John Cuéllar
Reseña histórica de una de las instituciones más antiguas de Huánuco
La historia gloriosa del Colegio La Inmaculada Concepción de Huánuco está en los orígenes mismos de la Congregación de Religiosas Franciscanas de la Purísima Concepción de María. Habiendo pasado por etapas muy dolorosas y también gloriosas, obra querida e inspirada por Dios, subsiste hasta el día de hoy.
Es la madre Joaquina De la Santísima Trinidad, quien el 10 de enero de 1716 da comienzo no solo a la vida religiosa en Huánuco sino también a impartir educación y formación a las jóvenes de entonces. El beaterio fundado para oración y recogimiento se convierte también en escuela de vida. Muchos padres de familia comienzan a tocar su pesada puerta, llevando a sus hijas para que la madre Joaquina y las hermanas las preparen para la vida, en lo moral, espiritual, intelectual y material; más aún porque en ese entonces no existen escuelas, ni colegios. La madre y hermanas, obligadas por esto, se convierten en maestras, a fin de enseñar a las jovencitas la vida de piedad y decencia, las letras y las artes, aspectos esenciales que las ayudarían a librarse de tantos peligros futuros y a trabajar con honestidad y honradez. Todo esto lo cumplen, sin olvidar la razón de su existir: su entrega total y completa a Dios, a sus hermanos y hermanas.
Es así como se crea el lema «Educar para salvar», es decir, enseñar y educar en conocimientos, y principalmente formarlas en el amor a Dios y a su Madre Inmaculada, a fin de amar la virtud y apartarse de todo lo que induce al mal.
Posteriormente, en 1847, las hermanas religiosas logran la oficialización institucional como escuela primaria, funcionando en el primer claustro del beaterio.
Muchas son las religiosas como sor Josefa Fuster, sor Manuela Reformada y sor Valentina Solorzano, quienes se esfuerzan por el crecimiento de la comunidad educativa, logrando que la escuela primaria se transforme en Colegio de Instrucción Media, esto el 11 de junio de 1888.
A solicitud del padre fray Gabriel Sala, el colegio toma el nombre de la Inmaculada Concepción, siendo la primera directora sor María Serafina.
Como toda institución que va desarrollándose, pasa por muchas reformas, sin por ello dejar de velar por la niñez y juventud que entonces se educan en los claustros del beaterio.
En 1932, bajo la dirección de madre Matilde Castillo de Jesús, se da un nuevo impulso al colegio, basándose en el lema “Educar para salvar” y afines con los lineamientos del Ministerio de Educación.
En 1965, asume la responsabilidad sor Clemencia Funegra Zevallos, quien continúa con la formación espiritual y académica de la población estudiantil, posteriormente retornándose a la educación secundaria, en las que trabajan muchas religiosas y maestros.
En 1983, bajo la dirección de sor Tránsito de Jesús y sor María Concepción de Jesús, la institución educativa inicia una nueva etapa de desarrollo en su infraestructura, gracias al apoyo de la República Alemana, a través del padre Andrés Thorwarth, misionero comboniano.
Madre Concepción sabe que la calidad no se logra con una infraestructura moderna, y por ello ponen todo su esfuerzo en lograr estudiantes íntegras, siendo la educación católica un templo sagrado, libre del desorden y la inmoralidad, formando así una gran familia, característica propia de la Inmaculada Concepción. Esto motiva al obispo de entonces, Hermann Artele Ciancio, quien, enterado del programa educativo que desarrolla la institución, pase a denominarlo «Colegio Eclesial La Inmaculada Concepción».
El año 2006 hasta el 2015, asume la dirección la hermana Marylda Melgarejo, quien da continuidad al proyecto educativo.
Desde 2016 hasta la actualidad, el Colegio Eclesial La Inmaculada Concepción continúa su labor educativa y formativa, desafiando los años y el tiempo transcurrido —a pesar de los embates de quienes desean hacer del Perú un estado laico—, y sembrando en las niñas, adolescentes y jóvenes las semillas del bien y la virtud, bajo la acertada conducción de la madre promotora del colegio, María Nohemí Pérez de Jesús, de la mano de la directora general, maestra Amparo Manzano Tarazona, del director académico, maestro Elmer Agustín Príncipe, de la subdirectora, Hna. Doris Diaz Mego, de los coordinadores académicos, maestros Janeth Moreno Castañón, Cleyde Silva San Martín y Julio Cerna Rojas, y de las hermanas religiosas, María Lili Fustamante de Jesús y Ana Peralta Toro, secundados por una excelente plana docente y trabajadores, que continúan con entusiasmo la labor educativa, siguiendo las huellas de sor Joaquina, madre Matilde, madre Clemencia, hermana María Concepción y madre María Tránsito de Jesús.
La preocupación del colegio no se limita a la conservación del local y a los conocimientos académicos, cuyos logros se pueden constatar por las exalumnas que continuaron sus estudios superiores, llegando a ser excelentes profesionales, sino principalmente por la construcción del edificio espiritual de las estudiantes, por la catequesis bautismal, primera comunión, confirmación y la orientación a los padres de familia. Las exalumnas vuelven, sobre todo en los encuentros de promociones, celebración de las Bodas de Plata, de la Niña María, de la Inmaculada y otras; todas no dejan de dar gracias a Dios y a nuestra Madre Inmaculada por haberlas acogido y así formarse en la virtud y la ciencia, en su alma mater, Colegio Eclesial La Inmaculada Concepción.
ALGO +
A todo lo largo de sus 177 años, el colegio ha obtenido muchos lauros, grandes premios, reconocimientos y distinciones como gallardetes, diplomas de honor y de mérito, medallas de oro, plata y cobre, por la participación en diversos eventos académicos, religiosos, deportivos y culturales.