Alejandro Acosta Ponce (83) fue hallado sin vida en su choza ubicada en el caserío de Yachas, distrito de Aparicio Pomares en la provincia de Yarowilca. El crimen del octogenario habría ocurrido días antes, pero recién el 2 de diciembre sus familiares descubrieron el macabro hecho de sangre que ha conmocionado a toda una población, porque el cuerpo estaba siendo devorado por los canes de la zona.
El cadáver del octogenario estaba en posición decúbito dorsal tenía las manos atadas hacia atrás y sobre pajas cubierto con colchas multicolores. A simple vista tenía un corte grande en el cuello que habría sido provocado por un arma blanca, hecho que le habría provocado una hemorragia.
El caso fue reportado a la Primera Fiscalía Penal Corporativa de Yarowilca, cuyo fiscal en coordinación con agentes del área de homicidios del Departamento de Investigación Criminal realizó la diligencia de levantamiento del cadáver de Acosta Ponce para luego ser trasladado a la morgue, donde ayer fue sometido a necropsia.
Entre tanto, por la forma de cómo fue atacado el octogenario, los investigadores no descartan que el móvil del hecho de sangre estaría relacionado a un robo y los delincuentes para evitar ser delatados optaron por degollarlo para luego cubrir el cuerpo con colchas, frazadas y prendas de vestir.
La escena del crimen que está ubicada a dos horas de Chupán fue inspeccionada por peritos de criminalística y en su informe deberán consignar si la muerte de Alejandro Acosta está relacionado a un ajuste de cuentas, robo, acto de venganza o muerte natural.
