Cadena perpetua por violar, estrangular y sepultar a su hija

A casi cinco años del hecho que en su momento causó consternación en la población, el Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de Huánuco condenó a la máxima pena de cadena perpetua a Jesús Cierto Espinoza (46) tras ser hallado culpable del delito de feminicidio agravado en agravio de su hija de 16 años. Asimismo, los magistrados ordenaron el pago de 35 mil soles por concepto de reparación civil a favor de la familia de la agraviada.

Cierto Espinoza, está detenido en el penal de Potracancha desde setiembre del 2018 que fue arrestado por moradores del poblado de Coyllarbamba, distrito de Tantamayo, provincia de Huamalíes. Otras 50 personas, cumplen la misma condena en el recinto penitenciario que hasta ayer albergaba a más de tres mil internos.

CASO. En agosto del 2016, Rosalinda, hija mayor de los esposos Cierto Onofre, quien cursaba el quinto grado de educación secundaria en la Institución Educativa de Coyllarbamba, desapareció sin dejar rastro. Desde el inicio, los vecinos que conocían sobre la relación que la escolar tenía con su padre, sospecharon que algo malo había pasado, por lo que comenzaron a buscar y al verse rodeado por las preguntas Jesús Cierto, huyó hacía Huaraz, donde permaneció escondido hasta setiembre del 2018.

Mientras el feminicida hacía su vida y olvidó su responsabilidad de padre, familiares y moradores no cesaban en su búsqueda hasta que, en marzo del 2018 ubicaron los restos de la escolar en un silo, muy cerca de su casa. Al ver las prendas de vestir que llevaba puesta la adolescente antes de desaparecer, Gloria Onofre Palacios, dijo que era su hija y pidió a las autoridades capturar al responsable.

A más de dos años, Cierto Espinoza, quien regresó al caserío de Shucsha, poblado de Coyllarbamba fue arrestado y entregado a los policías de la comisaría de Llata. El juzgado declaró fundado el requerimiento de prisión preventiva por 18 meses por lo que fue encarcelado, y en setiembre del 2019, el feminicida regresó a la escena del crimen, donde reconstruyó pasó a paso de cómo atacó, violó, estranguló y enterró en un silo a su propia hija.

Según la fiscalía, Jesús, violaba a la escolar desde que tenía 13 años y no le permitía que tuviera amigos, incluso en una oportunidad cuando asistieron a una fiesta en el poblado de Coyllarbamba, la ahora agraviada que estaba bailando con uno de sus amigos fue golpeada frente a las personas y llevada a la fuerza a la habitación que Jesús había alquilado para quedarse a dormir con hija. Dicha acción llamó la atención de algunas personas, pero lastimosamente no reportaron a tiempo y la menor fue violada y estrangulada por el hombre que la engendró.

La prueba de ADN practicada a los restos óseos encontrados en el silo, determinaron científicamente que pertenecían a Rosalinda Cierto Onofre, por lo que el detenido no tuvo otra opción que aceptar su delito y acogerse al proceso de conclusión anticipada.

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En la reconstrucción de los hechos, Cierto Espinoza, trató de justificar su delito argumentando que el demonio había poseído su cuerpo.

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