
Texto original de Manoel Obando (infobae.com)
Desde su llegada a Boston a los 26 años, sin saber una palabra de inglés, Luis Espinoza, un emprendedor peruano, se enfrentó a un reto que cambiaría su vida. Su pasión por la gastronomía, cultivada desde niño en Huánuco, se fusionó con su amor por la cerveza artesanal, convirtiéndolo en un referente en este campo.
Tras trabajar en reconocidos hoteles de la ciudad como Marriott y Westin, donde tuvo su primer acercamiento a la cerveza artesanal, Espinoza decidió dar un paso más allá y comenzó a elaborar su propia cerveza en el sótano de su casa. Con dedicación y esfuerzo, apoyado por tutoriales en línea y libros especializados, perfeccionó su técnica, superando los desafíos de ser autodidacta en un campo tan técnico.
Hoy en día, su nombre es sinónimo de éxito en la elaboración artesanal de cerveza, demostrando que la perseverancia y la pasión pueden abrir puertas incluso en los terrenos más inesperados. Su historia es un claro ejemplo de cómo las raíces y las experiencias pueden llevar a grandes logros. A medida que su técnica mejoraba, Espinoza comenzó a compartir sus cervezas caseras con amigos y vecinos. Su popularidad creció rápidamente, lo que lo motivó a formalizar su proyecto.
En 2017, fundó su cervecería, vendiendo sus productos en pequeños lotes en su comunidad. Empezó a incorporar ingredientes únicos que le daban un toque especial a sus cervezas, como el maíz morado, la papaya, el mango y la naranja, productos típicos de la gastronomía peruana. Una de sus creaciones más destacadas fue la cerveza “Ají Seco”, un homenaje a los gallos que su tío criaba en su finca. Este nombre evocaba su amor por la tradición familiar y la influencia de su tierra natal, presentes en cada ingrediente y preparación.
Un encuentro que cambiaría todo
En 2019, durante un partido de fútbol de su hijo, Espinoza conoció a Craig Panzer, un cocinero inglés con experiencia en cervecerías artesanales. Conectaron rápidamente y decidieron combinar sus habilidades y conocimientos para llevar la cervecería a otro nivel. Alquilaron un espacio, adquirieron equipos y formalizaron Roundhead Brewing Company, marcando un punto de inflexión en su negocio. Luis dejó su empleo en el Marriott para dedicarse a tiempo completo a su cervecería. Juntos, Espinoza y Panzer no solo se enfocaron en la producción de cerveza, sino también en ofrecer una propuesta gastronómica que reflejara las raíces de Espinoza. Crearon un menú innovador que combinaba sabores peruanos con la cocina tradicional de cervecerías artesanales. Algunas de las pizzas más populares incluyen una de choclo con queso y salsa huancaína, y otra inspirada en el pan con chicharrón, puré de camote, tocino y cebolla encurtida.
Innovación y expansión
La apertura de Roundhead Brewing Company en Hyde Park, Massachusetts, en 2021, marcó un hito en la historia de las cervecerías latinas en Estados Unidos. Roundhead se destacó por su enfoque innovador, no solo en los ingredientes, sino también en los métodos de elaboración. Uno de sus productos más curiosos fue la “Quantum Reggae”, una cerveza elaborada con granos de maíz expuestos a la música reggae, un proceso que busca influir en el sabor y la textura de la cerveza. Desde su inauguración, Roundhead ha crecido considerablemente, empleando a un equipo de 22 personas y ofreciendo una amplia variedad de cervezas. Además, se ha consolidado como un punto de encuentro en la comunidad local, celebrando eventos como el “Contigo Fest”, el primer festival de cerveza latina en Boston, que reflejó su influencia y la creciente importancia de las cervecerías latinas en Estados Unidos.
Un futuro promisorio
En 2023, Roundhead Brewing Company fue reconocida como la mejor cervecería por el Boston Magazine, un premio que validó los esfuerzos e innovación de Espinoza y su equipo. Este reconocimiento se une a las proyecciones de crecimiento para 2025, cuando esperan alcanzar ingresos cercanos a los dos millones de dólares. Además, planean abrir un nuevo taproom en un antiguo almacén, ampliando su alcance y presencia en la ciudad. Luis Espinoza no solo logró adaptarse a un nuevo país, sino que también innovó al llevar un pedazo de su tierra natal a Estados Unidos, fundando la primera cervecería latina de Boston y marcando un precedente para otros emprendedores latinos.