HUÁNUCO DEL AYER: Año Nuevo en antaño

Por Fortunato Rodríguez y Masgo

Ya se aproxima un nuevo día de un nuevo año, se inquietan los segundos y los minutos; mientras las horas camina a pasos agigantados para llegar a la cero horas del día primero de enero del 2022, tal como ha establecido taita Dios desde la inmensidad de los universos donde reina eternamente, para la alegría y los festejos de los mortales aquí en nuestro hogar, la madre tierra.

En especial en el valle de los Chupachos, donde alberga a nuestro ¡Huánuco Primaveral!; ya se vive, momentos de algarabía, que motivan preparativos para una solemne despidida del año viejo y la celebración de bienvenida de un nuevo año, que trae consigo una maleta de vida lleno de salud y prosperidad para el beneplácito de los huanuqueños que esperan con ansias volver a celebrar al compás de la danza de los Negritos de Huánuco que transitan bailando por la estrechas y tradicionales calles de la ciudad.

Es momento grato de recordar, los momentos inolvidables vividos en los años de la década del ochenta, cuando días previos se publicitaban la ¡Gran Fiesta de Año Nuevo! Las emisoras radiales eran Radio Huánuco y Radio Huallaga, los que acuñaban constantemente esta celebración. Mientras “Chazan” Lafosse, perifoneaba con su vieja carcocha las diferentes fiestas que organizaban. Los maestros Carriga y Meza, por su parte dibujaban las letras para los “carteles” que se hacían “parar” en las esquinas de la plaza de armas como de la plazuela de Santo Domingo anunciado los festivos de celebración.

El día 31 de diciembre, desde las primeras horas del día, las familias se encontraban en apuros para recoger los ternos de papá o de los hermanos; de igual forma, los vestidos de mamá o de las hermanas, especialmente confeccionados para esta memorable fecha. En horas de la tarde, las peluquerías de damas y caballeros abarrotados de clientes que pugnaban un corte o su respectivo maquillaje. A partir de las 9 de la noch,e llegaban los primeros invitados (pero pagaban su entrada) a los diferentes centros de celebración. Bien vestidos con una billetera “cargada”, capaz de soportar los gastos sin freno de una noche y una madrugada de jarana inolvidable.

El Club Central, especialmente decorado para la ocasión, presentaba a la sensacional Sonora Zapata del recordado profesor Abilio Magro, que amenizaba la fiesta y en horas de la madrugada hacía su presentación la banda de músicos “Los Pillco Mozos”, motivo para que los presentes zapatearan y cantaran en coro los recordados huaynos:

*“Huanuqueñita pretenciosa, tú nomás tienes la culpa para quererte mucho, cuando me miran esos tus ojos, parece que me miraran dos luceros del cielo, cuando me vaya solo te pido una mirada piadosa de tus lindos ojos”.

*“Cuando salí de mi tierra de nadie me despedí huanuqueña, solo las flores del campo lloraron sangre por mi huanuqueña, la noche te fue cubriendo y entre sus sombras lloré tristemente”.

*“Amor Pañaco amor sublime por ti yo vivo felicidad, tú me cobijas entre tus alas blancas y puras como la luz. Son tus cabellos fibras de oro y tu boquita pétalo en flor. Es tu mirada fuego divino que me quita el tino, no sé qué hacer. Al contemplarte, mujer mi diosa”.

La Velada llegaba a su fin a la 7 de la mañana del siguiente día, en momentos en que algunos feligreses apuraban sus pasos para asistir la santa misa en la iglesia Catedral.

Mientras la Asociación China organizaba fiesta de “Año Nuevo” en su local Chung Wa, participando en el marco musical el afamado grupo cumbiambero de “Los Walker’s” de Rogelio Velásquez entonando los famosos temas del momento: “Huasca Huasca”, “Solo estoy tomando”, “Tu aniversario”, entre otros que hacían delirar a los presentes. Alternando escenario con el conjunto tropical de los “Destellos” del popular Enrique Delgado, considerado como el primer grupo musical del Perú, interpretando: “Elsa” que hacía que la pista de baile se inunde de bailantes, las sillas quedaban vacías; todos cantaban y bailaban esta contagiosa cumbia.

También, se programaban jaranas en el Club Social Juan Bielovucic, donde “Los Kelkas” de los hermanos Sánchez eran las estrellas de la noche, quienes hacían bailar hasta no poder a los jaraneros. De igual manera, el Club Celendín en el Jr. Tarapacá, para recepcionar a sus socios e invitados y celebrar el año nuevo bajo la melodía del conjunto musical “Los Tótems” del maestro Ayala.

En fin, la fiesta estaba presente “aquí, allá y más allá”. No podemos dejar de mencionar las familias también organizaban la fiesta del barrio, todos con su tocadiscos o grabadoras; hacían bailar a la muchachada. Si no había “plata”, no era problema, la “chanchita” respondía por los gastos de juerga, hasta cena te servían, en la madrugada tu caldito de gallina de chacra para “levantar” al cuerpo. Casi todos retornaban a sus hogares a las 12 del día siguiente.

Cabe mencionar ciertas características de la fiesta de fin de año, podemos decir que primaba el respeto y la consideración a nuestros mayores, no había peleas menos gresca de grupos, porque todos eran conocidos. Eran como familia. Luego de concurrir a las festividades, casi todos caminaban hacia el ‘Mercado Modelo’ para consumir un sustancioso caldito de cabeza o caldo verde llamado también “chupi verde”, oriundo de nuestra comarca. Ya en casa, continuaba la fiesta hasta la hora del almuerzo del primero de enero.

Casi toda la noche del 31 de diciembre los cohetes disparaban desde el barrio La Alameda anunciado la presencia de su cuadrilla de negritos, que se presentaba danzando con paso señorial, con vestimenta de estreno bordado delicadamente con hilos de oro y plata en la casa del maestro Yllatopa. Las calles eran escenario de fiesta y alegría, todos felices.

¡Feliz Año Nuevo 2022!

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