
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este 4 de julio una ambiciosa ley fiscal y presupuestaria que redefine las prioridades económicas y sociales del país. La normativa, aprobada por estrecho margen en ambas cámaras del Congreso, contempla recortes masivos de impuestos, aumentos en el gasto en seguridad y migración, y reducciones significativas en programas sociales.
La Cámara Baja le dio su aprobación final por 218 votos a favor y 214 en contra, incluidos los de dos republicanos díscolos preocupados por su impacto sobre la deuda y sobre la energía verde.
Principales medidas de la nueva ley fiscal
- Recortes de impuestos: Se hacen permanentes las rebajas fiscales de 2017, con nuevas deducciones para propinas, horas extra y adultos mayores con ingresos bajos. Las empresas podrán deducir gastos en investigación y maquinaria.
- Gasto en seguridad y migración: Se destinan más de 170 mil millones de dólares en cuatro años para reforzar la frontera, construir centros de detención y contratar 20,000 nuevos agentes de ICE y CBP.
- Impuesto a las remesas: Se impone un gravamen del 1 % a las remesas enviadas al extranjero, lo que afectará directamente a millones de migrantes.
- Aumento de tarifas migratorias: Solicitar asilo costará 100 dólares, un permiso de trabajo 550 dólares (válido solo por seis meses), y apelar decisiones migratorias costará 900 dólares.
- Recortes sociales: Se reducen fondos para Medicaid y cupones de alimentos. Se imponen requisitos de trabajo de 80 horas mensuales para acceder a estos beneficios.
- Eliminación de incentivos verdes: Se eliminan subsidios a energías limpias y vehículos eléctricos, y se promueve el uso del carbón para la industria del acero.
Reacciones
Trump celebró la aprobación de la ley como “la más grande de su tipo jamás firmada” y aseguró que “convertirá a Estados Unidos en un cohete espacial económico”. Sin embargo, organizaciones como el American Immigration Council y el Economic Policy Institute advirtieron que la ley podría generar caos en comunidades migrantes y afectar negativamente la economía nacional.
La oposición demócrata calificó la ley como un “regalo fiscal para los ricos” a costa de los más vulnerables, y denunció su impacto en la cobertura de salud y la seguridad alimentaria de millones de estadounidenses.