Lucy, Lucifer reina del misterio

Por: Fortunato Rodríguez y Masgo

 

Una noche de agosto finales de los noventa, fui a visitar a mi amigo Francisco, con cariño Pancho o Panchito, vivía por Puelles de la ciudad heroica de Huánuco, con quien tuvimos una reveladora tertulia, uno hecho que nos llamó la atención fue cuando manifestó: Allá por los años setenta, cuando apenas tenía veinte años de edad, acompañé a mi primo Lucio quien se dedicaba a la compra y venta de ganado vacuno para traer al camal de Huánuco. Nos fuimos a la sierra, hasta cierto lugar con carro, luego cabalgamos hasta un pueblo, que quedaba por las alturas, donde pernotamos la noche, el lugar estaba de fiesta, era las “vísperas” del aniversario de creación política. Descansamos un poco, nos cambiamos de ropa y fuimos a participar del jolgorio popular, amenizado por una banda de músicos especialmente “traídos” de Huánuco como dijeron los lugareños.

Nos agrupamos con algunos ganaderos, bailamos y “zapateamos” hasta no poder, no sé cómo entablé conversación con una hermosa mujer, alta de rasgo finos, bien vestida, me dijo llamarse Lucy, era un mujerona con unos ojos verdes y labios encantadores, una mirada picara ella, de hablar refinada y culta, de andar sensual, uy dije BINGO de la noche, una y otra vez busca estar cerca; ya estando a minutos de la media noche, los cohetes retumbó el pueblo, los músicos a todo pulmón “soplaban” sus instrumentos y los bailarines hacían piruetas al compás de huaynos, casi todos estaban en el ruedo “zapateando”; llego la hora cero ¡FELIZ ANIVERSARIO PUEBLO MIO! Gritaban los presentes, pero no estaba Lucy por ninguna parte, desapareció casi a mi vista como magia, para mí ya termino la fiesta, se me fue el encanto de la noche; así, apenado me fui a dormir al hospedaje.

Al despertar era un nuevo día, temprano salimos cabalgando, tenemos que ir en busca de toros, vacas y carneros, casi toda la jornada Lucio se pasó negociando. Al atardecer, bajamos de la puna arriendo los animales, yo adelante de “puntero”, Lucio y el arriero atrás, llegamos casi en la noche al pueblo y de frente fuimos al corral donde pernotaron los animales.

Me cambié de ropa y salí en busca de aquella mujer que me cautivo la noche anterior, me indicaron por donde vive y fui tras ella, llegando hasta la puerta de su casa, donde toque y de pronto salió una esbelta mujer con ropa casi transparente, con el cabello recogido, mi corazón comenzó a “agitarse” y mis ojos “bailaban”, uy era una mujerona y escuche una suave voz casi angelical que me invitaba a pasar, mis pasos se duplicaron, ya estaba al interior de la vivienda, dentro de una acogedora sala con sillones de madera talladas, me senté cómodamente e iniciamos una conversación, entre los minutos que transcurría,

Sirvieron copas de vino borgoña, ya la mesa estaba tendida y la cena servida, sobresalía un jamón serrano alrededor platos de papa arenosa dorada, acompañado de ají molido en batan, y para asentar taza con agua de manzanilla, fue algo sabroso lo que consumí, luego volvimos a la salita para continuar escuchando música y dialogar, copas de vino cada vez se consumía más, hasta llego los besos y caricias transportándonos a la cama de la hospitalaria mujer, donde nos llenamos de placer y amor, llegando al momento íntimo de estar solos los dos como Adán y Eva.

A los minutos, tocaron la puerta, Lucy se despertó y se vistió como pueda, salió al encuentro de la persona que  le estaba requiriendo, ambos pasaron a la sala, comenzaron en un dialogo, a los minutos dos más llegaron, todos vestían de negro y libaron copas de aguardiente, luego se pusieron de pie y caminaron hacia el interior; mi amada regreso en instante y me advirtió que no salgue del dormitorio para nada, por favor apaga la lampara, no agües ruido, silencio total, voy a estar ocupado atendiendo mi visita, CARIÑO TEN CALMA me advirtió, esto me descontroló, mi mente vagaba alrededor de hechos de celos, así pasaron los minutos hasta más de una hora, ya no soporte y me levante de la cama, camine sigilosamente hasta un rincón oscuro; de ahí, pudo ver que los tres hombres altos, bien vestidos todos de negro, con botas de cuero tomaban shacta y al medio estaba mi amada Lucy como reina en su trono.

Con un traje rojo totalmente encendido transparente, se podía observar sus partes íntimas, no pude soportar, los celos me envolvía, cuando ya estaba para intervenir vi totalmente cambiado sus rostros, eran demonios, lengua larga, enormes ojos totalmente ensangrentados, oídos grandes parados, hasta cola tenían, comenzaron a danzar  y hacer reverencia a Lucy, quien tenía el rostro totalmente arrugado, era una anciana de 100 años, casi calva y los pocos pelos eran canosos, esto me hizo temblar el cuerpo, no tenía fuerza para nada, me quede desmayado donde estaba, ya al entrar la mañana me desperté y salí agazapado para no ser visto por nadie, ya fuera de la puerta de ingreso corrí como loco llegando al pueblo todo angustiado, fui al encuentro con Lucio, quien me vio desesperado, me apaciguo, me tranquilizó y le conté lo que vi, era para no creer, me puse a descansar hasta lograr la calma.

Ya despierto, repuesto por un sustancioso desayuno; es ahí, la propietaria del hospedaje nos hizo revelaciones, que me intranquilizó nuevamente, en primer lugar, nos advirtió, la señora Lucy aquí lo llamamos LUCIFER, porque es mujer del diablo, tiene pacto con el demonio, ¡es una Shatuca! (es un satanás), su cuerpo y su alma lo tiene vendido al diablo. Es viuda, ya murieron tres hombres jóvenes por pretender vivir con ella, cuando el diablo llega a saber que tiene nuevo macho, viene y lo mata al amante, al día siguiente esta tirado en el barranco con el rostro totalmente destrozado. Al escuchar esto, me congelo la sangre, no podía creer lo que decían, nuevamente el cuerpo se descomponía, cuidado joven de enamorarte de la Lucifer, porque vas a morir, mejor vete ahora mismo, deja todo, porque la Shatuca puede venir y te va embrujar, ya no vas a poder dejarla, ella persigue a los jóvenes y no está tranquila hasta tenerles como marido.

Al escuchar esta recomendación, Lucio ordeno al arriero acompañarme hasta Tingo Chico, y me vaya con cualquier carro con destino a Huánuco. Así fue, ya en la noche estaba en mi casa, totalmente sumiso y asustado, me encerré en mi cuarto y no quería salir para nada a la calle, ya a los días estuvo mi primo Lucio en casa y conto lo sucedido a mis padres, quienes atinaron decir: “Pancho eso te pasa por ser un perro, la próxima vas a morir por estar tras las hembras. Gracias a Dios que no te paso nada, pero que te sirva de advertencia, las apariencias engañan, siempre el diablo está presente en todo mal que se hace, por esta vez te has librado de quedarte capado, sin runto (sin huevo). Por eso hijo portante bien y anda recto”. De esa manera termino su relato Pancho, el único varón de la casa, hermano de dos bellas y encantadoras hermanas, realmente los presentes quedamos sin palabras, todos asombrados lo que sucedió, las expresiones y los gestos configuraban que fueron reales lo sucedido, casi al amanecer nos despedimos, hasta llegar a casa sin novedad alguna. Foto: D.R. referencial.

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