Andrés Cloud Cortez

(Huánuco, 4 de febrero de 1941 – † Ídem, 14 de enero de 2021)

Por Víctor Raúl Osorio Alania*

 El obituario se levanta como maciza barda, la muerte de Andrés Cloud Cortez hace llorar a la propia noche; genera palabras, frases, oraciones de reacción anonadada: “No creo”, “eligió el catorce, múltiplo de siete”, “no puede ser”, “se va como estrella fugaz, pero su luz va durar décadas”. Hay vacío emocional, / hay gimoteo, / hay recuerdos en escenario diverso. La tristeza invade, pero se allana dando impulso a su aporte literario, también a sus dotes de persona.

 INTROITO

Andrés Cloud Cortez (acróstico). Agrupación Cultural “Convergencia” / Navegando a contracorriente informa / Dolida muerte de Andrés Cloud Cortez, / Rotativa imprime dicha secuencia / Épica partida el día transforma / Son muchos los que sienten frigidez.

Cómo punza la partida del bardo / Literatura peruana afligida / ¡Oh miocardio, eso llega como dardo! / Una venia de patria compungida / Dichoso hombre dio aporte gallardo.

Curioso pueblo indaga en tu relato / Obriza letra concibe remanso / Rayana ausencia, maestro, si asombra / Te dan flores, también llora el retrato, / Es hora de respetar su descanso / Zade y limonero provean sombra.

 ANTECEDENTES

El Dr. Manuel Baquerizo Baldeón, destacado intelectual peruano, en “Expresión Regional” N° 37, indica que «los relatos de Cloud son generalmente escritos de tono coloquial, humorístico y de marcado gracejo. Encierra historias mínimas, pero abundan en anécdotas, ocurrencias y chascarrillos. Sus personajes son tipos pícaros, socarrones, caricaturescos e irrisorios. Muy habladores y discursivos, siempre hacen alarde de sentencias, aforismos y giros populares. En textos recientes es más visible aún esta complacencia en el juego de palabras, en los chistes, en la verbosidad» (2000, p. 24).

Andrés Cloud Cortez tiene particular forma de abordar el cuidado de edición, léase confesión de parte en “Bajo la sombra del limonero”: «Admiro a los autores que escriben de un solo tirón, de un solo respiro… Yo en cambio nunca he podido sustraerme a la tentación y a la vieja manía de la revisión, reelaboración y reescritura. A esto los expertos llaman prurito del perfeccionismo. En el caso mío es simplemente un afán arreglista y de mejora. Esa es la razón por la cual gran parte de mi vida creo haberla pasado reescribiendo y manoseando lo mismo» (2002, p. 3).

COMPRENSIÓN DE TEXTOS

Más de una vez lo invité a disertar en las aulas, en el IESPP “Marcos Duran Martel” (2015), confesó el afecto que sentía por la poesía de César Abraham Vallejo Mendoza, luego respondió a los maestros en formación: ¿Cómo se inspira para poner el título de sus obras? La propia realidad. ¿Qué opina del trabajo en equipo? Me gusta impulsar grupos de lectura. ¿Dónde nació usted? Nací, estudié primaria y secundaria en Huánuco, educación superior en Lima.

Mediante “Aptitud verbal 2021” (Comprensión de textos), libro publicado en 2015, pude honrar el aporte de Andrés Cloud Cortez, fue inspiración, reflexión, comunicación, así los lectores pueden estar contiguo a él.

Primero le habían bañado con agua fría, y después le habían hecho tragar miel y aceite mezclados con carbón molido abriéndole el hocico a la fuerza. «Para vivir un siglo, Pibe, tienes que ser fuerte y resistente como la madera dura del naranjo, el lúcumo y el eucalipto, como los huesos de hierro del abuelo Atanagildo».

A eso de la una de la tarde experimentó una notable mejoría. Salió de la huerta y se recostó en un rincón de la sala buscando el contacto directo de su vientre con el cemento frío del piso. La estricnina le estaría sancochando las entrañas, abrazándole por dentro con el fuego terrible de los volcanes en apariencia inactivos. De pronto se levantó decidido y avanzó tambaleándose hacia donde estaba almorzando la familia. Caminaba con dificultad, con la cola y las orejas caídas. Matildita le sirvió un poco de caldo. «Enfermo que come, no muere nunca».

De hoy en adelante, ya nunca más me estará esperando en la puerta de la casa, agitando la colita blanca y coposa como un plumero, con las orejitas levantadas, estimulando el vivir de cada día… Esta mañana apenas salió el sol lo enterramos debajo del limonero. Un pequeño hoyo para su pequeño cuerpo y para su pequeña muerte (“Bajo la sombra del limonero”, p. 8).

Ejercicios. Uno. El texto resulta valioso por su realismo y alegoría. Identifica la idea central. (a) Relata las horas finales de existencia. (b) Expresa el aferramiento a la vida. (c) Repercusión del veneno en el organismo. (d) Último deseo: comer para no morir. (e) Solo es un sueño narrado a Pibe.

Dos. Si muchacho y niño son sinónimos absolutos de Pibe, entonces, al inferir el caso se puede aseverar: (a) Pibe es un muchacho excepcional. (b) Nombre propio del mamífero doméstico. (c) Mascota preferida de una familia pudiente que vive en Argentina. (d) El único gato con epígrafe de niño. (e) Líder de los animales domésticos.

Tres. ¿Qué figura literaria resalta en la frase «como la madera dura»? (a) Metáfora (b) Antítesis (c) Pleonasmo (d) Anáfora (e) Símil.

Cuatro. ¿La circunstancia del relato habrá generado el título de la obra? (a) Resalta por el tamaño y color de las letras. (b) Sí, expone parte de la sabiduría popular. (c) La escritura es detallada y coherente. (d) Figura claramente en uno de los clímax. (e) Muy usual que los literatos tengan limoneros o árboles auranciáceos.

ENHEBRANDO TÍTULOS

Mario Malpartida y Samuel Cárdich cuando jueguen michi o “Tres en raya” (1985) seguro van a extrañar a Andrés Cloud, real amistad vive para siempre; reutilicen hojas para jugar, van tres ceros, van dos cruces. Además, en el hanan pacha (mundo de arriba) Virgilio López Calderón y el nuevo inquilino, por turno, desglosan “Crónicas del ayer” (1987). Había una vez, / era don Andrés…

Sí, hay que preservar la memoria colectiva, “Usted comadre debe acordarse” (1987), durante las prístinas noches teniendo a la mira el “Cielo de Congona” (1989), en el día, “Bajo la sombra del limonero” (1998 y 2002), así, toda lectura será de provecho absoluto.

“En la vida hay distancias” (1989) geopolíticas que viajando se superan, pero la afectiva exige tendencia de las partes involucradas, “¡Eso! y otros sucesos” (2007). Pasa evocación, / pasa primavera, / subsiste “Una canción de otoño” (2009).

 ALGO +

1998, tercer premio COPÉ con “Débiles señales de un fanal que se eclipsa”.

2003, ganador del concurso “El Cuento de las 2000 Palabras” de Carteas con el relato “¡Eso!”.

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22.01.2021