Por Jorge Chávez Hurtado
Una sombra de melancolía y profunda tristeza se cierne sobre la ciudad de Huánuco al despedir a una distinguida maestra en la pedagogía de las prodigiosas escuelas del ayer, Ediza Maruja Tarazona Padilla. Su muerte ha dejado un vacío palpable en esta tierra de tradiciones y rica cultura.
Su nombre será recordado no solo por su compromiso con su profesión de educadora, sino también por su inquebrantable amor por la música de su tierra natal, Llata, que llenó de armonía y esencia su paso por este mundo.
En su juventud se convirtió en una auténtica embajadora de la cultura y el patrimonio sonoro de la provincia de Huamalíes. Su nombre artístico era Pastorita Huamaliana. En su brega pedagógica su pasión trascendía las aulas y se expandía por cada rincón de las comunidades donde trabajó, tocando los corazones de jóvenes y adultos por igual.
La música, para ella, no era simplemente una melodía; era un vínculo con el origen, historia y el alma de cada pueblo.
A través de su dedicación profesional docente, no solo impartió conocimientos académicos, también sembró las semillas de la apreciación musical y las danzas autóctonas de cada pueblo en las mentes y los corazones de sus alumnos.
Las melodías ancestrales de Huamalíes resonarán en su eterna y celestial memoria, recordándonos que la educación no solo radica en los libros, sino también en el enriquecimiento cultural y emocional que brinda el arte.
Nació el 25 de abril de 1941 en la ciudad de LLata, Huamalíes. Fue hija de Mauro Tarazona Morales y Avelina Padilla Laguna. Entre sus catorce hermanos podemos reconocer a distinguidas figuras con prestancia académica, cultural y política: Julio, Roel y Wilfredo. Tuvo seis hijos: Gilmer, Thedy, Margot, Soraya, Yesenia y Yerson.
Desde los 17 años trabajó como docente. Se formó como educadora en la Escuela Normal Mixta “Marcos Durán Martel” de Huánuco. Trabajó en el Centro Poblado Bellabamba, distrito de Puños, provincia de Huamalíes. Además, ejerció la docencia en el centro poblado de Huamalli, distrito de Margos.
En la I.E. Nº 32044 “San Pedro” de Huánuco trabaja en los últimos años de sus servicios profesionales y se jubila con la satisfacción de haber contribuido con el desarrollo cultural y educativo del país. Increíblemente ayudó a gestionar la construcción de carreteras porque entendía que eran imprescindibles en el crecimiento económico, social y el avance de las actividades productivas de nuestros pueblos.
Fue una maestra admirable de acción y compromiso. El último hálito de su existencia fue en la madrugada del lunes 28 de agosto de 2023.
Aquellos que la conocieron personalmente pueden atestiguar la alegría y la vitalidad que irradiaba en cada reunión, en cada charla y, por supuesto, en cada interpretación musical. Su hogar era un refugio para aquellos que buscaban un espacio donde la música y la amistad se fusionaban en una sinfonía de emociones compartidas.
En momentos como estos, es importante recordar la importancia de valorar y apreciar a aquellos que nos brindan su arte y conocimiento, como lo hizo la mestra Ediza, con más de treinta años de servicios como educadora de diferentes generaciones.
Huánuco llora la partida de una estrella, pero su luz y su espíritu de conocimiento e identidad vivirán para siempre en los corazones de aquellos que la conocieron, amaron y admiraron.