Danza de los Negritos de Huánuco: ¿expresión negra o mestiza?

                            Apuntes de Osmider Herrera Doria

La Danza de los Negritos de Huánuco es una expresión cultural y religiosa que rememora la época de la colonia. Se baila en honor al Niño Jesús del 24 de diciembre al 18 de enero. Hoy es la expresión cultural que más identifica a los huanuqueños por su vestimenta multicolor, recargado de bordados, piedras y perlas. La elegancia en la ejecución de los pasos, movimientos coreográficos y la música contagiante de la onomatopeya “chin tata, ta chin tata, ta…” se hace cada vez más popular y es practicada masivamente por niños, jóvenes y adultos. Participan en cooperación, directa e indirectamente, los miembros de las cuadrillas y otros que se suman para homenajear al Niño Jesús y así mantener la fiesta tradicional. 

Muchos creemos que la Danza de los Negritos es una expresión negra y, tal vez, guiados por teóricos y reseñistas, que se basaron en la imaginación popular y pasados imaginarios que inventaron historias fantásticas creíbles y novelescas que parecen reales, afirman que la danza es una construcción de “los negros” que vivían en las haciendas del valle del Pillco. Como se escribieron años atrás damos credibilidad a dichas aseveraciones.

Fue escasa la presencia de la raza negra en Huánuco según José Varallanos. “En verdad reducido fue el número de negros en la jurisdicción de Huánuco colonial como en el republicano. Tan reducido fue que, en el valle del Huallaga, que sepamos, no forman una capellanía, gremio o cabildo. No hallamos su número en el censo del Virrey Marqués de Montesclaros (siglo XVII, 1616); y en el del Virrey Gil de Taboada y Lemos (siglo XVIII, 1794), entre libres y esclavos se registran en la ciudad de Huánuco 39 y 43 en el corregimiento de Huamalíes. Tadeo Hanke, en Descripción del reino del Perú, asigna a Huánuco y Huamalíes negros esclavos y «pardos» (mulatos y zambos), sin dar su número. Hipólito Ruiz que visitó Huánuco en 1777, apunta haber hallado en la ciudad entre 30 y 40 entre negros y mulatos”.

“Bajo la República, los que resultaron favorecidos por la manumisión de Castilla (1854), no pasan de 30 entre hombres y mujeres, dispersos en el valle del Huallaga y su ceja de selva. En el Censo de 1876, en la provincia de Huánuco se registra 65 negros. En el censo de 1940 suman 45 en todo el territorio departamental y de ellos 25 residen en la ciudad y los restantes en la provincia selvática de Leoncio Prado (Tingo María)”.

Por consiguiente, no significaba colectivo sólido, pues resulta poco probable que dicha cantidad de negros haya sido capaz de crear esta manifestación dancística, ya que estaban dispersos en haciendas distintas y era remota la posibilidad de juntarse en algún momento para expresar sus emociones a través de la danza. Agrega Varallanos: “Del cruce del español de la clase baja con la negra nacieron algunos mulatos y del negro con la india unos zambos. Este pequeño grupo y su casta no impuso en absoluto en Huánuco modalidad alguna artística”.

Las afirmaciones que defienden que la danza es una expresión cultural negra no resultan valederas; contrariamente, es el resultado del mestizaje, muy propio del proceso de aculturación que se dio en la Colonia, que fueron cambios que ocurrieron producto del choque de culturas diversas con resultados distintos.

La Danza de los Negritos pertenece al sincretismo cultural, mezcla, combinación de elementos de distintas culturas que se produjeron hasta llegar a una síntesis o nuevo producto resultante de la mutua influencia. Esto es consecuencia natural del mestizaje.

Reafirmando a lo que dice Varallanos, “es una danza colectiva, mestiza o hispano-india que nada tiene del negro, salvo el nombre en diminutivo, como ya dijimos”. Los diminutivos eran expresiones utilizadas por los españoles con el fin de minimizar o subestimar cualquier expresión cultural indígena o negra, tal como “negrito” “cholito” “carnavalito”.

También debemos tomar en consideración las características de las danzas en el Perú colonial:

*Nacen de la tendencia irónica de los indígenas para ridiculizar las costumbres de los opresores que originan danzas como la Waca waca de Puno, que satiriza la corrida de toros de los españoles; la Contradanza de Huamachuco, una mofa en contra de la ejecución de los bailes de los europeos en la época virreinal; la Chonguinada de Junín, una parodia del minué francés y burla al señorío español.

*La aparición de danzas afroperuanas como el Alcatraz, el Festejo, el Landó, la Zamacueca y otras, creadas por los habitantes negros en la costa peruana, que muestran las costumbres, alegrías, penas y sufrimientos de la raza negra de aquel entonces, con movimientos acrobáticos y festivos.

*Danzas que surgen del acompañamiento del indígena por la raza negra, “los negritos” en varios lugares del país. Los Negritos de Huánuco, Negritos de Sapallanga (Junín), Negritos de Yauyos (Lima), todos con fines religiosos, donde los indígenas y mestizos, con su creación vivencial, imitan los movimientos de los negros y españoles como resultado del sincretismo cultural (CONTINUARÁ).

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