Candiles de la literatura infantil

(Tercera entrega)

Por Víctor Raúl Osorio Alania*

Candiles aparecen por Waqurunchu (Huaguruncho), también por Rakumarka, Punrun, Chinchaycocha; por si acaso, dichas lámparas hablan de sus creadores del campo y de la mina.

Una tierna adivinanza / llega con propia bonanza, / destrabalenguas de rosas / contra fechas azarosas, / apacible jitanjáfora / no riñe con la metáfora.

Prestigiado y añejo cuento / eres como aquel ungüento, / en tanto, la poesía / renace en somero día. / Vengo tras nuevos candiles / que dan gallardos abriles.

Mario César Pérez Arauco (Barrio Misti, Cerro de Pasco, junio 21 de 1937), deslumbra con narrativas magistrales, como: “La Ganchana”, “Juan Oso”, “Fonseca”, “La mediana”.

“Fonseca”, huérfano desde su primer contacto con el mundo exógeno crece con la manutención de los vecinos a cambio de efectuar mandados. El 30 de julio, como parte de gymkhana, gincana o yincanallega la hora del “Palo Encebado”, juego para la destreza que catapulta a Fonseca como personaje.

«Cuando llegó a cierta altura notó que la grasa del resto del palo no había sido limpiada, entonces manteniéndose colgado por un bracito izquierdo una vez y por el derecho otra, con la manita que le quedaba libre echaba la tierra que había llevado consigo en sus bolsillos. Al ver esto, la gente comenzó a animarlo… Allá arriba, la nube prendida del palo se iba, se iba, se iba; hasta que sus piernecitas tocaron el suelo. El mameluco estaba “firme” …, pero… no importa; el próximo año si treparé el palo» (“El folklore literario del Cerro de Pasco”, 1994)

“La mediana”. Cipriano López Huamán, “Shipi” (hipocorístico heredado de su padre), hijo único, vende periódicos para sobrevivir junto a su madre, Francisca Huamán, viuda de Cipriano López. Vivian en el barrio Misti, Cerro de Pasco. De forma frecuente, cenaban previo a la llegada del tren de pasajeros (las 18:00 horas). Julián, campeón en el juego de canicas, reta con presunción a “Shipi” y este le quita el trono gracias a la virtuosa mediana y el aliento de sus amigos.

Juvenal Augusto Rojas Cortabrazo (Cerro de Pasco, mayo 7 de 1927 – Huancayo, sábado 19 de febrero de 2000). Cuando revisamos la “Masacre de Rancas” (1979), la maravillosa composición poética, “Niño de ojos de paloma”, nos deja pasmarotes, turulatos, atónitos, a la vez, resulta gran botón de homenaje al niño héroe: Marcelino Gora Robles, sobreviviente de la Masacre de Huayllacancha, Rancas, Pasco, acontecido el 2 de mayo de 1960.

Niño de ojos de paloma. Y así empieza a emerger la Muerte / en macabros giros de expoliación con sables, / descargas de fusilaría, ráfagas de metralletas / y gases que envenenan la atmósfera pura. / Y así cae mal herido el pequeño Marcelino / Gora, un niño de ojos de paloma / y alma de cordero. / Cayó justo cuando hacía flamear la bandera / en una dulce protección / a su Maestro bárbaramente castigado / a culatazos y puntapiés, / al Maestro que siempre llamarán / Alfonso Rivera Rojas, / Maestro de palabras y de obra!

Entrevista a Juvenal Augusto. El poemario “La masacre de Rancas”, ¿es documento de protesta, denuncia o adhesión al movimiento campesino de Pasco? Es un documento de protesta y denuncia… De ahí mi colera por la injusticia, mi rabia por el abuso y las armas contra los campesinos de Pasco, dio a luz “Masacre de Rancas”; también publiqué “La masacre de Uchumarca”, otra batalla de los gamonales contra los campesinos que se dio en Yanahuanca.

David Elí Salazar Espinoza. El 23 de octubre de 1962 nació en Santa Ana de Tusi, radica en Cerro de Pasco desde los 16 años. Maestro y doctor en Literatura Peruana y Latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.El cuento “Las botas de jebe” tiene atisbo pueril hecho literatura.                                               

Las botas de jebe. (…) Daniel era el hijo de la profesora Silvia, un chicoco flaco espigado que traía los cabellos caídos hasta el borde de las cejas. Su frente arqueada se ocultaba tras esa cabellera negra. Era colosal verlo. Sudaba no más intensamente por la nariz y había agarrado la costumbre de limpiarse el sudor a cada rato. Nosotros, “la chibolada”, aprovechábamos para bromearle y sin que se diera cuenta, alguien aparecía por su espalda hasta estar muy cerquita y ya junto a su rostro le soplaba la frente y de inmediato, el cabello lacio caía cubriéndole el borde de las cejas y dificultando su mirada. Entonces el grupo estallaba en carcajadas y no parábamos de reír durante largo rato. Era alegre, nunca se amargaba con nosotros a pesar de las bromas a veces fuertes que le hacíamos. Su sonrisa habitual y graciosa lo disimulaba todo. Pero lo que más recuerdo de “Danicho”, así le decíamos en el grupo por cariño, era su pasión por jugar a la pelota…

José Tapia Aza (n. en Puno). Laboró como docente en la Universidad Nacional “Daniel Alcides Carrión” del Cerro de Pasco. Autor del libro “Poemas, cantos pasqueños” (1979).

El niño. Capullo de granito universal / flor del tiempo / fruto de los Andes milenarios / corola de peruanidad / pétalo del mundo nuevo por venir / estambre de la piedra / pistilo del polvo cósmico / raíz de la vida histórica / tallo de esperanzas / rama de la garúa azul / hoja verde en la carcajada limpia / rocío del amanecer blindado de pájaros rojos / quinual que nace a la orilla de la mañana popular / pichiucha de sueños rotos / calandria de la lágrima campesina

Niño andino / niño campesino / niño cerreño / cabecita de guayruro / ojos de gorrioncito que no ha desayunado / mejilla de pálidos ichus amarillentos / boquita de sombras pérdidas en la huella de un pan / ausente…

Régulo Vilca Huamán (Yauyos, Lima, febrero 2 de 1947 – La Oroya, jueves 27 de junio de 1996). Como homenaje póstumo el Fondo Editorial Labor publicó “Arco iris de nieve” (1997), donde hallamos poesía, juegos, cuentos, caligramas.

No quiero morir como Alfonso, / por zonzo, / no quiero morir como Antón, / por ladrón, / no quiero morir como Dante, / por pedante. / Yo quiero vivir como Clemente, / ¡excelente! / Yo quiero vivir como infante, / ¡triunfante! / Yo quiero vivir como Jesús, / ¡en plena luz!

El coro de los animalitos. Unos dicen pío, pío, / y completan glo, glo, / continúan miau, miau, / y termina el guau, guau. / Otros dicen cocoroco / y completan quiquiriquí, / continúan ba, ba, ba, / y terminan mu, mu, mu.

*“El Puchkador de la Nieve”

Leer Anterior

Crisis social: Policía liberó vía Central que estaba bloqueada más de diez horas en la zona de San Rafael

Leer Siguiente

Sandra Belaúnde renunció al cargo de ministra de la Producción