Luzmila Carrillo Nazario, es madre beneficiaria del programa Juntos, lideresa al interior de su comunidad. No solo es el sostén de su hogar, sino en una férrea luchadora contra la anemia y la pobreza en el distrito de Churubamba, Huánuco.
Bilingüe y a pesar de que solo estudió hasta el segundo grado de primaria, Luzmila ejerció a lo largo de sus 42 años diversos oficios, cargos y actividades en el centro poblado de Utao, donde es considerada una figura destacada.
Ingresó a Juntos en 2006 y gracias al programa tiene las condiciones para hacer estudiar a sus hijos Sam y Luz Mateo Carrillo. Su hijo Royer, de 18 años se apresta para postular a la universidad.
Ni bien ingresó al programa social, fue elegida madre líder durante diez años y, tras una pausa dos años, volvió a asumir el cargo el 2018 hasta hoy. Una madre líder es el brazo derecho de los gestores de Juntos y gracias a su apoyo realizan campañas actualización de datos, afiliación de hogares, talleres de educación financiera y charlas de sensibilización.
Luzmila vivió en el Alto Huallaga, pero a raíz de la violencia política que afectó a su familia –su esposo, Cirilo Mateo, a causa de una incursión terrorista, sufrió lesiones que lo imposibilitaron para hacer labores físicas– tuvo que establecerse en Churubamba. Allí vive con su familia que incluye además a Herculado y Clenio, sus hijos mayores.
Acorde con la usanza de su tierra, se viste con faldellines, justanes y mantas; y se comunica, según quien tenga en frente, en quechua y español.
Entre diciembre del 2019 e inicios de la pandemia, fue Yachachiq financiero (capacitadora de educación financiera) del proyecto Haku Wiñay de Foncodes y como tal realizó talleres sobre el uso de la tarjeta Multired, ahorro, servicios bancarios y uso de cajero, dirigido a cien campesinos. También implementó con ellos biohuertos para cultivar hortalizas y verduras, que complementaba con la crianza de animales.
Desde el 2016 a la fecha, labora como facilitadora en el programa Cuna Más, realizó visitas domiciliarias a familias con hijos menores de 3 años en Utao y Marcamarca y les enseñó a velar su crecimiento y desarrollo y mejorar su aprendizaje acudiendo al establecimiento de salud. Dicha labor, que incluía también consejería sobre vacunas y suplementación de hierro, fue crucial durante la pandemia porque evitó que los niños de su pueblo sufran de anemia y desnutrición.
Paralelamente, era vocal del Comité de Alimentación Escolar (CAE), del programa Qali Warma, en el colegio Javier Pulgar Vidal.
La labor de Luzmila, no solo abarca los programas sociales del Midis, también es tesorera del programa de Vaso de Leche, accesitaria de la gobernación y presidenta de Vigilancia en salud; esto último le da la oportunidad de monitorear al personal de salud.