Por: Jorge Chávez Hurtado
El once de enero último marcó un hito en la vida de una extraordinaria artista cuya voz resuena como un eco eterno a través de los valles de su tierra natal. Cumplió 69 años, pero su indiscutible calidad interpretativa la mantiene eternamente joven en el escenario, donde su canto se convierte en un susurro acariciador para los amantes de la música huanuqueña. En ese momento mágico, Huánuco se eleva para rendir homenaje a la calidad vocal de una distinguida dama: Rosario Soledad Chocos Vásquez, artísticamente conocida como Charito Chocos.
Charito no solo cautiva con su voz, sino que también eleva el nombre de su amada tierra a cada rincón que visita. Su arte se ha convertido en una fuente de orgullo para Huánuco, acariciando el reconocimiento y ocupando un lugar especial en el cofre de los grandes de la música huanuqueña.
Detrás de la melodía cautivadora de Charito Chocos Vásquez, se encuentra una intensa historia que merece ser contada, una narrativa que nos deja lecciones de vida dignas de aprender. Su infancia, marcada por las calles del barrio del jirón Pedro Puelles y el barrio de San Juan «Cuchillo», revela las profundas raíces que alimentaron su amor por la música.
Nacida el once de enero de 1955 en la ciudad de Huánuco, Charito es hija del músico huaracino Edmundo Chocos Alzamora y de doña Crisálida Vásquez Romero, originaria de Matucana (Lima). Su formación educativa se gestó en el Centro Prevocacional de Mujeres, actualmente conocido como la institución educativa Juana Moreno, y se consolidó con estudios superiores en el Instituto Superior Pedagógico «Marcos Durán Martel».
La influencia musical de sus padres y tíos, integrantes del conjunto musical «Los Caballeros de Antaño», dejó una imborrable huella en su vida. «En ese ambiente crecí y acaso sin darme cuenta iba alimentando mi formación y el gusto por el arte de la música», confiesa Charito. Sus primeros pasos en el escenario se dieron en el Centro Escolar Prevocacional de Mujeres, donde dos profesoras, Aurora Boyanovich y Teresa Urdanivia, le enseñaron los invalorables secretos del baile y del canto.
La trayectoria artística de Charito es una sinfonía de éxitos y colaboraciones. Desde su temprana participación con los Walkers de Rogelio Velásquez, cuando tenía catorce años, hasta su experiencia con La Sonora Zapata y La Orquesta Real, ha dejado una imborrable huella en su vida. Su conexión más profunda con la música huanuqueña se estableció en el Centro Musical Melodía Huanuqueña, con la dirección del maestro Gumersindo Atencia Ramírez, donde su voz se convierte en el eco fiel de nuestras mulizas, cachuas y valses huanuqueños.
Con varios logros en su carrera, Charito Chocos Vásquez cuenta con un disco grabado en la Sala de Producciones Pillkomusic del maestro Joselo Vara Palma. Su participación en eventos destacados, como el Día de la Canción Huanuqueña, demuestra su compromiso con la promoción y preservación de nuestra rica herencia musical.
El 2023 nos trajo un regalo sonoro: un videoclip en dúo con el autor de este artículo periodístico, titulado «Mensaje a Tingo María». Esta hermosa canción, perteneciente a la inspiración del extinto maestro Ubaldo Fernández Fiestas, se hizo posible gracias al Comité Promotor del Día de la Canción Huanuqueña.
La calidad interpretativa y la dulce voz de Charito Chocos Vásquez no conocen límites en el tiempo; siguen vigentes, y su amor por Huánuco impregna cada nota que emana de su canto. En cada acorde, en cada canción interpretada, Charito nos invita a sumergirnos en la rica tradición musical de Huánuco, recordándonos que la verdadera magia de la música radica en su capacidad para trascender el tiempo y conectarnos con nuestras raíces más profundas.