“Niptinche” o “Zorzal de Pasco” canta con sol y chubasco

Por: Víctor Raúl Osorio Alania*

 

El día trajinado advierte al futuro sobre Pablo Portillo Aliaga, más acreditado como “Niptinche” o “Zorzal de Pasco”. Nació el 3 de marzo de 1941 en La Quinua, Pasco (3.958 metros de altitud), setenta y cinco anuarios después expira el 15 de marzo del año 2016 en Ica (406 m s. n. m.). Nació en la región Suni o Jalca y se abrazó con la muerte en la región Chala o Costa.

Identidad clara tenia dentro y fuera del escenario, cantando en bilingüe (quechua y español peruano) circunda más de un terruño sin complejos para suministrarle oxígeno. Fue más original de lo que parece, convincente desde muchos huaynos y pocas mulizas.

TESTIMONIO

«Soy el famoso “Niptinche” o “Zorzal de Pasco”, con libreta electoral n.° 04058016, nací en cuna pasqueña entre bálsamos de La Quinua. El 3 de marzo de 1941 avivo con sentimiento musical por horas con meses y años», me respondió cuando lo entrevisté en Radio “Altura” del Cerro de Pasco, aquel año empezaba a regir el DNI (hago mención de 1997).

Eusebio “Chato” Grados Robles y Pablo Portillo Aliaga, “Niptinche”, lograron cultivar amistad musical y coterránea, el primero procedía de Cochacharao (distrito San Francisco de Asís de Yarusyacán) y el segundo de La Quinua (distrito de Yanacancha). En cierta ocasión, Eusebio y Pablo, buscaron integrar el Conjunto Musical “Alma Andina” (Cerro de Pasco), pero no fueron admitidos; a partir de ello, empezaron a brillar junto a diversos músicos, revela Sergio Solórzano Rojas y da curso a tan apreciable discoteca.

FACUNDO

Creación y recreación de “Niptinche” avanza como corrientes de agua, un honor abordarlo y rendirle homenaje.

1973, las primeras grabaciones en 45 RPM vibran con dos huaynos. “Mis amores” o tus amores son únicos, hay latido intenso, hay expectación, entre ellas, destaca la “Paucarina” en halo misterioso.

1974, un par de huaynos navegan por el espacio electromagnético desde vinilo en 45 RPM. “Niptinche” entona “Mi despedida” en sentido simbólico, no obstante, “Huariaqueñita” le pide bailar hasta alcanzar tiempos infinitos.

“Cholito cordillerano” alza vuelo tras “Uliachín Punta” en las grabaciones primerizas, aquellos huaynos rejuvenecen con la venia de los escuchas.

“Chica paisanita”, el artista con tu ingratitud ya parece “El huerfanito” y se oye: “Shonqolau shonqo” me duelen los huesos con tanto silencio, corresponde a mis afectos para no terminar en manos de la anticuchera.

VICUÑITA. Vamos al chaccu de vicuña para cantar Vicuñita en bilingüe, lo haremos observando el casorio de una pareja joven de vicuña macho con vicuña hembra o para saber cómo se despliega el macho alfa con su harén de veinte hembras.

ULIACHÍN PUNTA en ritmo de huayno modula Pablo Portillo Aliaga desde el atrio de la libertad. «Uliachín Punta cumbre nevado / tú eres testigo de mis amores / donde he sufrido, donde he llorado / por una ingrata cerropasqueña». Las aulas reverberen con ímpetu patriótico: ¡Uliachín Punta!

Uliachín tiene mención en la Batalla de Pasco (6 de diciembre de 1820), Uliachín sirvió de tribuna natural para evaluar los desfiles escolares y la tradicional gymkhana, gincana o yincana en las décadas del 70 y 80 del siglo XX, Uliachín crece como alternativa para tener techo propio.

Por supuesto, la memoria glosa a Victor Alberto Gil Mallma, “Picaflor de los Andes”: «Hay Cerro, Cerro de Pasco querido, Uliachín, Patarcocha, La Esperanza, añaspa wayin, cuesta arriba, cuesta abajo, con mi barreno en el hombro» (sic).

CARTITA MÁS CARTITA. Amor mío, tanto he escrito que el escribano se puso en autos, a vuelta de correo no he recibido por lo menos los puntos suspensivos. Cartita más cartita reúne mis mejores versos, pero de tu parte ni una esquela, ni un abrazo fantástico, tu sí demora como si fuera treinta de febrero, parece nunca llegar.

¿A mis cartas le falta sello postal o el contenido es lacónico? Tengo la convicción de haber verificado destinatario, lugar, referencia, saludo, cuerpo misivo, despedida, incluso está nuestra frase clave como marca de agua y la huella digital. Mientras tanto, sigo cantando Cartita más cartita y bailo con el cartero jubilado.

“Niptinche” o “Zorzal de Pasco” / es Pablo Portillo Aliaga, / en ningún tiempo naufraga / porque canta en el peñasco.

Tan invaluable ventura / refuerza toda creencia, / “Zorzal de Pasco” lucencia / musical por su cultura. (Redondillas: abba, cddc)

CHAUPIMARCA

Plaza Chaupimarca (Huayno). Letra: Hilario León, interpreta: Niptinche. Un domingo te conocí / en la plaza Chaupimarca, / allí donde nos juramos / querernos toda la vida (bis).

Si así fueran los domingos / embrujado viviría / contemplando tu hermosura / sin poder hacerte mía.

Aquí espero tu noticia, / aquí espero tu clemencia, / quisiera ver tu presencia / hay cholita de mi vida.

FUGA Si tú me quieres / a tu ladito estaré, / si me aborreces / hay mi cholita me alejaré.

Comentario. Plaza Chaupimarca o centro del pueblo sirve para transitar hacia el norte o sur del Cerro de Pasco, también hacia el este, menos al oeste, tenga cuidado, pues el cono invertido devora todo con ávidas fauces.

Pablo Portillo Aliaga, “Niptinche” evoca el domingo de muchos, también el suyo. Antes de la misa te daré un ósculo, después de la misa serán dos veces para ingresar al Cine Teatro Grau. Cuando caiga la tarde vamos a colorear nuevos paisajes con sendos vasos de leche desde “El Paisanito”.

Cada foto un recuerdo, cada suspiro tuyo ensombrece a la mejor fotografía. Grandes recuerdos de la Plaza Chaupimarca hasta la próxima cita será.

 

CIELO

Milagros al cielo (Huayno). Hay quinueñita / mucho te he querido (bis), / te ando buscando, / pero no te encuentro (bis).

Hoy solo pido / milagros al cielo (bis) / para borrarte / de mi pensamiento (bis).

FUGA Te fuiste, me dejaste, / te fuiste, me dejaste, / hasta tu shilpe fustán / te llevaste, / hasta tu saqpi fustán / te llevaste.

Reflexión. Los quinuales y demás primores inspiran al trovador. Aplaude el río, más de un saltamontes persuade al humano vía Milagros al cielo, porque allá arriba está el paraíso como lo tenemos aquí en la tierra.

“Zorzal de Pasco” suspira sin demora porque vive atado en el aprendizaje de su paisana, con ella evoca al pueblo natal que guarece a la plaza de la Moneda. Sí, el 30 de octubre de 1833 se fundó la segunda Casa de la Moneda del Perú en La Quinua, poblado pasqueño.

 

*“El Puchkador de la Nieve”

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