Gilbert Ortega Lago: libros como caficultura

Por: Víctor Raúl Osorio Alania*

La calidez del clima y de las personas reflejan las obras de Gilbert Ortega Lago, también escruta sobre coyunturas y hechos permanentes del país. Nació el 22 de setiembre de 1963 en el Cercado de Lima, radica desde los cinco años de edad en Villa Rica, cuya cota de 1470 metros le permite tonificarse en el “Jardín de las Orquídeas” o “Edén del Café”.

¿Qué circunstancias le trasladan de Lima a Villa Rica? Fue la segunda oleada de los migrantes andinos que llegaron acá por el trabajo. Mis padres andahuaylinos vinieron a la cosecha de café, por ende, nos trasladaron y nos quedamos acá.

 ¿Es considerable la cantidad de andahuaylinos? Cerca del 80 % de emigrantes andinos, un 10 o 12 % de austroalemanes y los demás son Yanesha. Hay una diversidad de apellidos: Ortega, Cáceres, Ludeña, etcétera.

 ¿Qué rescataríamos de la presencia austroalemana en Villa Rica? Tendríamos que hacer un análisis exhaustivo que se ajuste a la importancia de la conquista de Villa Rica, en el principio no fue nada fácil trasladarse de un lugar lejano, llegar a un sitio habitado por salvajes, fieras, montes. Hay que rescatar la templanza que tuvieron para poder quedarse.

Dentro de esa oleada que buscaba tierras promisorias destaca Leopoldo Krause. El Mons. Pablo Westreicher fue el primero en llegar a Villa Rica, él atrae a Leopoldo. Ahorita, Westreicher está abandonado en una tumba sin membresía de nuestro cementerio. En tanto, el colono Leopoldo Krause Killatt nació en Alemania, el 4 de noviembre de 1882 y falleció en Lima, en la Clínica Delgado, comentan que sus restos fueron cremados, no tenemos nada de él. Sus herederos viven en Lima, hace años me entrevisté con su nieto.

Antonio José Brack Egg. Fue uno de los primeros intelectuales que ha trascendido, aparte fue ministro de Ambiente (Villa Rica, junio 3 de 1940 – Lima, dic. 30 de 2014). Naturalista y científico que nació, creció y se asentó en Villa Rica, mucha gente trata de seguirlo. Fue vecino mío en la calle Descanso (en la ruta de Los Duendes), hemos conversado muchas veces. La vivienda era de Hans, su segundo hermano, fue alcalde, ya falleció.

¿Dónde y cómo valida la tesis de las once ecorregiones, Antonio Brack? Él es un transformante, lee a Alexander von Humboldt (1769-1859), Antonio Raimondi (1824-1890), recorre el país por amor a la naturaleza. Ha dejado su biblioteca para la Casa Museo de Villa Rica, es algo que enriquece más a la ciudad villarricense. En la función de ministro chocó con la mezquindad arraigada en la sociedad.

¿Qué libros solicitan más en su establecimiento? Mire, con suma tristeza debo decir que la gente no lee, son pocos los que se acercan. Llegan obligados por los profesores o las circunstancias, leen a José María Arguedas. Varios prefieren subliteratura, eso los despista. En lo personal prefiero leer a Ciro Alegría, Arguedas, también a los representantes del vanguardismo, el nihilismo da una luz. Asimismo, admiro mucho a los autores franceses (Gustave Flaubert, Guy de Maupassant), al ruso Fiódor Dostoievski. Son obras que he leído cuando era niño… El libro es una ventana o puerta a otros universos, espacios y tiempos. La historia es repetitiva, lo que vivimos ya otros lo han vivido, a veces encontramos similitud con nuestra vida. Eso da hincapié para poder fortalecer el espíritu. El libro, así como tiene un principio tiene un final y a veces tenemos la suerte de encontrar un final feliz, eso nos da esperanza y fortalece el pensamiento.

Nomine sus obras publicadas. Lágrimas tiene el camino (novela, 2006), Wicho: el perro y el jaguar (novela, 2007), Ojos de hierba (novela, 2009), Leopoldinos, el sueño de las águilas (novela, 2011), Cuentos de Baumann (2013), María Lago, un legado de amor (novela, 2016). En coautoría: El oconal, laguna de los dioses (2012), Sho’llet, la reina de los caracoles (2013), Entaz, río que cae del cielo (2018)…

¿Cuál es la esencia de la obra inédita “Villa Rica la conquista de un sueño”? Doy vida al protagonista Leopoldo Krause en la conquista de Villa Rica. Nace en Prusia, viaja hacia Santa María Magdalena de Villarrica (a setecientos km de Santiago), allí denota la laguna y el volcán Villarrica (en mapuche es Ruka Pillán o casa de los espíritus). Dialoga con el cónsul peruano en Valparaíso y surge la posibilidad de colonizar la selva. Llega a Lima y se casa con la sobrina de Augusto B. Leguía. Aquí tengo la copia narrativa que Leguía concesiona 3,500 hectáreas de terreno para iniciar la colonización, luego, sería 3,816 has. Tengo el primer censo de las familias que llegaron a Villa Rica en 1932.

Entonces, ¿vuestro libro es una cadena de artículos? Sí, pero novelado, está dando vida a Leopoldo, a Pablo y demás colonos que han llegado.

Del estribo. Yo, Gilbert Ortega Lago, agradezco a los estudiantes de la UNMSM y a su persona por haber visitado la Casa del Libro de Villa Rica (Cdra. 1, Av. Puerto Bermúdez). Cuanto me hubiese gustado tener la universidad en mis tiempos. Es la primera vez que me visitan estudiantes universitarios. Aprovechen jóvenes, los felicito que estén estudiando nada más que en San Marcos. Recuerden, el próximo año, Villa Rica cumple cien años de fundación (25 de julio de 1925).

Concluye la entrevista y decidimos adquirir sus obras. Ya leo, ya escribo con ímpetu de aprendiz. Una cita en Lágrimas tiene el camino embelesa mi curiosidad:

Amaba a sus riachuelos de cristalinas aguas donde refrescaba y calmaba su sed; amaba aquel hábitat de diversas formas de vida que se mostraban para el deleite de los que lo contemplaban. Amaba su transparente cielo azul, su inagotable belleza, sus noches tranquilas y serenas; amaba a sus habitantes, tanto a los que procedían de un mestizaje étnico de austrogermanos como a sus moradores andinos y, también a aquellos residentes netamente autóctonos y nativos como eran los yaneshas. Amaba aquella comunidad cuyas viviendas pintorescas, al estilo europeo, parecían transportarnos a las montañas de los Alpes suizos. (Ortega, 2006, p. 13)

Los discentes de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos fueron mis aliados en esta tarea diligente, a saber: Ruby Elayne Barahona Lujan, Terrius Matheus Castillo Carhuas, Luis Fernando Nina Zevallos, Nicoly Alondra Ramon Diego, Steffani Fressia Rodriguez Sullca, Sharad Yoshira Taquire Campos y Sarela Clothy Travezaño Sifuentes.

 

*Docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

 

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