Por Elizabeth Saly Deza Laurencio
Un y mil educadores del mundo se vieron forzados, por las circunstancias del tiempo, a batallar contra la crisis sanitaria producida por el famoso Covid-19.
Para todos, la existencia ha sido muy sencilla, antes de la pandemia, sin embargo, a la propia vida, a esa que la consideramos importante, el propio destino le dio un vuelco; se produjo otro de los cambios más bruscos de la historia. Aparecieron los dolores, las tristezas, las malcriadeces y rencores. En consecuencia, los hijos van captando o percibiendo esas expresiones emotivas.
Hace años, cuando la educación se impartía en el aula, un docente podía mostrarse tal cual era, tenía óptimas facultades para dar amor y confianza al momento de formar, educar o instruir a los estudiantes. Pero, desde la llegada de la crisis de salud, cada docente tenía que enfocarse en hacerse fiel amigo y servidor de la web. Los servicios de internet, en buena hora, ayudan a que todos los docentes se mantengan comunicados y que la relación entre alumno y docente se mantenga. Pero esta salida, no ha sido muy efectiva para aquellos de condición económica baja.
Joe Manchen comenta que cada niño debería tener en sus vidas un adulto que se preocupe por ellos. Y no siempre es un padre biológico o un miembro de la familia. Puede ser un amigo o un vecino. A menudo son los Educadores. Pero un profesor no alcanza la felicidad plena al saber que las aulas aún seguirán vacías y más aún al saber que sin amor no hay una enseñanza inspirada, ni un aprendizaje motivado. Los estudiantes han de seguir sobreviviendo la crisis y han de batallar con la suerte del destino, para salir airosas de todas las dificultades.
Este lunes quince se reanudarán las clases virtuales en el país. Entonces considero que es relevante recordar y reflexionar sobre nuestra actitud como padres, maestros y autoridades; más aún si se trata del futuro de nuestros hijos.
Tal vez la relación entre docentes y los alumnos se enfríe, pero eso no significa que su importancia se pierda, en esta circunstancia de nuestra vida debemos tomar la posta de cada docente y aparte de ser padres educar a nuestros hijos, con ejemplos de lucha y valentía, enseñarles a respetar las reglas, las normas y hacer caso los protocolos. Cada docente hará lo suyo en el aula virtual, pero los ejemplos de la vida, solo quienes están en casa los podrán otorgar.
Últimamente se han presenciado furia en las personas de nuestro entorno, esto sucede, cuando no hay equidad y cuando las autoridades no hurgan las necesidades más urgentes que tiene el pueblo. En ese sentido, como consecuencia, la sociedad misma ha ido olvidando la importancia de inculcar a los hijos, quienes en futuro tendrán la oportunidad de dirigir asociaciones, grupos o inclusive el país. La educación que viene de casa, es necesaria. Padre de familia, no confíes solo en los educadores, esta vez, ellos han de enseñar a nuestros hijos solo desde lejos.
Inician las clases, y el país aún siente pena y miedo. Tal vez, se cree haber perdido las fuerzas, pero esto ocurre solamente cuando la comunidad misma lo permite. Este es el tiempo en el que cada estudiante y maestro ha de medir su interés por vivir la vida tal y como corresponde. Inician las clases, estemos preparados, incentivemos a que cada niño tenga, por lo menos, una radio en casa.
*Docente Bachiller de Lengua y Literatura. Escritora Pachiteana, integrante de la AEH (Asociación de Escritores de Huánuco).