Gumersindo Atencia: casarse a los 90, ¿por qué no?

Por Jorge Chávez Hurtado

El maestro Gumersindo Atencia Ramírez, una leyenda viva de la música huanuqueña, se casó a los noventa años de edad con su amada Julia Serafina Chávez Mori. El matrimonio se realizó en la iglesia de Tomayquichua con la presencia de familiares, amigos cercanos y distinguidas personalidades en el quehacer cultural.

El maestro recibió la bendición al lado de su esposa, Julia Chávez Mori, luego de más de cuarenta años de convivencia y era justo, dice, otorgar el sí, en el altar, a la mujer que le acompaña superando adversidades y compartiendo la dicha de estar juntos. En la ceremonia y celebración de la boda asistieron reconocidas figuras del mundo de la música huanuqueña: compositores, autores, músicos e intérpretes que ofrecieron el homenaje correspondiente a los novios.

En diálogo con el programa “De Cantos, Calles y Campos” a través de radio Unheval, dijo: “Una unión de 42 años, sin mayores problemas, tratando de enfrentar la vida juntos, tenía que redundarse en un matrimonio. La vida es muy dura, puede traer problemas si uno no está unido con su familia de una forma aceptable, sin herirse”.

Su primer compromiso fue por matrimonio civil con doña Lidia Bernal Majino, fallecida en 1977 y se quedó con sus cuatro hijos menores. En el año 1979 se comprometió con Serafina y desde entonces vive juntos hasta la fecha. “Estoy satisfecho con mi vida, porque en primer lugar hemos tratado de hacer una unión memorable. Mi satisfacción es muy grande sin hacer mal a nadie. No hay más remedio que seguir adelante y afrontar lo que falta por vivir”, expresó el maestro Gumersindo.

Pidió a Huánuco que no sea indiferente con los problemas que se presentan en el país, que para él no es democrático. “Aquí falta impulsar el desarrollo social, educativo, ciudadano y cultural”, agregó.

Doña Julia, la mujer que cautivó el corazón del maestro, nació en Rioja, departamento de San Martín, tiene 71 años y una exitosa hija medico veterinaria, Yadira. Llegó a Huánuco en 1972 y se enamoró de la ciudad del mejor clima del mundo. Siete años después, se enamora de don Gumersindo, nacido en las faldas del Pichgacocha, hoy centro poblado de La Libertad, con quien vive desde la Navidad de 1980, cuando ella tenía treinta años.

En diálogo con Cultura Viva, nos dice: “Mi vida al lado de ´Gumito´ es lo más grande, un amor que no muere nunca. Hay mucha comprensión, no hay peleas y vivo eternamente enamorada de sus canciones. El Padre Juan de Tomayquichua nos recomendaba casarnos porque hay que estar bien con Dios, y ´Gumi´ le contestaba que él estaba bien con todos y que todavía no calificaba para el matrimonio, claro que lo decía en broma”.

Doña Juli describe a ‘Gumi’ como gracioso, ocurrente y que siempre tiene la palabra precisa para responder a los amigos con algo de ironía. “Agradezco a Dios y a mi hija porque ella hizo todo lo posible para que se realice este matrimonio, para mí fue hermoso, elegante y con todos los protocolos de bioseguridad. Lo único que nos faltó, y lo hemos sentido mucho, fue la ausencia de los hijos de mi esposo. Ellos están en Lima y fuera del Perú, sin embargo, nos saludaron desde la distancia con mucho cariño y buenos deseos”, agregó.

El matrimonio en la tercera edad, aseguran los expertos, tiene una connotación especial y profunda porque se incrementa el compañerismo, el cuidado mutuo y la afectividad positiva en relación a la pareja. Este amor romántico en la tercera edad no es el típico amor fogoso y pasional propio de la juventud, sino que es más tranquilo, sereno y reflexivo, que surge de la afinidad con alguien con quien se comparten circunstancias, intereses e inquietudes. Larga vida en el matrimonio del maestro Gumersindo: autor, compositor, arreglista y defensor indesmayable de Huánuco y sus diferentes formas musicales.

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