
Por Víctor Raúl Osorio Alania*
Wamash es chúcaro, no te creo; el secreto trasciende de persona en persona, si te creo; véase a Wamash de lindero a lindero, de la tierra hacia los cielos, de antaño hasta el infinito, eso puede comprobarse andando por estos lindes.
¡Estupendo! Hasta los años setenta del siglo XX pocos tenían el atrevimiento de ingresar y pasear por el corpus de él. ¡Requetebién!
INFORMACIÓN BÁSICA
Distancia. A 20 km, al tanteo, desde Obas, o sea, cinco horas de caminata; desde Andahuayla y Colquillas emplease cuatro horas.
Mapa de ruta. 1. Plaza de Obas, Jr. San Martín, UNHEVAL, Obaspampa, Pontó, Andahuayla, Wamash. 2. Ulterior al año 2015, las autoridades de Yarowilca han habilitado la vía que llega hasta Rayín Cóndor, de ahí está Wamash a menos de ½ hora.
Ubicación. Al este de Obas y en los terrenos de la Comunidad Campesina de Chavinillo, provincia de Yarowilca.
Toponimia. Wamash deriva de Wamali o Wamalíes y estas voces de waman o halcón. Por ende: Wamash o halcón en busto de varón asoma, divisa, vigila o hablando en simple: aguarda el sí de Lacshawarina para que hagan las paces.
Relato de justificación. Wamash quedó inmóvil o se ha autopetrificado para huir de la estratagema nupcial de Achkay (bruja, mujer disociadora). Él tenía ideado hacer vida marital con Lacshawarina, su amor eterno; ahora, dócil la observa de reojo por siempre, ella está en Ayapiteq (Ayapiteg).
Altitud. Supera los 4.000 msnm. Área que ocupa. Cerca de 500 m (frontis) x 100 m en los costados.
Figura natural. El busto de Wamash puede distinguirse en casi toda la provincia de Yarowilca y provincias contiguas.
CONCLUSIONES
Uno. El señorío de Wamash trasunta lo geopolítico y espiritual, lo endógeno y exógeno, por ello, hicimos chacchapay e inmediatamente pusimos la ofrenda o mesada pertinente de coca, cigarro sin filtro, aguardiente o shakta, caramelo, galleta, fruta y mucha fe para acceder a su corpus, meritorio consejo sacado del sombrero peludo del conejo.
Dos. Se pudo avanzar unos metros a rastras (cuerpo a tierra), otros metros en cuclillas o doblados. Los guías fueron los únicos que tenían la voz de mando (el primero adelante, el segundo al medio y el tercero cerrando la fila). Nótese roca lisa y precipicio según se avanza hacia la cabeza de Wamash. El cuerpo hay que llevar pegado al farallón. por cuestión de seguridad.
Tres. Admirable, único, sin parangón la panorámica que se tiene desde la cabeza de Wamash. Véase la cadena nívea, lagunas de agua prístina, también picachos de oteros, cúmulo de pueblos, hatos y bandadas, recuas y arboledas; sembríos y terrenos abandonados; Qaru, Umpash, Tumanwari, Kallapa Wari, Yarush-Pariacancha quedan debajo de esta figura pétrea; las carreteras parecen arterias que carecen de glóbulos rojos y blancos; desde aquí vemos a los carros como juguetes de la infancia pretérita.
Cuatro. Hay un microclima fijado, atrayente y virgen a ras de Wamash. Flora (flores diversas), fauna (sapo, lagartija), puquiales, arboleda, cuevitas; en tanto, en el dorso refulge una lagunilla donde Amerly Edwin Lázaro Pajuelo definió su pericia de nadador y Abelardo Albornoz Juan de Dios, quien propuso el reto abandonaría su palabra. ¡Chist!
PROPOSICIONES
Uno. Ofrendar con absoluto respeto, a la postre, es una forma de comunicarse con la pachamama y Wamash tutelar.
Dos. Escalar o ingresar a Wamash por la [su] espalda y en fila india. Mantener el orden y la concentración.
Tres. Plasmar un álbum fotográfico con el aporte de quienes clisaron Wamash en los últimos cincuenta años. Posteriormente distribuir el álbum en las escuelas y comunidades campesinas próximas a Wamash.
Cuatro. Declarar a Wamash Patrimonio Intangible y Ecológico, de ese modo podrá evitar el ecocidio (quema injustificada de flora, fauna y demás recursos).
¿NOVIA DEL HOMBRE PEDRISCO?
(Texto explicativo y de plática)
Cierto día de primavera, viajeros aldeanos y citadinos, todos ellos mayores de veinticuatro agendas, arribaron a Wamash. Descubrir una lagunilla donde abunda el cushuru les indicó la puerta de ingreso por la retaguardia de la mole gigante.
Avanzaron a rastras por el túnel sinuoso y en dos pasajes cabe apenas un cuerpo en cubito ventral. Llegaron al hombro izquierdo y escalando una pared de ocho metros coronaron la cabeza de Wamash.
Nadie me hará cambiar de parecer, para mí esto es el cuello, porque de los hombros continúa el cuello, habló un estudiante de medicina. Déjenme apreciarlo como tal.
Colega, tenga cuidado con sus palabras, nuestros pies reposan en la cabeza de mi prometido, arrancó sonrisas entre su clan universitario.
Como medio mundo duda de mis palabras, me disculpan, voy por mi novio. ¡Cuídense promoción!, diciendo emprendió el retorno mientras sus amistades reían con estrépito.
Al rato descendieron sus colegas. Buscaron solícitos arriba y abajo, llamaron y solo obtuvieron ecos. ¡Margaritaaa! ¡Macaaa! ¡Maquitaaa! La noche caía lacerante, encendieron fogatas, llorando a mares y conjeturando una y mil respuestas volvieron a la comarca.
¿Por qué regresan muy tarde? ¿Dónde abandonaron a mi hija? ¿Alguien tendría la gentileza de responder?
Doña Reeemedios, titubeó el que había dirigido la excursión, su hija desaaapareció, parece que fue raptada por Wamash…
Cuando trataban de asimilar la ingrata noticia apareció corriendo, fresca, irónica y risueña la susodicha.
Soy maratonista, parece que lo olvidaron. ¡Uf! Me he demorado porque estuve con Wamash, parlamos, curé sus heridas del alma y me hizo pasear buen rato por su bosquecito, les agradece por su visita.
Cada quien regresó a su casa. Ya cantaban los gallos, ya roncaban las gallinas.
Los excursionistas pudieron graduarse con honores, Margarita encausó toda su energía para convertirse en auténtica lideresa; cada vez ascendía más en la sociedad, pero nunca dejaba de visitar a Wamash, su novio como ella lo llamaba. Proponía ideas visionarias pensando en la biósfera y el desarrollo humano sostenible.
Margarita peinaba canas luego de voltear la centuria de vida, Wamash estaba adusto; Maquita murió en el séptimo amanecer de un noviembre, Wamash la miraba resignado y pensaba:
Un día perdí a mi princesa Lacshawarina por Achkay pérfida y el contubernio del Rucu, hoy, la Parca (diosa de la muerte) decide llevarse a mi mejor aliada (lloró buen rato y enjuagándose las lágrimas agregaría). Chau amiguita, gracias por considerarme tu novio, cada vez que decías mi novio me ilusionaba, sin embargo, entiendo, tú eres mortal y yo inmortal como nuestra amistad; mueres soltera porque así lo decidiste y porque le diste tu palabra a Lacshawarina.
¡Llora amor, te acompaño!, habló fuerte Lacshawarina y la noche empezó a brillar.
*“El Puchkador de la Nieve”