VIDA Y OTRAS CUESTIONES: Sadith Vela C.

 

Sueños y amabilidades

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Este es un nuevo año, seguro con muchos planes, con esperanza de cumplir metas y objetivos, y con esa espera de que el 2018 sea mejor año que el que pasó. Lo que hayamos deseado en los festejos de año nuevo, se cumplirá en mayor medida de acuerdo a lo que cada uno ponga de su parte, para que se cumplan las propuestas planteadas, deben aterrizar en acciones, sino corremos el riesgo de sufrir de “síndrome de la buena esperanza”, eso se da porque no se concretan nuestros deseos, y la raíz de todo, es porque no le pusimos el esfuerzo que merecía, y cada año que pasa es lo mismo, lo cual trasciende en frustraciones y amarguras, y si no rompemos ese círculo vicioso, nos lo llevaremos hasta la tumba, entonces ¿habrá valido la pena vivir? También es bueno tener siempre presente, que probaremos el sabor del fracaso, en la vida no siempre se gana, lo importante es intentarlo, cuántas veces sea necesario, y tener actitud para no hundirnos con el primer fracaso. Lo importante es ¡Decidir y hacer! Para hacerlo, no hay coaching que valga, es inútil gastar enormes sumas de dinero en esos talleres, la fuerza para el cambio y el crecimiento, humano, personal, profesional, está en nosotros, nuestra fuerza interna es muy poderosa, y no existe nadie más que tú para descubrirlo.

Tampoco se trata de perseguir el placer, el éxito, etc. con tanta velocidad, que en la prisa, la vida se pasa de largo. La idea es que cada lugar, espacio, en el que estemos se transforme en un lugar cálido, confortable y agradable, puede ser la casa, el trabajo, el negocio, etc. Hay que convertirnos en generadores de bienestar activos, como los daneses, eso significa, hacer aquello que nos haga sentir bien, por ejemplo tomar una taza de café, comprarse un libro que nos guste, respirar aire fresco, sentir el olor de la naturaleza, cada uno sabe el qué, hay que convertirnos en cazadores de momentos especiales, cada momento es irrepetible, incluso lo cotidiano, hay que conectar con nosotros para disfrutar del sosiego, aunque a veces sea difícil, sobre todo en estos tiempos de mucha información, de consumismo y de correr de acá para allá, podemos hacer el esfuerzo para ser amables con nosotros mismos y con los que nos rodean.

La amabilidad no se compra, está en nosotros, hagamos que sea un hábito.

Queridos/as lectores/as les pido por favor que trabajemos en eso. Y en este año, que recién empieza les deseo muchas bendiciones del universo y sus anexos.

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