En honor al Señor de Mayo de Agocushma                                                           

Por Napzaly Dionicio Avila

Cada año, miles de visitantes de diversos lugares del país y el extranjero acuden en esta fecha especial (del 1 al 4 de mayo), al lugar denominado Agocushma, donde se celebra la festividad más importante del año en honor a la Cruz Milagrosa del Señor de Mayo, en el distrito de Ripan, provincia de Dos de Mayo (Huanuco).                                                                               La festividad religiosa empieza el 29 y 30 de abril, días previos a la fiesta, con los ensayos de la danza de los negritos y los agasajos de bienvenida en la casa de los mayordomos, a donde acuden los paisanos y visitantes que llegan de diversos lugares. Ese día también se recepciona a la mejor banda de músicos que llega de Catac, Huasta u otro lugar.

El 1 de mayo, una cuadrilla de danzantes de la Jija, vestidos con atuendos netamente tradicional de color negro, recorren la ciudad llamando la atención de propios y extraños. Al día siguiente, 2 de mayo, una nutrida cuadrilla de danzantes de los Negritos, alborota las calles y plazas Realizando el baile «Pastacuy»; y por la tarde del mismo día, todos se dan cita al escenario principal de Agocushma, donde se ha levantado una hermosa iglesia que luce rutilante con sus dos torres, gracias a la buena iniciativa y colaboración de la familia González Aguirre (especialmente del Dr. César González Aguirre y su hermano el Ing. Jorge González), así también la tesonera e infatigable labor de la Hermandad de Señor de Agocushma y otros devotos.

Debemos reconocer y destacar la activa participación de la familia Soto y de don Santos Villanueva Ramos, quienes siempre se identifican con la Cruz de Mayo, contribuyendo no sólo a resaltar la fiesta, sino, a mejorar la capilla y el altar de la misma, por muchos años. Continuando con el itinerario de las actividades programadas, a las 7 de la noche, la fiesta se viste de gala, con la participación de diversos artistas y grupos tropicales que los mayordomos contratan para animar la noche y ese momento el ambiente se torna de algarabía y alegría popular. A las 12 de la noche se quema el Castillo y otros fuegos artificiales; la fiesta continúa hasta la madrugada con el clásico shinguirito para calentar el cuerpo.

Al día siguiente, 3 de mayo día central (día no laborable en la zona), se realiza la misa solemne a la Cruz de Mayo, donde los devotos y los danzantes se turnan para ingresar a la capilla a rendir culto y adoración a la Cruz Milagrosa, al compás de sus sonajas y con el acompañamiento de una potente banda de músicos. A las 12 del día, los visitantes aprovechan para disfrutar de los exquisitos platos típicos y otras delicias. La festividad termina por la noche, con la despedida de la danza de los negritos en los jirones Dos de Mayo y Unión de la ciudad de La Unión, donde cada integrante danzando se va desprendiendo de su vestimenta o cotones; en tanto, los mayordomos entregan la mayordomia a los entrantes de la fiesta para el próximo año, entregando como de costumbre un gigante trucay, acompañado todo eso con un abrazo fraterno de despedida. Así finaliza esta festividad en homenaje al Señor de Agocushma.

LEYENDA. Cuenta la historia, que allá a finales del siglo XIX recorriendo el antiguo camino de herradura que une La Unión y Pachas en el lugar denominado Agocushma, unos caminantes de manera casual descubrieron sobre un muro de piedra caliza una figura formando una perfecta Cruz. Este hallazgo fue motivo de los más diversos comentarios entre los vecinos de Ripan, Aguamiro y otros, creyendo que se trataba de una revelación.

A partir de entonces todo aquel que pasaba por el referido lugar, ya sea por curiosidad o por devoción, se veía obligado a hacer un alto, persignarse y a la par que dejaban flores y velas encendidas.

Con el correr del tiempo, la gente comentaba que la «Cruz de Mayo de Agocushma» era milagrosa, pues muchas peticiones de los creyentes se habían hecho realidad. Estos comentarios de multiplicaron rápidamente entre los lugareños.                                                           Dado los diversos milagros, la gente determinó el traslado de la Cruz a la nueva carretera, construyéndole su urna.

Años más tarde, se cuenta que don Serafín Omonte, acompañado de su esposa se dirigían a los baños termales de Conoc, al pasar por la efigie después de persignarse, la señora al quedarse algo retrasada en la caminata, pudo ver claramente a un hombre recostado en la piedra con sombrero de paja y poncho de color gris, y que luego desapareció ante su asombro.

Otro caso que los vecinos de esa época recuerdan es el sucedido al señor Espinosa. Cuentan que dicha persona era católica, y un día decidió hacerse evangélico; cuando una mañana pasaba por la Cruz de Agocushma y al ver ofrendas florales y velas encendidas los derribó con el bastón que llevaba, renegando por los idolatras que adoraban una piedra. Al llegar a los baños de Conoc, en momentos en que se encontraba bañándose, sufrió un paro cardíaco que le costó la vida.

Estos y otros hechos motivaron que los vecinos construyeran en el lugar una capilla en el año 1960, acordándose designar a la Cruz como «Señor de Mayo de Agocushma», y las primeras personas en poner empeño en este propósito fueron: don Serafín Omonte, Pablo Villanueva, la familia Zevallos y Martel. Se formó la directiva de la hermandad presidido por don David Martel Víctor Palacios, vicepresidente, Juan Gonzáles, secretario, Teófila Gonzáles, tesorera.

A partir de los años 80, las festividades en homenaje al Señor de Mayo, cobran mayor importancia, realizándose concurridas misas, presentación de numerosas danzas de Jijas y negritos con sus respectivos mayordomos, carrera de caballos, fuegos artificiales, así como otras actividades.

La figura en forma de Cruz, según los visitantes se hace cada vez más visible. Es así como a iniciativa del recordado pintor Carlos Martel, entonces presidente de la hermandad, la Cruz del Señor de Mayo de Agocushma ha sido celosamente cuidado, implementándose con bellos cuadros y arreglos en la capilla.  El santuario es un lugar muy visitado por numerosos creyentes del Perú y el extranjero.

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