
(Exégesis con bra, cra, dra, fra, gra, pra, tra y los que continúan)
Por Víctor Raúl Osorio Alania*
¡Sorpresa madrugadora! El bramido del toro negro despertó a unos y dejó privado a otros, la exigua yedra ignoró dicha batahola. Esa vaca cremosa intentó en vano tranquilizar a su macho, los becerros tragaron pasto y quedaron atontados. Muuu por aquí,muuu intrépido de un cuadrúpedo, muuu por cumbre y precipicio.
Don Gregorio echaba un vistazo al paisaje y ponía en mente la acción agropecuaria de aquel cuatro de setiembre del año capicúa tres mil ciento trece; según la costumbre, se decía, más tarde contaré mi sueño. Andaba en esas cavilaciones cuando sintió el mugido como trueno, ligero aproximó su cuerpo en la pared y pudo salvarse de la embestida, el crujido le puso los pelos de punta, sin embargo, troje de champa cayó como papel picado de carnaval.
He soñado toro para renegar y asustarme, con las dos manos retenía el sombrero contra el pecho y aquel temblor invadía su cuerpo de hombre corajudo y treintañero.
En su prisa inaudita (casi endemoniada), destrozó el corral de piedra, carnoso amnésico por qué olvidaría el ¡ábrete sésamo!, dicho frecuente para cruzar el portón; además, mancilló el verdor de perejil y culantro; el tendedero no fue obstáculo:
Un pantalón plomo / conserva el aplomo, / ondea hecha triza / selecta camisa; / falda colorada / quedó destramada, / grita fresca orilla / con blusa amarilla; / hermética gorra, / ¡semejante porra! / Chalina de metro / vuelve de retro.
Los impenetrables muros y el trajín de la cocina de barro no dejaron oír con claridad el resoplido a mamita Nicasia, se enteraría segundos después cuando fue advertida por su esposo. En la olla grande hervía el tradicional y nutritivo chupe verde (sopa o caldo verde), en la olla mediana, el tocosh que contiene penicilina, ¡provecho!, tapa y pico de la tetera anuncian el hervor del agua. La prudencia reina en esta familia, es decir, praxis ecológica con hechos. Degustan locro en el almuerzo, la cena siempre será frugal. Todo cumpleaños vibra con maca, afrodisiaco incaico.

El caballo alazano entró en espanto, ¡qué tal espanto!; la yegua de matiz greda y su potro de dos anuarios quedaron petrificados como hielo de junio. ¡Qué penita! El resto de equinos partieron en tropel, a la zaga el ladrido tenue de Madrugada y Crepúsculo, canes ovejeros.
Toro encabronado cortaste la leche de mi cabra elegida, diría Prusia, hija de Nicasia y Gregorio, mientras los cerdos gruñían en el fango.
Maizal, habar, trigal, alfalfar, papal, cebadal suplicaron por sus frutos, el arrebatado razonó en medio del ofuscamiento, aunque el trébol que crecía por un proyecto especial vio la tragedia.
Más capítulos de un melodrama inesperado. Elmer frisaba once años de edad y habló impaciente: Mamita, papito, más de una oveja preñada ha sido afectada con la travesura del cachudo de sangre flamenca, ojalá lleguen a la parición.
¿Qué pasó con los auquénidos? Tenían la certeza que nunca había ocurrido similar tremolina, también preguntaban: ¿La primorosa vaca le habrá dado crema cortada o algún brebaje grisáceo? ¿Tantos becerros pueden turbar el flujo sanguíneo o estará drogado?
Signos vitales del guanaco, vicuña, alpaca y llama:
Probo guanaco / con nuevo taco, / quebró fina uña / doña vicuña; / grácil alpaca / exige laca, / amor, te llama / la pulcra llama.
Primo Goyo, tu toro ha dejado una brecha en la pared de mi casa.
¿No será defecto de construcción, primo Pancho?, intervino doña Nicasia.
Primita Nica, usted y mi esposa han hilado ayer junto a esa pared.
Corriendo y corriendo más que un trimóvil, quizá codiciando superar a la liebre y el canguro, alzó una nube de polvo tétrico y llegó hasta la vía donde ocurriría algo digno de ripley, le pidió su brevete al conductor del vehículo portatropas.
¡Oh! El brillo de los cuernos bañaba lo terrenal, acuático y celestial, pero la cosmogonía le puso alto por tremenda osadía. El toro estrella no pudo con el cuerpo celeste, porque lo estrelló contra su propia fuerza, el brazo larguirucho del viento dio un fuetazo que abrió un cráter y asustó al mamífero.
Nuestro padre Sol / desde su crisol / cuida el girasol / moviendo aguasol.
Apus tutelares, mil disculpas por haber generado esta crisis momentánea, ha sido mi protesta porque me niego a participar en la corrida de toros.
¿Cuál corrida? Nunca más habrá corridas, tuviste un sueño retrospectivo que despertando lo convertiste en pesadilla, ¡y qué pesadilla, animalito de quinientos kilos!, aclararon los altísimos.
Replicó el discípulo de Taurus: Ya decía yo, si ayudo en la chacra sin quejarme, protejo a vacas y terneros, ordeño la vaca y sirvo leche a los patrones, Elmer, Prusia, Gregorio y Nicasia.
Hubo silencio, solo Cronos estará al tanto por cuánto tiempo fue, pero sé que dialogaron y escuché una voz que driblearía mi dicha de escritor:
El mar se abriga con bruma, / a este lugar nada abruma; / extenderé la pradera, / verde será mi ladera; / tu abuela teje un ropón a croché, / el toro abrirá surcos con caché…
Pidió duplica (el bovino): Ya coordiné con mis genes de animalandia, ya tengo su aceptación, el 23 de setiembre (Día de la Primavera) haremos faena para dejar en orden la naturaleza campestre, toda solidaridad se admite y si vienen en grupo mejor todavía, expuso con apasionamiento.
Alazos pajariles, congéneres halagando, aplausos de la tribu, sonrisa del cosmos.
Soy casto buey / con propia ley, / me dicen rey / por mi hembra grey.
La trucha le creyó y recordó que no era un pescadito frito, una mariposa indicó el camino de regreso, cri-cri decía el grillo mirando a la cigarra y encomiando al vacuno contrito, pues no había cometido crimen alguno.
Pachamama comenta en su séquito: De mil novecientos noventa y un (1991) ejemplares que tienen Nicasia y Gregorio, este resultó excéntrico, ha maximizado la comunicación instintiva.
Algo bueno salió del cruce de Brown Swiss con vacuno criollo, sabe diferenciar que naranja y mundo solo tienen forma parecida, declararía frotándose los ojos aquella pacarina (diosa de las aguas), anatomía de hidrógeno y oxígeno.
Al fin y al cabo, ¡Toro bravo, frágil toro!, arco iris o turmanya puso el punto y aparte.
Despertó tronando, avanzó zigzagueando, vuelve bromeando para pedir ensalada de bróculi, tomará de bruces (boca abajo) agua del arroyuelo y convidará fresa a una burbujita que lava manta, frazada y pellejo. ¡Gracias por la invitación, iremos a la faena sin truco ni aspaviento!
*“El Puchkador de la Nieve”