Recomendaciones de una Madre

Por: Fortunato rodríguez y Masgo

 

La madrugada frígida levanta vuelo este segundo domingo del mes de mayo del año 2000, los gorriones y las avecillas trinan debajo de robustos árboles de guayaba, pacay y eucaliptos, muy pronto va amanecer en el hermoso valle primaveral de nuestro Huánuco querido.

Retorne a mi casa, después de mucho tiempo en media del silencio de la madrugada, camine casi despacio sobre la punta de mi calzado, para no despertar a mi santa madre, quien descansaba en su dormitorio y de pronto escuche ¡hijo estas aquí! De inmediato fui tras ella, para abrazarla y sentir su corazón; ella, me abrazó, me acurrujó con cariño y amor, sin darme cuenta, ya brotaba lagrimas sobre mi rostro, no era de dolor, sino de alegría por volverla ver a mi santa madrecita.

Me quede algunos minutos contemplando su rostro, aunque las tiranas arrugas tratan de ocultar su semblanza de paz y humildad, cuyos ojitos son penetrantes, siempre despertando ternura, solo los dos nos abrazamos, sentí que solo los dos existimos en este mundo, hasta que me dijo: Anoche te soñé hijito que caminabas en medio de bosques, eso me revelo que venias a verme, rogué a Diosito que no te pase nada en el viaje y ahora estas aquí, sano y salvo…gracias a Dios.

Acompáñame a rezar a papa Dios y a nuestra madrecita la Virgen María en agradecimiento por concedernos un nuevo día de vida, me dijo mi santa madre, se arrodillo de inmediato en el piso friolento y tosco, cerro sus ojitos, en sus manitos temblorosa llevaba su rosario y comenzó a orar mentalmente, transcurrió minutos y ella seguía implorando a Dios; de pronto, levanto su cabecita y abrió su mirada lleno de paz; en ese instante comprendí la conexión que tenia con nuestro padre celestial el DIOS de los tiempos, solo me dijo no te olvides de agradecer a Diosito en todo momento, el va a protegerte y te va a guiar por el correcto camino.

Luego corrió a la cocina, se puso a preparar el caldito verde, que tanto me agrada y pasar por el colador de tela el café de huerta, puso sobre la mesa los pancitos mestizo y francés de piso acompañado de queso de Baños, era un auténtico desayuno huanuqueño, tiempo que extrañaba, todo esto era para su engreído que era yo, a pesar que bordeaba los 50 años y ella sobrepasaba los 75 años de vida.

La alegría me embargaba, sentía que mi espíritu me levantaba, mi cuerpo estaba liviano, todos mis problemas y “achaques” quedo en la puerta de ingreso de la casa, mi existencia se transformó desde el momento que me reencontré con mi santa madrecita, quien con su tierna mirada me embriagaba de ternura, su delicado timbre de voz me encantaba y su sonrisa me alegraba, era momentos inolvidables, quise que se detenga el tiempo, atrapar a los minutos y a las horas para que no corran llevándose parte de la vida de mi santa madrecita.

Hoy es segundo domingo de mayo, DIA DE LA MADRE, juntos caminamos por casa, ella se arregla para ir a la santa misa, se va a celebrar en la Iglesia San Cristóbal de nuestro Huánuco primaveral, antes de salir de casa se coloca una flor de color blanco, a la altura del pecho de la blusa que lleva, en señal que su mamita ha fallecido y está en el cielo; mientras yo me coloco una flor de color rojo en señal, mi santa madrecita esta viva, ambos caminamos, antes de ingresar al templo se coloca sobre el cabello su velo de color negro, se persigna y se arrodilla e ingresa, la liturgia del día de hoy es sobre la madre de Cristo, en conmemoración del día de la madre, ella ora por su madrecita que lo dejo con vida a los doce años, quedando huérfana desde temprana edad.

Ya de regreso en casa, caminando me dijo ¡nunca te olvides! Que yo te traje es este mundo, ¡nunca te olvides! que yo te he parido, eso sonó en mis oídos como una advertencia, si mamita jamás debo olvidar le dije; ella prosiguió, siempre debes respetar a tu madre, porque ella es la única que te puede aceptar tal como eres, no existe en el mundo una persona leal como tu madre, podrás tener mujeres, pero jamás otra madre, la madre es única y para la eternidad, en la buena, como en la mala, siempre estará tu madre a tu lado. Al escuchar, nuevamente mis oídos retumbaron y comprendí lo que es una madre para un hijo.

Prosiguió; hijo la vida está llena de obstáculos, jamás te rindas, nunca mires atrás, lo que pisaste pisado esta, no te detengas, porque te puedes caer, siempre mirando hacia adelante y bien parado, nunca bajes la cabeza porque te vas a sentir rendido, siempre agradecido y de todo eso te va a reconfortar, nunca seas soberbio, menos pretencioso, porque cuando te vas de este mundo nada te llevas, si deseas que te recuerden, obra bien.

En cada instante que me reprendía o me recomendaba, mi mirada estaba clavada hacia sus ojos, sus palabras traía fuego de castigo y aliento de esperanza; hijo, lo que logras con tu esfuerzo de estudio, nadie te podrá quitar, menos arrancarte, te podrán quitar una casa, un carro o un dinero, pero jamás tu conocimiento, eso si te llevas cuando la muerte te llega, nunca te rindas, quiero que seas diferente cada día, si hoy lograste alcanzar una profesión, mañana que sea otro y pasado otro, nunca te conformas lo que eres hoy, pienso que este mundo será para inteligentes en el futuro. De qué sirve un burro cargado de sacos de oro, porque siempre será un burro, y cuando muere su oro se queda aquí para el disfruto de los “sonsos” que nunca trabajaron.

Así transcurrió las horas hasta que llegó la hora del almuerzo, en casa reinaba la alegría por tener en vida a nuestra santa madrecita, se prende el tocadisco para escuchar melodías propicio para el momento, una y otra vez, se escucha a la banda de los Pillco Mozos de nuestra querida tierra, mi santa madre se alegra y al instante recuerda a su primo y compadre Ernesto Mallqui, quien es musico de mucha trayectoria e integrante de la emblemática banda, orgullo de nuestro Huánuco querido…

Mientras en la cocina ya se pishtaron (mataron) a la chusca gallina (gallina que no ponía huevos) y dos cuyes machos, robusto ellos, para el almuerzo, esta decretado por la matriarca de la casa, hoy almorzamos de entrada caldito de gallina de chacra criado en el coral, como segundo será picante de cuy con papita arenosa preparado bajo la receta de la cocina huanuqueña, acompañado de la chichita de maní con canela en polvo, también esta la jara de chicha de jora. Una y más una copita de shacta de aguardiente, era el ingrediente del festejo, hasta la hora de la tarde, que caminamos hasta el cementerio general para colocar flores y prender velas en la capilla para nuestras madrecitas (almitas) olvidadas que no están en este mundo, rogamos a Diosito que le de paz eterna y brille en la inmensidad como alma pura. De esta manera culmina nuestro día de la madre.

 

FOTO: D.R. referencial.

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