Luego de caminar por la orilla del indomable río Huallaga bajo el cielo azul y con el sol reluciente, acariciando la frescura del viento, entre arbustos y plantas ornamentales; se desprendía de mi memoria gratos recuerdos que dibuja aquel niño feliz o el entrepidó joven de hace años, que transitaba por estos parajes de mi Huánuco querido.
Proseguí caminando, y me detuve un momento porque sentí el corazón palpitar, no sabía el por qué. De pronto, observe a mi añeja iglesia San Cristóbal; lo que veía no aceptaba creer, cerraba y abría mis ojos, pero seguía lo que veía, ¡no estaba la torre del campanario! ¡Desapareció!
¿Quién se la llevo?, me pregunte a mí mismo. De inmediato, la nostalgia me embargo. Sentí mucha tristeza, al ver a mi antigua iglesia mutilada. Me pregunte ¿dónde estás huanuqueño que no te veo? ¿qué pasa en Huánuco que no defiende lo nuestro? ahí comprendí a nuestras autoridades, les falta el sentimiento huanuqueño, el amor a su madre tierra y el cariño a su familia. Esto solo es un ejemplo de la indiferencia que muestran, ya puedo imaginar lo que realmente debe estar sucediendo en los extremos de nuestra región.
Me pregunto ¿qué escribirá la historia de nuestras autoridades? que poco o nada hicieron o hace por nuestra amada tierra…
Les aseguro que ni sus nietos desearan recordarlos…porque su nombre estará escrito en la negra historia del pueblo con sangre de la corrupción y la vergüenza eterna para sus familias.
Solo para recordar, la iglesia San Cristóbal está ubicada a 300 metros de la Plaza de Armas de nuestra Ciudad Primaveral, es considerado como Patrimonio Cultural de la Nación, porque se construyó en 1542, en plena conquista española; es la primera que se edificó en el valle de los Pillkos,
Según relato del Monseñor Berroa: “los españoles fueron los promotores de su edificación, en el mismo lugar donde el Fray Pablo de Coimbra (portugués) celebró la primera misa el 2 de febrero de 1,541, a campo libre y a inmediaciones del río Huallaga, sobre un improvisado altar de lajas de piedra”.
Para la construcción se utilizó la mano de obra de los pillkos –indios-, bajo la dirección de los curas españoles. Luego de la edificación, la iglesia se convirtió en un recinto religioso “exclusivo” para indios, yanaconas, además de los negros, quienes se congregaban para dar culto divino a su nueva religión.
La iglesia muestra una arquitectura al estilo neoclásico, caracterizando la decoración de los altares menores de forma barroco, inspirado en motivos de la flora y fauna del valle del Pillko, obra realizada por los artistas de la zona.
Cuenta con enormes columnas edificadas con tierra y yeso, pintado en pan de oro, resaltando el altar mayor de tres cuerpos, una bóveda de cañón, columnas y hornacinas decoradas con filetes de pan de oro.
El templo conserva como su patrimonio, importantes reliquias, ponderando la imagen tallada en madera de la Virgen de la Asunción (patrona de la ciudad de Huánuco), San Cristóbal, Virgen Dolorosa, el Señor del Huallaga, San Agustín, San Antonio y el Rostro de Cristo, tallado en madera y traído de Italia por el Padre Luiguí Pedriti en 1997. Además, el Cáliz que perteneció a Santo Toribio de Mogrovejo, entre otros.
En la actualidad, se observa con mucha nostalgia que no existe la torre del campanario, ya transcurrieron muchos años que se “derrumbo”, pero hasta la fecha las autoridades políticas, y el Obispo de Huánuco, poco o casi nada hicieron para emprender su construcción.
La Municipalidad Provincial de Huánuco y el Gobierno Regional de Huánuco tienen la palabra. Por ejemplo, mediante acuerdo de Concejo Municipal o Consejo Regional se debe otorgar una donación económica para la edificación del campanario, hecho que está permitido por Ley.