
(Derecho popular de la tradición, versión 2019)
Por Víctor Raúl Osorio Alania (*)
[El fútbol] «una cosa estúpida de ingleses… un deporte estéticamente feo: once jugadores contra once corriendo detrás de una pelota no son especialmente hermosos», Jorge Luis Borges Acevedo (Buenos Aires, agosto de 1899 – Ginebra, Suiza, junio de 1986).
Resulta habitual en el ande, igual pasa en otros lugares, la costumbre termina haciéndose ley, cuando es fuera de lo común llama la atención a leguas. Las Fiestas Patrias empuja visitar Huayllay (4.340 de altitud), a 46 km y hacia el suroeste del Cerro de Pasco (4.338 msnm).
Huayllay conserva desde hace varias décadas la actividad extradeportiva casados contra solteros y casadas contra solteras. A ritmo de cachondeo (broma festiva), fútbol y voleibol borran el estrés a pelotazos.
El 30 de julio, una comisión especial visita las bodegas, comedores, bares, restaurantes y demás establecimientos afines para recoger el aporte consistente en licor de toda variedad (su voluntad, por favor, dicen en tono amical).
¿Se puede saber para qué acopian tanto brebaje? Muy sencillo. El 30 de julio, después del mediodía, comuneros y foráneos, adultos y pequeños, varones y mujeres de la zona y de ayllus colindantes, acuden al estadio comunal de Huayllay. La comisión que recogió el aporte voluntario saca los baldes de color blanco y procede a vaciar y mezclar el contenido de todas las botellas. Química de fórmulas creada para la ocasión. El primer convite para los insignes Apus.
DIVERSIÓN, PELOTA, GOL, FÚTBOL
Cada equipo ingresa con ilusión de quedar en pie. Hay deportistas que hacen la señal de la cruz, cogiendo tierrita del suelo, quizás anhelando asertividad en el juego. La escarapela, sello indeleble, portan Los Solteros; en tanto, Los Casados muestran el aro nupcial. Cúmplase con el play (toque) de honor, a cargo de la persona más comprometida e involucrada con el deporte. Los capitanes intercambian banderines o buenos deseos. Posan los elencos. Fotografía de rigor, incluye sonrisa nerviosa y cuerpos bañados con agüita de Qasaj Yacu (agua fría).
¡Miren las bolas!, indica el fotógrafo, rematando con sutileza: Hay una en cada equipo. El aguatero exige una placa con sello de agua.
Empieza el encuentro de larga data: casados contra solteros. Rueda el balón. Once contra once. Cada jugador viste con propiedad: camiseta, pantalón corto y medias largas hacen contraste o matizan con el campo verdoso. Remedo de Perú (Los Solteros) retando a Brasil (Los Casados).
Primera ocasión de gol para “los presos del amor”. El defensa célibe, nervioso por su primera experiencia, rechaza de forma deficiente la pelota, lanzando a la tribuna preferencial. El hombre de negro (ayer visitó camiseta color limón) detiene las acciones. ¡Multa, un copitín del zumo de néctares!
Va finalizar el primer tiempo. Los Solteros toman la iniciativa, empiezan a gustar a pesar de estar dipsómanos. Ese mozo de diecinueve años juega como los grandes, indica un viejo aficionado. Tiro de esquina, rechaza el recién casado hasta el campo contrario. Los Solteros recuperan y van a todo tren. Queman energías. El mediocampista hace lo que sabe hacer, distribuye el balón con propiedad, transita para el contiguo derecho, este logra salvar la pelota en su línea de juego y cruza al extremo izquierdo dibujando un arco iris, el delantero casamentero amortigua con el pecho, gambetea y logra el ansiado gol. Licor para el arquero de Los Casados. ¡Esto huele a infierno!
Concluye el primer tiempo, Los Solteros con este choque despiden a dos de sus estrellas, pronto contraerán matrimonio. Los veintidós jugadores descansan bajo el abanico de sus adeptos y dejan tranquilo los camerinos. Glúteos y extremidades descansan en el verdecito. El aguatero, gordito apacible, convida H2
Cada entrenador ejecuta cambios, previa recomendación a sus pupilos: El ataque es la mejor defensa.
Empieza el segundo tiempo. Los narradores deportivos vuelven a recrearse con el micrófono, en antaño fue Luis Agüero Remusgo, ahora. César Velásquez Cajaleón. Arrancan “los castos impuros” cantando: Los casados a su casa, / los solteros a la fiesta… La banda de músicos hace suyo la sonata.
Los servicios corren ágiles como gacelas, ellos están ubicados estratégicamente en el contorno del campo deportivo, atienden con prontitud a los dos castigados-premiados. Cumplida la sanción, Los Casados aprovechan los dos botes y recuperan la pelota marca URDIDAS, enfilan hacia el arco contrario. Pasa que te paso, pared, cabecita, chalaca, penal y ¡gooool!
¡Avión, avión, avión! / ¡¡¡Ya somos campeón!!! / ¡Casados campeón! / ¡Rugen como león!
¡Casados mandados! / ¡Casados pisados! / Estamos solteros! / ¡Vivimos enteros!
TESTIMONIOS
Cinco ases que saben hacer de las suyas. Efraín Hinostroza Villanueva (n. 20-febrero-1971), natural de Gayancancha, Huayllay. Ha jugado por Defensor Minas de Animón, Club La Aurora, Country, Cooperativa de Cochamarca, asegura que juega por el equipo de Los Casados hace 19 años y ayer cumplió la misión de capitán. Su equipo sale directo a la cancha sin entrenar.
Yimi David Agüero Zevallos (n. 11-julio-1992), soltero sin hijos al igual que todos sus compañeros del club, después de tres años cumple la función de capitán. «Desde que tenía seis años de edad recuerdo que ya se cultivaba esta tradición», indica con énfasis.
Julio Agustín Hinostroza neto huayllino (n. 8-jjulio-1966), ha participado en la Copa Perú por el Centro Alianza Huarón, Arenales y Juan Aurich de Huayllay. «Cuando estaba soltero participé en ese equipo, cuando tuve mi esposa integré Los Casados, o sea, juego un promedio de treinta años». Toda una vida en el gramado deportivo.
¿Quién pregunta por el árbitro principal? Les presento a don Julio Zenón Agüero Soto (n. 10-abril-1963), quien puso como condición la instalación del VAR (videoarbitraje) mundialista. «Estamos hablando un promedio de treinta a cuarenta años que se realiza esta costumbre». Cada vez que el árbitro salía a verificar una falta mediante el VAR, era la excusa perfecta para ser atendido por el propietario más antiguo del barrio Centro.
Entre las nubes y la tierra, Román Luis Marcelo Callupe, bosqueja un encargo: «este encuentro deportivo se remonta a tiempos inmemoriales, felicitaciones a quienes fueron seleccionados… disfruten el premio húmedo».
Beber en exceso es dañino para la salud, no obstante, cuando juegan casados contra solteros vale la excepción. La ocurrencia de julio parece carnaval. Salgo raudo antes del cierre de edición, ya habrá oportunidad para comentar casadas contra solteras, porque los que están afuera quieren ingresar y los que están adentro quieren salir. ¿Dicotomías necesarias?
(*) “El Puchkador de la Nieve”