
La situación política en Corea del Sur ha alcanzado un punto crítico con el arresto del presidente Yoon Suk-yeol, acusado de insurrección y abuso de poder tras declarar la ley marcial en el país. Esta medida, presentada como una acción de «emergencia» para preservar el orden constitucional, fue ampliamente rechazada tanto por la ciudadanía como por el Parlamento, que anuló la ley con 190 votos a favor en una sesión extraordinaria.
La detención del mandatario se produjo en la madrugada de este miércoles, luego de que más de mil agentes policiales y anticorrupción irrumpieran en su residencia en Seúl, a pesar de la resistencia de su equipo de seguridad y de miles de seguidores que intentaron bloquear el operativo.
En un mensaje grabado antes de su detención, Yoon afirmó que acataba la orden de arresto para evitar un «desafortunado baño de sangre». Posteriormente, fue trasladado a las oficinas de la Fiscalía Anticorrupción, donde permanecerá retenido durante un máximo de 48 horas según la orden judicial.
Por primera vez en la historia de Corea del Sur ,un presidente surcoreano afronta un arresto . Por su parte un abogado del presidente alega que la orden de captura carece de legalidad y que la oficina anticorrupción no tiene autoridad para investigarlo. Al mismo tiempo, Yoon enfrenta un juicio en el Tribunal Constitucional, que deberá decidir si confirma la moción de destitución aprobada por el Parlamento.