
Por Cecilia Cruces Palle*
Muchas veces nos cuesta entender el Amor tan grande que nos tienen nuestras madres. Cuando llega el momento de ser madres; es un Amor puro, sincero e incondicional a nuestro hijo/a; el cuidado y la responsabilidad para el fortalecimiento de su autoestima y personalidad; siendo una característica muy importante que la mamá es muy emotiva e intensa de alegría y protección que sienten hacia sus hijos. Este Amor suele perdurar en el tiempo, teniendo siempre el objetivo de fortalecer su bienestar emocional. Así mismo; es el Amor a primera vista; se siente y nace el deseo de brindarles toda la felicidad que nuestros hijos merecen; se trata de una conexión que no se podrá deshacer jamás.
Tres pilares que no deben de faltar en la relación de madre e hijo/a:
● Comunicación Asertiva; expresa lo que siente, afecto en cada momento sin lastimarlos.
● Empatía; ponernos en el lugar de nuestros hijos; en pensamientos y sentimientos.
● Escucha Activa; disponer de un tiempo y paciencia para compartir actividades.

Aunque; mamitas en ocasiones no controlen sus emociones; al corregir o enseñar a sus hijos; también están aprendiendo a ser madres; con virtudes y defectos su apoyo será incondicional. Uno de los miedos de una mujer cuando va a ser madre; es aquella inseguridad de sentir Amor de madre; de alcanzar una estabilidad emocional en sí misma y hacia su entorno familiar.
A medida que observamos crecer a nuestros hijos, nos damos cuenta que el Amor de una madre es infinito y es capaz de superar cualquier obstáculo que se puedan presentar. Ante muchas dificultades personales y familiares; no siendo perfectas; equivocándonos constantemente; ser mamá nos motiva a seguir adelante; superar cada situación mediante acuerdos con vuestra pareja; logrando un solo objetivo de ser mejores cada día; siendo nuestra principal motivación nuestros hijos; cuidando su estabilidad emocional que ellos necesitan en cada momento.
Expresar el SENTIR de una madre hacia sus hijos; como decirles “que los amamos, que son importantes, que no están solos”; motivarlos en cada momento mediante el juego; brindarles la confianza y seguridad; hace que el Amor sea más fuerte y único. A temprana edad nuestros hijos están formando su personalidad; inician imitando nuestras actitudes positivas y negativas; deseando que nuestros hijos obtengan aprendizajes positivos; con el apoyo de la familia y entorno social. El aprender a corregirlos y enseñarles asertivamente, los motiva a que sigan fortaleciendo valores. En la infancia, niñez y adolescencia; nuestros hijos irán desarrollando y fortaleciendo sus cualidades, habilidades; organizando sus actividades diarios con el apoyo de sus padres.
La motivación es de todos los días; expresar sin miedos lo que sentimos hacia nuestros hijos es único. Realizar preguntas; cómo te sientes?; expresando palabras “ te amo”, te quiero, amo ser tu mamá, eres importante, maravilloso”; harán que nuestros hijos sientan la confianza y seguridad en ellos mismos.
Nuestros hijos son vida pura; la vida nos seguirá enseñando y fortaleciendo; es así que aprenderemos a reconocer nuestros errores y a fortalecer el Amor sincero hacia nuestros hijos.
Como madres tenemos un sentimiento que solo hay que sentirlo y dejarse llevar para saber qué es lo que significa Amar y ser Amado de verdad.
“El Amor de una madre es único que no hace falta conseguirlo; se siente”
“Pablo Valentín Vida de Inspiración”
“SENTIR”
*Psicóloga –Cel.950410020