
La Contraloría General de la República a través del Órgano de Control Institucional de la Dirección Regional de Salud (Diresa) Huánuco, realizó un control concurrente entre el 22 de febrero y 8 de marzo 2021, con el objetivo de establecer si el almacén o centro de acopio de vacunas contra la Covid-19 recibe, almacena, conserva y controla el stock de las vacunas del laboratorio Sinopharm entregadas por el Ministerio de Salud, conforme a la normativa aplicable.
Asimismo, para conocer si los puntos o centros de vacunación aplican la vacuna a la población objetiva, conforme a la normativa aplicable; y si los puntos o centros de vacunación realizan la gestión y manejo de los residuos sólidos generados en la vacunación, conforme a la normativa aplicable. Además, si los puntos o centros de vacunación realizan el seguimiento a eventos posteriores a la vacunación conforme a las disposiciones.
Gestión de residuos
En el informe n° 0003-2021-OCI/0691-SCC, publicado el 9 de marzo, el órgano de control detalla varias situaciones adversas, resaltando entre ellas que a la empresa operadora de residuos sólidos del Hospital Regional Hermilio Valdizán Medrano, le adeudan desde el mes octubre de 2020 y continúa prestando servicios sin contrato alguno; lo cual pone en riesgo la continuidad del servicio para la gestión de los residuos sólidos en la vacunación contra el coronavirus, como restos de los materiales usados, envases y otros.
Según el órgano de control, el hospital suscribió contrato con la empresa Somma Huallaga SAC para prestar los “servicios de recolección, transporte y disposición final de los residuos sólidos biocontaminados”, lo que estuvo vigente hasta setiembre del 2020.
Ante esa situación, se evidenció que el jefe de la Oficina de Epidemiología y Saneamiento Ambiental del hospital de contingencia Hermilio Valdizán, Ricardo Elías Lucano Rojas, envió cartas a la empresa Somma Huallaga SAC, en el mes de octubre de 2020 y en febrero de 2021, pidiéndole que continúe trabajando, comprometiéndose a regularizas el pago en el presente año.
A juicio de la Contraloría, la continuidad del servicio está en riesgo, pues deja a la buena voluntad de la empresa que continúe el servicio. Esta situación identificada genera una clara señal de alerta, ya que expresa la carencia de presupuesto para solucionar los problemas más básicos de los establecimientos de Salud.
El órgano de control también tomó conocimiento en la vista efectuada el 25 de febrero, que los establecimientos de salud de Las Moras, Potracancha y Leoncio Prado, no cuenta con las instalaciones y procedimientos adecuados para centralizar los residuos provenientes de todos los servicios y áreas, lo que podría generar una posible contaminación cruzada con microorganismos patógenos, generando así posibles riesgos a la salud de las personas.
A ello se suma que no tienen un espacio para el almacenamiento final de los residuos sólidos biocontaminados. Los espacios en donde se encontró los restos acumulados y sin las medidas de seguridad son debajo de las escaleras y en espacios cerrados.
En el mismo informe, el órgano contralor pone en evidencia que el centro de salud de Chavinillo, perteneciente a la provincia de Yarowilca, ha optado por incinerar en pozas artesanales los residuos sólidos, generados durante la vacunación contra el Covid-19 y otros propios del servicio; lo cual está conllevando a la contaminación del medio ambiente y afectación en la salud del personal. Esto, expone la carencia de protocolos en los establecimientos de salud.
Sobre vacunación
El informe firmado el 8 de marzo 2021 por la jefa del OCI de la Dirección Regional de Salud Huánuco, Elena Ortiz Nieto, refrendada por la gerente regional de Control de Huánuco, María Choy Paz, también registra los hallazgos respecto al proceso de vacunación contra el Covid-19.
Señala que el local dispuesto (Colegio Nacional Mixto “Príncipe Illatupa”) para la vacunación del personal que labora en el centro de salud Las Moras, en el laboratorio de la Dirección Regional de Salud Huánuco y en el SAMU (Sistema de Atención Móvil de Urgencia), se acondicionó tachos sin simbología y en algunos casos sin las tapas. Ello, podría afectar la salud del personal que participa en el proceso de vacunación.
Además, advirtieron que durante el proceso de aplicación de la vacuna de Sinopharm, se registró carencia de protocolos de seguridad y de distancias social, pues lo que prevaleció fue la aglomeración del personal de salud mientras esperaba su turno para ser inoculado y en el espacio de observación posvacunación, lugares donde optaban por tomarse fotografías grupales.