendoza Quispe de la Segunda Fiscalía Penal Corporativa de Lauricocha, quien luego de recepcionar la denuncia dispuso una serie de diligencias entre ellas el examen de integridad sexual de la agraviada en la División de Medicina Legal, pero lo sorprendente del caso es que, hasta la fecha, el agresor no es capturado.

Pasó el tiempo y la agraviada dio a luz producto de la violación sexual a una hermosa bebé que a la fecha tiene un año y siete meses de nacida. Entre tanto, el agresor sigue libre y hasta anoche no existía ninguna orden de captura en su contra, lo que significa que la fiscalía encargada de investigar el caso olvidó de solicitar la detención preliminar del agresor sexual.

“No es posible que haya pasado dos años y el violador de mi sobrina siga caminando como si nada hubiese pasado, mientras ella tuvo que dejar de estudiar para convertirse en madre y cuidar de su hija. A pesar que la pequeña está registrada con el apellido de su padre hasta la fecha no le dado ni un sol y usted no imagina lo que es mantener a un hijo cuando vives en la extrema pobreza”, dijo un familiar al tiempo de asegurar que para la gente pobre no hay justicia y prueba de ello es lo que está viviendo su familia.

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La joven que rindió su declaración ante la policía y fiscalía, dijo estar dispuesta a someterse a cualquier prueba, porque está seguro que Levi Ureta es el padre de su hija porque fue él, quien la violó.

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