Esta semana se anunciaron los ganadores de los premios Nobel 2024, y la inteligencia artificial (IA) ha tenido un papel protagónico en los galardones de física y química. El 8 de octubre, John J. Hopfield y Geoffrey E. Hinton recibieron el Premio Nobel de Física por sus descubrimientos e invenciones que han revolucionado el aprendizaje automático mediante redes neuronales artificiales. Un día después, el Premio Nobel de Química fue otorgado a David Baker, John Jumper y Demis Hassabis por sus avances en la predicción de la estructura de proteínas utilizando IA.
La relevancia de la IA en estos campos subraya cómo esta tecnología está transformando disciplinas más allá de la computación. Las investigaciones de Hopfield y Hinton, iniciadas en los años 80, han sido clave para el desarrollo de sistemas de aprendizaje profundo que hoy en día tienen múltiples aplicaciones, desde la astrofísica hasta el diagnóstico médico.
En la química, los avances reconocidos permiten predecir estructuras proteicas, lo que podría llevar a soluciones innovadoras en áreas como la resistencia a antibióticos o la degradación de plásticos. Según el jurado del Nobel, estos trabajos están cambiando el panorama científico y abren nuevas oportunidades para la investigación y la medicina.
En definitiva, la IA ha dejado de ser solo una herramienta computacional para convertirse en una pieza fundamental en la física y la química, áreas donde sus aplicaciones ya están revolucionando el conocimiento científico y los avances tecnológicos.