Después de siete días que el cuerpo sin vida de Dalila Mandujano Maylle (30) fue hallado enterrado en su chacra ubicada en Santa Rita Sur en Puerto Maldonado, la madrugada del 19 de junio su padre trasladó a su natal Huánuco para ser velado por sus familiares y amigos. Tu diario llegó a la calle Miraflores, en Cayhuayna Alta en el distrito de Pillco Marca para conversar con sus seres queridos qué lo único que piden es justicia y captura del presunto feminicida.
Rosario Fortunato Mandujano Ingunza contó la odisea que pasó para trasladar a la mayor de sus hijas hasta Huánuco. Dijo que al conocer que Dalila estaba desaparecida, decidió ir en su búsqueda, pero en el trayecto supo del asesinato de la mayor de sus hijas, hecho que le destrozó el alma. Pero al llegar a Puerto Maldonado no habría sido bien recibido por la policía que quiso detener a su hijo, porque había sido denunciado por amenazar a Agapito Blas Rufino (32), principal sospecho del hecho de sangre.
Superado el impase con la intervención de la fiscalía, hicieron los trámites para traer de regreso a su natal Huánuco a su amada hija Dalila, quien deja en la orfandad a dos hijos de 12 y 13 años. El padre de familia contó que en la diligencia de levantamiento de cadáver no habría participado el representante del Ministerio Público, solo la policía y los integrantes de la ronda campesina, pero pese a ello el fiscal garantizó una investigación imparcial.
HECHOS. El 10 de junio a las 10:00 de la mañana, Agapito Blas llamó a su tía Marcelina Mandujano en Huánuco para informar que Dalila había desaparecido, pero él sospechaba que habría decidido irse de su casa con otra persona dejando a sus hijos, hecho que alertó a su familia, por lo que volvieron a llamarlo y pedir que acuda a la comisaría a denunciar, porque si no lo hacía él sería el principal sospechoso de su desaparición.
Al día siguiente volvieron a llamar a su número, pero estaba apagado por lo que su familia logró contactarse con la ronda campesina del lugar para pedir ayuda y llamaron a la línea 100 para reportar la desaparición de la joven madre de familia. El jueves 13 de junio cuando el papá estaba en ruta, conoció que su hija había sido encontrada, pero sin vida.
El cadáver de Dalila Mandujano fue hallado en un costal negro, estaba enterrado y sobre una cocha. Fueron los ronderos que estaban acompañados de dos policías de la comisaría de Santa Rosa los que lograron sacar el cuerpo y al poner en una zona segura descubrieron que era la madre de familia.
El resultado de la necropsia reveló que la agraviada murió a causa de un traumatismo encéfalo craneano grave provocado por un objeto contundente. Agapito Blas, quien es de natural de Churubamba habría matado a su esposa para evita ser denunciado por violación sexual en agravio de su hijastra de 13 años.
“Las personas que estaban trabajando cerca del lugar vieron a mi hermana y a su esposo yendo juntos en su moto con dirección a la chacra, horas después regresó solo mi cuñado, por eso estamos seguros que fue él quien la mató”, dijo una de sus hermanas.
En medio del pedido de justicia, ayer en la tarde, los restos de Dalila fueron sepultados en un cementerio privado ubicado en la Esperanza.
